Fuente
¿Quién podría haber adivinado que
las protestas por George Floyd serían la mejor vacuna contra el coronavirus? La
misma gente que nos advirtió que el virus era la plaga más mortal y que
quedarse en casa era la única salida, ¡ahora nos ordena marchar entre
multitudes, hombro con hombro contra la policía! Tal parece que tienen a la
terrible pandemia bajo su mando, y el poder de decir: ahora se nos viene
encima, ahora no. No todas las manifestaciones tienen el mismo potencial
curativo: es muy peligroso manifestarse contra el confinamiento, pero es
perfectamente seguro manifestarse contra la policía, dicen.
Rara vez hemos visto un cambio de
tuerca tan fino. Ayer era el confinamiento, hoy… quemémoslo todo. Las máscaras,
que supuestamente debíamos usar todos, también han cambiado su significado. Ya
no es el amuleto contra la plaga, un trozo de tela que espantaría mágicamente
al virus; ahora es la insignia de la revolución. Después de las revoluciones de
color naranja, púrpura y verde; después de las revoluciones de las rosas y los
tulipanes, ¡bienvenidos a la Revolución de las Máscaras!
El
cubrebocas es una señal de que aceptas la historia oficial del Covid-19, así
como el hecho de llevar ajo implica que crees que el ataque de los vampiros es
inminente. Covid es la nueva normalidad; ahora se integra en la narrativa del
“Pueblo Despierto”. Las hermosas caras blancas de las manifestaciones están
protegidas con máscaras; las bellas caras negras no necesitan máscaras, ya que
es obvio que están en el lado correcto.
Las
máscaras son necesarias para cubrir la derrota. El coronavirus no funcionó. El
virus ha decepcionado a sus admiradores. Nuestro colega Anatoly Karlin prometió
que el coronavirus mataría a millones y destruiría la economía mundial[1].
¡Uy! Su amada Corona-chan no sólo no mató a millones, sino que ni siquiera
pudo, en muchos lugares, aportar su justa cuota para mejorar el recuento de
muertes del año pasado. Miren, por ejemplo, el número de muertos en Noruega.
Con coronavirus (en 2020), murieron menos personas que sin coronavirus en cualquiera
de los cinco años anteriores. Y el virus no contribuyó mucho al total,
¡maldición!
Noruega pasó por un doloroso
confinamiento para lograr este innecesariamente bajo número de víctimas. Su
vecino Suecia no tuvo ningún confinamiento. Los suecos eran y son libres de
moverse, de ir al café, de trabajar, de jugar. No dejaron el curso normal de
sus vidas. Y el resultado es bueno. Los suecos murieron este año con coronavirus
como lo hicieron sin coronavirus en, digamos, 2018.
El coronavirus añadió sólo 400
muertes a la cosecha anterior de 2018, no millones, ni siquiera miles. Y viendo
este resultado, la primera ministra noruega dijo[2]:
deberíamos haber reaccionado como los suecos. Tal admisión es difícil para un
noruego, ya que hay una vieja rivalidad entre los vecinos; pero lo hizo de
todos modos.
En todo
el mundo, el reconocimiento de que “nos engañaron” está creciendo entre la
gente. En la sobria Alemania, el comité especial de expertos estableció que
millones de gente no fueron atendidos como resultado de las medidas gubernamentales[3].
Hasta 125,000 pacientes ya han muerto o van a morir porque se han aplazado las
operaciones que necesitaban. Miles se suicidaron; la esperanza de vida se
acortó; millones tienen graves problemas psiquiátricos, concluyeron, como
resultado del confinamiento (el gobierno alemán trató de ocultar el informe;
los medios de comunicación alemanes se quedaron callados).
El
confinamiento no salvó ninguna vida e incluso pudo haber causado algunas, había
dicho el ganador del Premio Nobel, el profesor Michael Levitt de la Universidad
de Stanford[4]. Había predicho que el Reino Unido se libraría del
Covid en semanas y su predicción se hizo realidad quince días después.
El
coronavirus está desapareciendo tan rápidamente en Gran Bretaña que no se
pueden encontrar suficientes personas contagiadas para hacer ensayos de vacunas
viables en voluntarios sanos, dijo un investigador de Oxford[5], y algunos científicos están considerando infectar
a los voluntarios con el virus a propósito. Estamos muy lejos de los sueños de
los fabricantes de vacunas, de Bill Gates y de la OMS, de la película Contagio,
de miles de millones de personas esperando la vacuna salvadora. No hay
suficientes enfermos ni siquiera para probar sus productos.
La historia del coronavirus ha
terminado. Convivirá con nosotros como otros tantos virus, pero ya no estará
acompañado por su gemelo más potente, el virus del miedo. Algunas personas
están muy molestas. La fantasía del
coronavirus con “millones de muertos” se derrumbó, pero la estrategia del
confinamiento destruyó la economía familiar y creó ganancias inesperadas para
los Bolsillos Profundos. En el Reino Unido, miles de inquilinos están a
punto de quedarse sin hogar[6].
En Estados Unidos, 40 millones de personas se quedaron sin empleo, pero los
Bolsillos Profundos han añadido medio billón de dólares a su riqueza total.
Ahora tienen que justificar sus
acciones, de lo contrario la gente exigirá una respuesta. Tal vez, Dios no lo
quiera, ¿se les pueda exigir un impuesto especial del 105% sobre las ganancias
obtenidas por la pandemia? Ellos, y sus
medios de comunicación, tomaron la muerte de George Floyd como una gran
oportunidad para cambiar la agenda en pleno vuelo.
Los Maestros del Discurso han
estado construyendo la agenda pública para las masas durante años; hay gente
formateada por esta agenda. Piensan y hacen lo que se les dice. Marchan cuando
se les dice. Se quedan en casa cuando se les dice. Son buenas personas; quieren
ser justos; les gusta la virtud y quieren que se sepa; son fácilmente influenciables
ante declaraciones de superioridad moral. Reciben las órdenes para manifestar
de los principales periódicos liberales. No tienen mucha capacidad crítica;
basta con que se les diga qué es lo correcto y bueno y actuarán en
consecuencia. Aparentemente, son mejores seres humanos que los egoístas que
desprecian la virtud y abrazan todos los prejuicios. Desgraciadamente, su
superioridad moral se basa en una mentira.
Son miembros devotos de la
Iglesia Judía Alternativa para los Gentiles del Nuevo Despertar de Occidente.
Algunos de ellos son creyentes fanáticos, otros son hipócritas o simplemente
adoradores habituales. Tengan en cuenta la cualidad cuasi religiosa de este
movimiento; en vano buscarán la lógica o el sentido común. Como son una
Iglesia, deslegitiman todas las demás líneas de pensamiento y comportamiento.
Si fueran dirigidos por sabios y buenos pastores, podrían formar una importante
fuerza moral en el mundo, pero no es el caso.
La
creación de este rebaño “despierto” y obediente es el mayor logro de los
Maestros del Discurso. El pánico del coronavirus amplió este fenómeno. La gente
se volvió psicótica, mentalmente débil, maleable. Los Maestros proporcionaron
la narrativa de la superioridad moral: afirman que sus adeptos no se encierran
para preservarse a sí mismos, sino para salvar a seres frágiles y ancianos de
una muerte segura. Quien no esté de acuerdo con ellos, quiere que
los frágiles mueran con tal de salvar el Producto Interno Bruto (PIB). Quienes
no llevan cubrebocas, son gente que quiere matar ancianos, como en este
diálogo:
-Paul Williams
@thepaulwilliams: “Estoy desesperado porque vuelvan el rugby y el
tenis”.
-Twitter: “¿Dices que
quieres que todos mueran por culpa del Covid y que estás contento de toser en
la cara de los jubilados, mientras simultáneamente lames los bordes de sus
tazas de té, Paul?”.
Esto es seguramente una mentira.
No es sólo el PIB el que ha sufrido, como nuestro colega Karlin afirmó
invocando sarcásticamente un supuesto lema ¡Dulce et Decorum Est Pro PIB Mori![7] en
su intento por mantener la moral alta; saben, nos preocupamos por los ancianos,
pero a ustedes, desalmados, sólo les interesa el PIB. Hablamos de miles de
vidas perdidas debido al confinamiento, y de una pérdida inconmensurable de la
libertad.
No es que yo desprecie el PIB. La
economía es importante, especialmente para los pobres y la clase media. A los
Bolsillos Profundos les está yendo mejor con el confinamiento. Así que, si
quieres jugar al juego de la superioridad moral, puedes responder con un
“Quédate en casa para Wall Street”, o un “Quédate en casa para los Bolsillos
Profundos”.
Después de que animaron las
manifestaciones por Floyd, se les olvidó su propia estafa sobre el terrible
contagio del coronavirus. Y su siguiente causa se basa también en una mentira:
“Quien no marche en bendita
memoria de George Floyd, es un intolerante. El que no se arrodille es un
asesino”. Es una afirmación realmente estúpida.
Los cristianos tienen mejores
respuestas. No tenemos que arrepentirnos de los pecados de los demás. No
tenemos que arrepentirnos por la esclavitud o por el asesinato de Floyd porque
no esclavizamos a nadie y no hemos matado a este tipo. La idea misma de culpa
colectiva es ajena a los cristianos. Es una idea judía, aunque los judíos no
son tan tontos como para aceptar cualquier culpa colectiva. Les gusta atribuir
la culpa colectiva a los gentiles, pretendiendo que incluso los americanos sean
culpables del holocausto, pero nunca se echan la culpa a sí mismos. Si
mencionas el papel prominente que los judíos desempeñaron en el comercio de
esclavos, serás llamado antisemita, eliminado de la sociedad educada y se te
preguntará: “¿TODOS los judíos comerciaron con esclavos negros? ¡Seguramente
no!”.
Sin embargo, la Iglesia del
Despertar proporciona un imprescindible sentimiento de unión, como toda
iglesia. Ahora estamos unidos sentados en casa y salvando vidas usando
máscaras. Ahora marchamos juntos usando máscaras y salvando vidas. Los seres
humanos necesitan guía moral y unión, y algunas privaciones voluntarias, y
frustración sexual: la Iglesia del Despertar lo proporciona todo.
Es una Nueva Internacional,
llamémosla WokIntern[8].
Hay manifestaciones en todo el mundo en apoyo de la Revolución Americana, lo
cual recuerda el apoyo universal a la Revolución Rusa de 1917. Hay una
diferencia importante: en 1917, eran los trabajadores industriales del mundo
quienes apoyaban la Revolución Soviética; en 2020, son los hipsters del mundo
los que apoyan la Revolución de las Máscaras.
La Revolución de las Máscaras
sigue al pie de la letra el libro del Dr. Gene Sharp[9].
En él, se habla de construir una base revolucionaria, de tener un símbolo, de
explotar al máximo el asesinato de un ciudadano por la policía. Se practicó en
la Primavera Árabe, y también en Europa Oriental. Hay que tener una víctima, es
una condición sine qua non. En Egipto, la muerte del joven Khaled Mohamed Saeed[10] dio
inicio a la Primavera Árabe; en Túnez, el joven Bouazizi se prendió fuego
después de haber sido maltratado por la policía; en Argelia, su hazaña fue
seguida por Bouterfif. En Rusia, en agosto de 1991, tres jóvenes fueron
atropellados accidentalmente por un tanque, y su sangre fue el combustible que
provocó el golpe de Estado de Boris Yeltsin. George Floyd es sólo el último de
esta larga lista de nombres de víctimas llevadas al altar de la revolución.
Siguiendo otro de los consejos de
Gene Sharp, los Maestros del Discurso deslegitiman el actual régimen de Trump y
sabotean su apoyo dentro de la policía y las fuerzas armadas. En el espacio de
un día, tres jueces (nombrados por Clinton y Obama) prohibieron a la Casa
Blanca[11] suspender
a un periodista que se había comportado mal en sus propias conferencias de
prensa. Unos lanzadores de cócteles molotov fueron condenados a arresto
domiciliario por un juez de Brooklyn[12].
La alcaldesa de Washington pidió al presidente Trump el viernes que retirara a
todos los agentes federales del orden y las tropas de la Guardia Nacional;
antes había exigido el retiro de las tropas y se salió con la suya. El
presidente Trump quiere desplegar 10,000 tropas en Washington, pero su
secretario de defensa Mark Esper no está de acuerdo. El general “Mad Dog”
Mathis atacó a Trump. Los altos republicanos Bush, Romney y Powell le retiraron
su apoyo.
El control de los medios de
comunicación es lo más importante en la lista de cosas por hacer, según Gene
Sharp. Los revolucionarios tienen el
control total de los periódicos, y ahora están luchando por el dominio en las
redes sociales. Los empleados de Facebook organizan paros virtuales para
protestar por los posts de Trump[13].
Los propios mensajes de Trump en Twitter han sido marcados como “noticias
falsas”. Éste fue un punto de inflexión. Twitter desató la avalancha. Atacó al
presidente y mostró que podía hacerlo con total impunidad. Las principales
multinacionales lo siguieron. Ellos son los principales beneficiarios de la
Revolución de las Máscaras que quiere desmantelar completamente al Estado tal
como lo conocemos.
No se puede preparar un omelette
sin romper huevos. Conseguir el control de los medios es bueno, una policía
desmoralizada es excelente, los jueces de tu lado, perfecto; el ejército
neutralizado, maravilloso, pero aún necesitas jóvenes dispuestos a ensuciarse
las manos y a luchar de verdad, físicamente.
El Pueblo del Despertar siempre
es más fuerte en el estruendo que en el golpe. Esta carencia fue lo que
aniquiló al excelente movimiento Occupy Wall Street. Tal parece que el grupo
llamado Antifa es un pequeño movimiento que cuenta con unas pocas docenas de
activistas para todo EE.UU. Éste es el incentivo para la clase baja negra: son
lo suficientemente beligerantes y pueden ser dirigidos cuando sea necesario. Si
algunos de ellos siguen a George Floyd en la muerte, es aún mejor: la
revolución necesita mártires.
Nuestro colega The Saker piensa[14] que
no puede tratarse de una revolución: “para que se produzca una revolución debe
haber una fuerza capaz de cambiar no a la(s) persona(s) en el poder, sino
fundamentalmente cambiar el régimen, el sistema de gobierno en sí mismo y
sustituirlo por otro”. Es un romántico a la antigua. Las revoluciones de color son capaces de cambiar el régimen de un
fuerte poder presidencial por un gobierno directo liderado por corporaciones
multinacionales, como ha ocurrido en tantos países.
Tenemos la confirmación
directamente de la boca de los interesados. En The Atlantic[15],
uno de los cerebros principales del RussiaGate, Franklin Foer, confirma: “Lo
que está sucediendo en las calles – y con los funcionarios que se niegan a
cooperar – se parece mucho a las revoluciones que derrocaron a los dictadores
en Serbia, Ucrania y Túnez… Lo que Estados Unidos está presenciando se parece
menos al caos de 1968, que dividió aún más a la nación, y más a los movimientos
no violentos [y pagados totalmente por George Soros et al] que ganaron un
amplio apoyo de la sociedad en lugares como Serbia, Ucrania y Túnez, y
barrieron a dictadores como Milosevic, Yanukovich y Ben Ali. Y eso a pesar de
que el tiempo de Trump en el cargo terminará pronto con una elección” [si las
elecciones no logran derrocar a Trump, habrá una nueva elección, bajo nuevas
reglas mejoradas, hasta que se vaya, como pasó en Serbia y Ucrania].
Naturalmente, en EE.UU. será
diferente de los casos de Serbia o Georgia. Se pasará de lleno al modo
Atlántico, o Globalista. EE.UU. se convertirá de nuevo en el líder de la OTAN;
las tropas americanas permanecerán en todas partes en el extranjero; el uso de
cubrebocas se consagrará en una enmienda constitucional; las escuelas serán
sustituidas por la educación a distancia a perpetuidad; las vacunas serán
obligatorias a menos que estés preparado para permanecer en casa por el resto
de tu vida.
A la fe cristiana se le
marginará. Ya sucedió, cuando la Cristiandad (tanto en Occidente como en
Oriente) no tuvo comunión, ni liturgia durante meses. En EE.UU., los obispos
anglicanos pidieron posponer la apertura de las iglesias, porque saben lo que
todos: asistir al servicio divino es mucho más peligroso que una manifestación
anti-policía. La obispo episcopal de Washington DC se puso del lado de los
alborotadores que quemaron la “Iglesia de los Presidentes”, St. John Church, en
contra de Trump que vino después a la iglesia[16].
“[Trump] no rezó”, dijo Mariann E. Budde, la obispo episcopal de Washington.
“No mencionó a George Floyd, no mencionó la agonía de la gente que ha sido
sometida a este tipo de horrible expresión de racismo y supremacía blanca
durante cientos de años”. Obviamente, esta dama pertenece a la Iglesia
Criptojudía del Despertar, mientras la Iglesia Episcopal yace prácticamente
muerta.
Tal vez la policía desaparezca.
Algunas ciudades muy “despiertas” ya han intentado eliminar la policía. “Las
ciudades se preguntan si es hora de dejar de financiar a la policía y
‘reimaginar’ la seguridad pública”, dice The New York Times[17].
“Tras el asesinato de George Floyd, algunas ciudades se preguntan si a la
policía se le pide que haga trabajos que nunca se supuso que debía hacer. Los
presupuestos están siendo reevaluados”. Las corporaciones que están detrás de
la revolución no necesitan a la policía: tienen su propia seguridad como
empresas, perfectamente capaz de hacer frente a sus problemas. Y no les importa
si tu calle queda desprotegida, o si tendrás que vigilarla tú mismo por la
noche con tu fiel Colt. No les importa si te quedas confinado en casa o si te
asaltan o te saquean, ese es el precio de la libertad, eufemismo del nuevo
feudalismo digital.
La Revolución de las Máscaras
está ahora en su etapa inicial: mantiene a las tropas de choque preparadas y
entusiasmadas. La siguiente etapa vendrá después de las elecciones, cuando una
posible victoria de Trump no sea reconocida por la competencia. “Si el voto
sirviese para hacer cambios, no nos dejarían votar”, dijo un ingenioso
estadounidense. Y esta vez, la elección no se decidirá por votación; es decir,
a menos que los americanos voten por el Partido Demócrata. Después de cuatro
años de preparación utilizados en demonizar y descalificar a Donald Trump,
después de medio año de radicalizar a sus adeptos, los demócratas, liderados
por la Iglesia del Despertar, tomarán el poder, aunque no obtengan el voto.
Tal vez Donald Trump y sus
partidarios harían bien en atacar antes de que sea demasiado tarde. Hay muchos
tesoros gordos que requieren un saqueo sistemático, en primer lugar Wall
Street. A la clase baja negra no le interesan los bancos; pero el Estado puede
saquearlos muy bien, sin romper ningún cristal. El Estado puede apoderarse de
las redes sociales y otras cosas útiles. La decisión de Trump de regresar a
casa 10,000 soldados de Alemania es la correcta. El rápido retorno de los
veteranos de Afganistán e Irak, de Filipinas y Japón debería seguir.
Disfrutarán de Washington DC y del Silicon Valley. Le convendría a Trump
olvidarse de China, Irán, Rusia y concentrarse en su supervivencia. Pues sí,
tiene que estar preparado para el 4 de noviembre y estar listo para la ruptura
de la Unión en caso de que ocurra lo peor.
Israel Shamir, 8 de junio de 2020
Este artículo fue escrito en colaboración con Paul
Bennett.
Publicación original en inglés: https://www.unz.com/ishamir/the-mask-revolution/
Publicación original en inglés: Red Internacional,
Traducción: Daniel Osuna
Contacto del autor Israel Shamir:
adam@israelshamir.net
[1] Disponible en inglés: https://www.unz.com/akarlin/corona-will-kill-millions-crater-the-world-economy/
[2] Disponible en inglés: https://www.telegraph.co.uk/news/2020/05/30/coronavirus-norway-wonders-should-have-like-sweden/
[3] Disponible en alemán: https://deutsch.rt.com/inland/102396-umstrittene-bmi-analyse-wissenschaftler-kritisieren/
[4] Disponible en inglés: https://www.telegraph.co.uk/news/2020/05/23/lockdown-saved-no-lives-may-have-cost-nobel-prize-winner-believes/
[5] Disponible en inglés: https://www.dailymail.co.uk/news/article-8351369/Oxford-coronavirus-vaccine-trial-50-chance-success-professor-leading-project-warns.html
[6] Disponible en inglés: https://www.theguardian.com/society/2020/jun/04/thousands-of-uk-tenants-face-losing-home-when-eviction-ban-ends
[8] Nota del Traductor: el
autor hace aquí un juego de palabras sobre la abreviatura en ruso de la
Internacional Comunista “Komintern”, utilizando la palabra Woke (“Despertar”)
en inglés.
[11] Disponible en inglés: https://www.nytimes.com/2020/06/05/us/politics/brian-karem-press-pass-white-house.html
[12] Disponible en inglés: https://www.nytimes.com/2020/06/07/nyregion/molotov-cocktail-lawyers-nyc.html
[13] Disponible en inglés: https://www.nytimes.com/2020/06/01/technology/facebook-employee-protest-trump.html
[14] Disponible en inglés: https://www.unz.com/tsaker/the-systemic-collapse-of-the-us-society-has-begun/
[15] Disponible en inglés: https://www.theatlantic.com/ideas/archive/2020/06/how-regime-change-happens/612739/
[16] Disponible en inglés: https://www.nytimes.com/2020/06/01/us/politics/trump-st-johns-church-bible.html