Número
CDXCVIII (498)
28
de enero de 2017
¿Aliado Benevolente?
Mons. Williamson
Un
respetable obispo a los Tradis el bien desea
No puede
ver cómo el V II al infierno acarrea.
Mons.
Athanasius Schneider, originario de Alemania pero ahora Obispo de Astaná en
Kazajstán, se ha dado a conocer a los Tradicionalistas en los años recientes
por sus muchas declaraciones que por lo menos parecen favorables a la Tradición
Católica. Por ejemplo, el año pasado se asoció públicamente con el
cuestionamiento de los cuatro Cardenales a la doctrina del Papa Francisco en el
documento papal Amoris
Laetitia. Cuando él hace
mucho para criticar a la Iglesia que oscila hacia la “izquierda”, puede que no
entienda o aprecie el ser atacado por la “derecha”, pero es la Verdad que está
en juego, no nuestras pequeñas personalidades. Su Excelencia, gracias por tanta
verdad que ha tenido Usted el valor de defender abiertamente, pero entienda que
la Verdad completa es mucho más fuerte, y más exigente, de lo que piensa. Usted
recientemente dio una entrevista a Adelante
la Fe. Por favor, no lo tome
personal si cito (en cursivas) algunas de sus respuestas y las critico:
“Estoy
convencido que en las circunstancias actuales Mons. Lefebvre aceptaría sin
dudarlo la propuesta canónica de una prelatura personal”.
Su
Excelencia, eso es imposible. Mons. Lefebvre creía, y lo probaba con argumentos
de la teología e historia de la Iglesia, que el Vaticano II fue una traición
sin precedentes, por parte de las más altas autoridades en la Iglesia, a 1900
años de doctrina inmutable de la Iglesia. Pero la Roma oficial todavía sigue
ese concilio objetivamente traidor. Por lo tanto, poner a la FSSPX bajo esta
Roma será como poner un zorro a cargo del gallinero. El Arzobispo siempre tuvo
la esperanza de que Roma viniera a la derecha. Aún no lo ha hecho.
“Mons.
Lefebvre era un hombre con un profundo sensus eclessiae”, o sentido de
Iglesia.
Esto es
verdad, porque sobre todo él tuvo una comprensión profunda y clara de la
doctrina católica, o enseñanza, que es el corazón de la Iglesia. “Id y ENSEÑAD
a todas las naciones”, fue la última instrucción de Jesús a sus Apóstoles (Mat.
XXVIII, 20). El Vaticano II traicionó la doctrina católica, por lo que el
profundo sentido de Iglesia del Arzobispo lo hizo repudiar ese Concilio. Los
Conciliaristas actuales en Roma nunca podrán reconstruir la Iglesia.
Él
consagró cuatro obispos en 1988 porque estaba convencido que había un real
estado de necesidad.
Fue la crisis
objetiva que dio origen a la convicción subjetiva, y no al contrario. Nuestro
mundo moderno está enfermo mentalmente con el subjetivismo. El Arzobispo era un
objetivista.
Si la
FSSPX permanece mucho tiempo de forma autónoma canónicamente, sus miembros y
seguidores perderán el sentido de la necesidad de sujeción al Papa, y
terminarán dejando de ser católicos.
El Papa es
Papa para “confirmar a sus hermanos” en la Fe. Ver Lucas XXII, 32. Si él es un
Papa Conciliar con su fe corrompida por el Vaticano II, ya no puede dar lo que
no tiene. Es por estar sujetos a los Papas Conciliares que incontables
católicos desde el Concilio han perdido la verdadera Fe.
Ningún
católico puede escoger a cuales Papas estará o no estará sujeto. Dios guía a su
Iglesia.
La presente
crisis en la Iglesia es sin precedente porque nunca antes en la historia de la
Iglesia hubo una serie de Papas desalineados con la Fe verdadera como hemos visto
desde el Vaticano II. Esto significa que los Católicos deben – excepcionalmente
– juzgar a sus Papas, obispos y sacerdotes. Por esta crisis Dios está purificando
Su Iglesia, y cuando la purificación esté completa, Él concederá a Su Iglesia
un gran Papa verdaderamente católico.
Le he
dicho a Mons. Fellay, nosotros en Roma precisamos de la FSSPX en el gran combate por la
pureza de la Fe.
Excelencia,
crea que la Roma conciliar hará todo lo posible para completar la corrupción de
la Fe de la FSSPX. Ya la FSSPX oficial se ha deslizado lejos de la Fe objetiva
del Arzobispo.
Kyrie
eleison.