“El poder del demonio es especialmente notorio e
impresionante cuando opera sobre las masas. Aunque se ha estudiado mucho sobre
la psicología de las masas, evidentemente el demonio sabe muchísimo más que
nosotros, pese a toda nuestra sociología. Así se explica que los seres humanos
-aunque cada uno de ellos sea un buen padre de familia, una buena madre, un ser
caritativo y bondadoso- actuando en masa se conviertan en fieras. La historia
está jalonada de horrores causados por las masas lanzadas en una u otra
dirección. Para empezar, tenemos la condenación de Cristo, cuando los fariseos
reparten a sus esbirros entre el pueblo, y obtienen así que éste pida la
crucifixión de Jesús. Los horrores de la revolución francesa, de la Comuna, los
crímenes de las últimas grandes guerras, los campos de concentración alemanes,
la revolución soviética con sus horribles espantos, los movimientos de masa que
presenciamos hoy en el campo político y que intentan organizar a las clases
sociales para lanzarlas a unas contra otras, son otros tantos hechos donde
seguramente el demonio ejerce un poder muy grande y muy impresionante, porque
siempre que la masa humana se mueve en sentido negativo, tiene graves riesgos
de convertirse en una manada de fieras”.
Angeles
y Demonios, de
Julio Philippi Izquierdo, 1995.