El Papa Francisco condena a los católicos “fanatizados” con la claridad
doctrinal
Debajo
presentamos fragmentos de la homilía del papa Francisco en Casa Santa Marta el
viernes 19 de mayo de 2017, el mismo día de los discursos de los firmantes de
la dubia, el cardenal Burke y el cardenal Caffarra, en el Foro Romano por la Vida. ¿Es esta la respuesta del papa
Francisco a la ‘dubia’ de los cuatro cardenales?:
“Entonces
nos enfrentamos con dos grupos de personas. El grupo de los apóstoles que
quieren discutir el problema y los otros que van y crean problemas, dividen,
dividen a la Iglesia. Dicen que lo que predican los apóstoles no es lo que dijo
Jesús, y que no es la verdad.”
“Han
habido muchos [concilios], hasta el Vaticano II, que clarificaron la doctrina:
por ejemplo, cuando recitamos el Credo, es el resultado de concilios que
definieron la doctrina… Es un deber de la Iglesia clarificar la doctrina para
que se comprenda mejor lo que Jesús dijo en los Evangelios, o cuál es el
espíritu de los Evangelios…”
“Pero
siempre existió aquella gente que sin ningún cargo va a turbar a la comunidad
cristiana con razonamientos que trastornan a las almas: ‘Eh, no. Éste que ha
dicho eso es herético, aquello no se puede decir, aquello no, la doctrina de la
Iglesia es ésta…”. Y son fanáticos de cosas que no son claras, como estos
fanáticos que iban allí sembrando cizaña para dividir a la comunidad cristiana.
Y éste es el problema: cuando la doctrina de la Iglesia, la que viene del
Evangelio, la que se inspira en el Espíritu Santo – porque Jesús dijo: ‘Él les
enseñará y les hará recordar lo que yo he enseñado’ – aquella doctrina se
vuelve ideología. Y ésta es la gran equivocación de esta gente.”
“No
debemos temer cuando escuchamos las opiniones de los ideólogos de la doctrina.
La Iglesia tiene su propio magisterio, el magisterio del Papa, de los obispos,
de los concilios, y debemos ir por el camino que viene de la predicación de
Jesús, y de la enseñanza y asistencia del Espíritu Santo, que está siempre
abierto, siempre libre… esta es la libertad del Espíritu, pero en la doctrina…
la doctrina une, los concilios siempre unieron a la comunidad cristiana… la
ideología divide… para ellos la ideología es más importante que la doctrina:
ellos dejan de lado al Espíritu Santo.”
“Hoy
es mi deber pedir la gracia de una obediencia madura al magisterio de la
Iglesia, la obediencia a lo que la Iglesia ha enseñado siempre, y continúa
enseñándonos… Se desarrolla en los Evangelios, se explica cada vez mejor, en
fidelidad a Pedro, los obispos, y en última instancia, al Espíritu Santo que
guía y apoya este proceso… recemos por aquellos que transforman la doctrina en
ideología, para que el Señor les de la gracia de la conversión a la unidad de
la Iglesia, del Espíritu Santo y la verdadera doctrina.”
L’Osservatore Romano, ed. quotidiana, Anno CLVII, n.116, 20/05/2017,