Cada
vez que tiene una necesidad política, Bergoglio hace de las suyas.
Hace no mucho tiempo, decidió eliminar del Catecismo los artículos que
permitían y defendían la pena de muerte, la cual -según los buenos teólogos-
posibilitaba el arrepentimiento y conversión de los criminales, nada más ni
nada menos.
Empeñado
como está llevar adelante sus objetivos mundialistas, quiere abrir
las puertas de Europa a la inmigración de cualquier clase y procedencia, un
arma para la descristianización. Se explica entonces que ahora la
emprenda contra las venerables letanías de Loreto, que habitualmente se rezan
después del Rosario.
Dos
de las tres nuevas invocaciones son absolutamente redundantes: “Madre de la
misericordia” y “Madre de la esperanza”. Acaso no basta con la tan hermosa
Salve que comienza implorando a la “Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra”. (¿Bergoglio la
rezará?)
Por
eso estimo que esas dos nuevas letanías sirven de tapadera a una de puro cuño
bergogliano: “Consuelo de los migrantes”, ya implícita
en la tradicional Consolatrix afflictórum. El asunto
es legitimar sus insensatos designios y para eso todo vale. (Y la
foto que lo muestra mirando atentamente la obscena exhibición de una mulata del
Circo Nacional Cubano no es propia de un buen cristiano, que digamos. ¡Todo sea
para no parecer “rígido”!)
Por
otra parte, queda una vez más al descubierto que Bergoglio no soporta la
Tradición, ya que si de él dependiese la liquidaría de un solo plumazo. Pero
como no puede, se enceguece de rabia, algo característico de los ideólogos.
Que
te dignes Señor abatir al desacralizador Jorge Mario Bergoglio, te rogamus audi
nos.
Nota
catapúltica
1)Para
desencanto de los católicos conservadores, el diktat está firmado
también por el cardenal Sarah, como Prefecto del Culto Divino.Se nota
que el carguito le gusta.
2)El
Circo Nacional Cubano depende del gobierno castrocomunista, que
para el Vaticano es mejor que el de Trump.