Mons.
Fellay de la FSSPX: Poco a poco Roma nos está dando lo que necesitamos para la
reconciliación.
Por
Edward Pentin.
En
una amplia entrevista con The Register, el líder de la Fraternidad Sacerdotal
tradicionalista detalla cómo Francisco ha abierto la puerta a la plena
integración de la FSSPX con la Iglesia.
Menzingen,
Suiza: La reconciliación entre la FSSPX y Roma parece ser inminente, ya que un
obstáculo clave -la oposición a ciertos aspectos del Concilio Vaticano
II- ya no serán causa para continuar separados de la Iglesia.
Mons.
Bernard Fellay, superior general de la FSSPX, dijo a The Register en Mayo
13 que está “persuadido, al menos en parte, por un enfoque,” en el cual, él
cree, el Papa Francisco está poniendo menos peso en el Concilio y más
énfasis en “salvar las almas y encontrar una manera de hacerlo”.
Ese mensaje
fue reforzado esta semana cuando el Papa Francisco dio una pista de que la
reconciliación podría estar cerca, diciendo al diario francés católico La Croix
en Mayo 16 que la FSSPX son “Católicos en camino a la plena comunión” y “ el
buen dialogo así como el buen trabajo están tomando lugar”.
De acuerdo
con Mons. Fellay, el Vaticano está diciendo a la Fraternidad, a través de palabras
anunciadas, que ahora es posible cuestionar a las enseñanzas de Concilio sobre
la libertad religiosa, ecumenismo y la reforma litúrgica “y seguir siendo
católico”.
“El
criterio que nos impondrían para comprobarles que somos católicos ya no serán
estos puntos, dijo. Y es muy importante para nosotros”.
En 1970, el
Arzobispo Marcel Lefebvre, un sacerdote francés del Espíritu Santo, fundó la
Fraternidad internacional para formar y apoyar sacerdotes y esparcir la
fe en todo el mundo.
Pero su
oposición a ciertas enseñanzas del Concilio Vaticano II respecto al ecumenismo,
libertad religiosa y aspectos de la reforma litúrgica llegó a su colmo en 1988,
cuando Mons. Lefebvre ordenó cuatro Obispos en contra de la voluntad expresa
del Papa “San” Juan Pablo II. Fue entonces cuando los cinco inmediatamente
incurrieron en excomunión automática, y la FSSPX ha estado en una situación
irregular desde entonces.
Mons.
Lefebvre murió en 1991, y el Vaticano y la FSSPX han estado trabajando
seriamente hacia la reconciliación desde el 2000.
Benedicto
XVI buscó mejorar las relaciones, primero en 2007, confirmando que los
sacerdotes pueden celebrar la misa en latín de acuerdo con el Misal Romano de
1962 (cuyo nombre oficial es la forma
extraordinaria de la liturgia) subrayando que nunca fue abrogada, y después
levantando las excomuniones a los cuatro Obispos sobrevivientes de la
FSSPX en 2009.
También
abrió las conversaciones formales de reconciliación con la FSSPX en el 2011,
pero subsecuentemente fueron debilitándose porque el Vaticano,
aparentemente en contraste con los deseos de Benedicto, alzó las estacas en el
problema principal: que la Fraternidad acepte la validez de todas las
enseñanzas del Concilio Vaticano II, incluyendo los textos de libertad
religiosa y derechos humanos, los cuales la FSSPX los considera como “errores”
teológicos.
Las ultimas
y sorprendentes concesiones en esta materia han, por lo tanto, llevado a la
FSSPX al borde de la regularización que, según las fuentes, podría ocurrir en
cuestión de semanas o meses.
El Papa
Francisco recibió a Mons. Fellay por primera vez en una audiencia privada el
mes pasado, señalando un claro intento por parte del Santo Padre, de que desea
que la Fraternidad sea regularizada. “Mons. Fellay es un hombre con el que se
puede dialogar”, dijo a La Croix.
El Papa
anunció que las confesiones de la FSSPX serían válidas y lícitas durante y
después del Año de la Misericordia. Hasta entonces, Roma las consideraba
inválidas pues carecían de la jurisdicción necesaria.
Se sabe que
la FSSPX tiene ahora el
borrador de un acuerdo del Vaticano para firmar y formalizar la regularización,
pero antes quiere asegurarse de que tiene una garantía segura. "La pelota
está en su cancha ", una fuente del Vaticano le dijo a The Register el 12
de mayo: “queremos que ellos sigan adelante con ello.”
El
Mensaje de Menzingen.
Mons.
Fellay se sentó para una larga entrevista con The Register en un húmedo y
ventoso viernes de mayo, en la fiesta de Nuestra Señora de Fátima, en la Casa
Madre de la FSSPX en Menzingen, cerca de Zúrich, Suiza.
El modesto
edificio, una antigua casa de huéspedes en Suiza, rodeada de colinas de los
Alpes y granjas, está pasando por una renovación. Cerca de 25 sacerdotes y
monjas viven allí; y debido a la expansión de la FSSPX por la abundancia de
vocaciones, están contemplando la búsqueda de un edificio más amplio. Sobre una
mesa hay un jarrón rodeado de varias pequeñas tazas, cada una grabada con
un momento clave en la vida de Monseñor Lefebvre.
A pesar de
un horario estrecho y de largos viajes, Mons. Fellay llegó de muy buen
humor y habló libre y abiertamente en inglés. Él se da cuenta de lo
sorprendente y extraña que parece que la reconciliación esté tan cerca, bajo un
Papa que es considerado como más preocupado por otros asuntos.
"[La
situación] es realmente paradójica, porque no hemos cambiado nada, y seguimos
denunciando lo que está pasando", dijo. “Sin embargo, se ve este
movimiento a nuestro favor, en Roma." Dijo que se ha dado cuenta de que
cuanto más tiempo los diálogos continúan, "más indulgente se vuelve
Roma".
Pero, él
también notó dos enfoques diferentes en Roma sobre la cuestión de la FSSPX.
“Tenemos que distinguir la posición del Papa, que es una cosa y luego la
posición del CDF” explicó, refiriéndose a la oficina doctrinal del Vaticano, la
congregación para la doctrina de la Fe, dirigida por el Cardenal Gerhard
Muller, que está ofreciendo más concesiones para la regularización. “Ellos no
tienen el mismo enfoque, pero tienen la misma conclusión, que es: vamos a
finalizar el problema dando el reconocimiento a la Fraternidad”.
De acuerdo
con el líder de la FSSPX, la congregación para la doctrina de la Fe tiene una
“nueva perspectiva” de la Fraternidad, y contrariamente a los comentarios
formulados por el cardenal Muller en 2014, ya no ve al grupo como cismático.
“Eso
significa que los puntos que defendemos no tocan los puntos que
separarían a la Fraternidad de la Iglesia, ya sea a nivel de cisma o,
peor aún, al nivel de herejía, en contra de la fe”, dijo Mons. Fellay. “Ellos
(CDF) todavía estiman que algo debería aclararse en la cuestión de la
percepción de lo que es el magisterio. Pero afirmamos que ellos lo hacen
confuso”.
En una
entrevista con Zenit en Febrero, Mons. Guido Pozzo, secretario de la Comisión
Pontificia Ecclesia Dei, quien está encargada de la regularización de la FSSPX,
dijo que la Santa Sede quiere “aclaración” respecto a las críticas de la
Fraternidad al Concilio, pero estas pueden ser llevadas a cabo “después de la
reconciliación. “Dijo que la FSSPX debe alejarse de cualquier confrontación
“polémica y antagonista” Una fuente del Vaticano dijo que la Fraternidad
“ha bajado el tono algo de su literatura, entrevistas y publicaciones.”
Confirmando
lo que las fuentes de Roma dijeron al Register, Mons. Fellay implícitamente
dejó en claro que es el Vaticano quien ha contactado a la FSSPX, y no al
contrario, aún cuando la Fraternidad ve la reconciliación como su derecho y es
“una injusticia no dárnosla”. De acuerdo al líder del grupo, Mons. Lefebvre
nunca quiso romper con Roma, y la FSSPX siempre insistió que nunca ha estado en
cisma.
Mons.
Fellay dijo que algunos en el Vaticano ven a la FSSPX como viniendo al
“rescate” de la Iglesia, y otros como viniendo para su “ayuda” y reveló que
esto está mencionado en el documento de conciliación que le ofrecieron para
firmar. Una fuente informada dijo que Roma le está dando a la Fraternidad
“todo” lo que necesitan para la plena reconciliación.
Pero
algunos asociados con la FSSPX -incluyendo a Mons. Williamson que fue expulsado
de la Fraternidad en 2012, al parecer porque sembró la disensión dentro de la
FSSPX y aconsejaba en contra de la reconciliación con el Vaticano- creen que
Mons. Fellay está buscando la reconciliación a cualquier precio y que la
Fraternidad se arriesga a caer bajo la influencia de lo que Mons. Williamson
llamó los “cucús modernistas” que ocupan el Vaticano.
Mons.
Fellay rechaza esta posición como «completamente equivocada», insistiendo,
"nosotros no vamos a comprometer, a dañar la fe, la disciplina de la
Iglesia”. En cambio dijo “estamos pidiendo a Roma garantías para poder
continuar de la manera que lo hacemos”.
"Roma,
poco a poco, está concediendo lo que vemos como una necesidad y que ellos
mismos empiezan a ver como una necesidad, dada la situación de la Iglesia”,
dijo.
Una
prelatura personal similar a la del Opus Dei es la más probable estructura
canónica y, respecto al tema sensible de los nombramientos episcopales, la
FSSPX ya ha aceptado que el Papa escoja un candidato de una lista propuesta por
la Fraternidad.
Mons.
Fellay considera al Papa Francisco desconcertante, pero dijo que él es alguien
con el que puede tratar en un nivel personal. “La manera normal de juzgar a
alguien es extraer de sus acciones y concluyendo que está actuando así porque
así piensa”, explicó. “Con el papa actual, uno está absolutamente desconcertado
porque un día hace algo y el día siguiente hace o dice casi lo contrario”.
Dialogar
con el Papa Francisco
Pero el
líder Franco-Suizo ha aprendido cómo comunicarse con este papa, reconociendo
que Francisco frecuentemente parece ver la doctrina como un obstáculo para
llevar a la gente a Jesús. Para el papa, Mons. Fellay dijo, “lo que es
importante es la vida, es la persona, y entonces él trata de ver a la persona,
y allí, diría, él es muy humano”.
En cuanto a
los motivos del papa, Fellay cree que Francisco es alguien que quiere que todos
se salven, entonces, “como un rescatista, desata la cuerda, que es su
seguridad, para ponerse en una situación riesgosa para tratar de llegar a otras
personas”, y “esto es probablemente lo que está haciendo con nosotros”.
Se le
preguntó si pensaba que las frecuentes condenaciones del papa de los “doctores
de la ley” y “fundamentalistas” eran parcialmente dirigidas a él y la
Fraternidad, él se rió, diciendo que la gente en Roma le dijeron que no saben a
quién se está refiriendo el papa. “La respuesta que obtengo más es
“conservadores Americanos”. Se ríe. “Realmente, francamente, no lo sé”.
En cuanto a
cómo ve el papa a la FSSPX en general, Mons. Fellay dijo que su familiaridad
con la FSSPX en Buenos Aires ayuda. De hecho, en su entrevista con La
Croix, Francisco dijo que él “habló frecuentemente” con los miembros de la
FSSPX en Buenos Aires. “Ellos me saludaban, me pedían mi bendición de
rodillas”, dijo.
El papa ve
que «nos preocupamos por la gente», dijo Mons. Fellay.
Ciertamente
que no está de acuerdo con nosotros en estos puntos sobre el Concilio que
nosotros atacamos. Definitivamente no. Pero para él, como la doctrina no es tan
importante -es el hombre, la gente, lo importante- allí hemos dado prueba
suficiente que somos católicos”.
“Él ve que
somos genuinos, punto”, dijo Mons. Fellay. Él ciertamente ve las cosas con las
que no estaría de acuerdo con nosotros, cosas que le gustaría vernos cambiar,
pero para él, eso no es lo importante. Lo que es importante es amar a Jesús y
eso es todo”.
Preocupaciones
Internas
Mons.
Fellay habló antes de su preocupación de que la Fraternidad se “desintegrara”
en lugar de “integrarse” si es regularizada. Por lo tanto, ¿él teme que el papa
podría estar atrayéndolos para volver a la “plena comunión” para
neutralizarlos?
«Esta no es
su perspectiva», dijo. “Yo diría lo contrario. Él sería alguien que vería
ventajas en tener controversia… Entonces yo lo vería queriendo que nosotros
seamos controversiales para provocar y crear una nueva situación, la cual, tal
vez, en una manera Hegeliana, traería una mejor situación. Por supuesto,
nosotros estamos en contra de este enfoque dialéctico, pero podría ser el
único”.
La FSSPX
está buscando insertar salvavidas de su identidad dentro de cualquier acuerdo
con Roma. Y ellos se sienten confiados de que pueden continuar criticando la
iglesia pos-conciliar y el concilio si fuera necesario, sobre todo porque
muchas otras voces están ahora haciendo lo mismo. “Mantendremos la urgencia de
hacer correcciones, y yo diría que, en parte, ellos (Roma) están empezando a
reconocer tal urgencia”, dijo Mons. Fellay.
¿Y si estas
correcciones no llegan? “Bueno, seremos pacientes”, dijo, antes de esbozar una
amplia sonrisa. “Ellas vendrán”.
Pero dadas
las preocupaciones expresadas acerca de aspectos de la iglesia posconciliar,
resaltada por la reciente controversia sobre la exhortación apostólica Amoris
Laetitia, ¿la FSSPX puede sentirse confiada del apoyo de sus fieles
para la reconciliación?
Esta parece
ser una de las incógnitas y retos más importantes para la Fraternidad. "Va
a ser bastante trabajo, y tomará tiempo para ser capaz de llevar a los fieles a
darse cuenta de esta nueva cara en la historia de la Iglesia, esta nueva
realidad”, concedió Mons. Fellay. Pero añadió, no moverse hacia adelante
“porque las cosas son malas no es de ningún modo lo que Dios, Nuestro Señor,
está pidiendo a sus apóstoles”.
Lo
veo como un paso
Mons.
Fellay está más seguro acerca de la situación en la Iglesia, la cual ve que
empeora inevitablemente.
"La
situación de la Iglesia, cuando la vemos ahora, se convertirá en una situación
muy conflictiva”, dijo, añadiendo que “cada católico debe hacer su parte para
fortalecer la Iglesia. La regularización canónica de la Fraternidad no será una
solución, dijo, porque el problema “es la Iglesia” y lo que sucede ahora, “es
confusión en todos los niveles, moral y doctrinal”.
Entonces
¿ve el compromiso con el Vaticano como una reivindicación de la posición de la
FSSPX en todas las décadas pasadas?
« Lo
veo como un paso », dijo Mons. Fellay, “que prueba cuánta razón teníamos,
lo cual no es el final de ningún modo”.