Almuerzo kosher con 15 rabinos y dirigentes de la colectividad judía. |
Dos instantes de un almuerzo con protestantes que ya no protestan, ahora comen gustosos con sus "nuevo amigos en Roma". |
El artículo de Secretum meum mihi remite a una nota en Libero y también a la reveladora de La Voce de Italia que se reproduce abajo:
El Pontífice tiene un
solo problema: el tenedor
Ciudad
del Vaticano.
La salud del Papa ha desatado no poca preocupación entre los fieles que estaban alarmados después
de la repentina decisión de Francisco de
cancelar su visita al hospital Gemelli a causa de una “imprevista
indispoicición”. La Oficina de Prensa del Vaticano ha asegurado que no había
nada de que preocuparse por la salud del Santo Padre, pero los rumores no faltan.
Algunos periódicos han reportado la noticia de un simple dolor de cabeza, otros
de un pequeño malestar, y algunos han hablado de "fatiga". Pero ¿como está
la realidad del Papa Francisco?
De
acuerdo al acupunturista chino del Papa, Liu Ming, Bergoglio está muy bien, y
la demostración es que no toma ningún medicamento. Sí, porque el Papa no
utiliza más la medicina tradicional desde 2004, se hace tratar de este
especialista en la medicina oriental.
No
es el pulmón faltante del Papa Francisco lo que crea problemas al Jefe de la
Iglesia, ni tampoco son sus "pies de pato" (pie plano), ni siquiera
la cadera "crujiente" o sus rodillas débiles. El problema de
Bergoglio es el tenedor. Al Papa Francisco le encanta sentarse a la mesa y
también le gusta escabullirse durante el día. Voces indiscretas de la cocina del
Vaticano aseguran que nunca nadie ha visto antes que él a un Papa comer con
tanto gusto. El Papa Francisco, se rumorea, a menudo se mete en la cocina. Es
un óptimo cocinero y su paella es fantástica. Un Papa Masterchef.
Nota
Syllabus:
Es
triste y casi inevitable recordar estas palabras de San Pablo, claro que lo
hacemos no por irreverencia al Papa (quienquiera que sea) o al Papado sino en
consecuencia del accionar del Jefe de la iglesia conciliar o secta modernista que
no tiene el menor recato para seguir realizando la destrucción del Papado: “Y os ruego hermanos que os recatéis de aquellos que causen entre
vosotros disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis
aprendido. Evitad su compañía. Pues los tales no sirven a Cristo Señor nuestro,
sino a su estómago. Con palabras melosas y con adulaciones seducen los
corazones de los sencillos” (Romanos 16, 17-18).