De un comentario al pie de un interesante artículo en
un blog, rescatamos
esta cita a propósito del Syllabus:
«Aún más que la actitud adoptada por la casuística
acerca de la obligación que el Syllabus imponía a los fieles,
debe reconocerse un carácter profesado en el encabezamiento mismo del documento
papal. Éste entiende elencar «praecipuos nostrae aetatis errores». Pero estos
errores, en el último de los artículos (verdadera síntesis de la condena papal)
acaban identificándose con la sustancia misma de la civilización
moderna, la que resulta condenada no en todo sino toda, al ser
condenados esos errores [...]
Ciertamente la condena del espíritu del siglo, caracterizado por los errores aquí condenados, es innegable y no es susceptible de preterición o de moderación. El Syllabus no puede ser apagado por el enorme silencio que en el seno de la Iglesia procura callar el documento papal de 1864 y gracias a lo cual se ha tolerado que el nombre del Syllabus ni siquiera fuese citado una vez en el Vaticano II, deviniendo incluso designación de cosa risible o abominable»
Romano Amerio, Iota Unum.
Y
aprovechamos para recordar otras entradas de nuestro blog relativas al mismo: