4 de noviembre de 2017
" Vox túrturis auditorías se
muelen en nostra"
(Cant. II, 12)
En la fiesta de Cristo Rey, el 29
de octubre de este año, entre 150 y 200 peregrinos asistieron a la misa de
monseñor Williamson en Fátima. Al final de ella, los cuatro obispos de la
Resistencia consagramos a Rusia al Inmaculado Corazón de María, haciendo lo que
está a nuestro alcance para atender a los pedidos de Nuestra Señora.
Consagrar a Rusia al Inmaculado
Corazón es pedir la gracia del retorno, al seno de la Iglesia, de esta nación
que se separó de ella por el cisma. Si Nuestra Señora dijo que en Portugal se
conservará siempre el dogma de la fe, esta consagración debe tener el efecto de
reconducir a Rusia al dogma de la fe. En efecto, el cisma, al alejar a una
nación de la Iglesia, la aleja también del Magisterio y, por tanto, de la fe.
Que este pequeño esfuerzo hecho
en pro de la conversión de Rusia nos merezca la gracia de guardar el dogma de
la fe en nuestras almas y de colaborar para el triunfo de la Iglesia, no sólo
sobre el cisma del oriente, sino también y sobre todo, sobre el liberalismo y el
modernismo que se oponen al reinado de Cristo Rey sobre todos los pueblos.
+ Tomás de Aquino OSB
U.I.O.G.D.