Francisco,
gran amigo de los judíos, besando las manos de "sobrevivientes del
holocausto" en Israel el año 2014.
El Papa Francisco ha dicho:
"El
Concilio, con la Declaración Nostra aetate, ha trazado el camino: ‘sí’ al
redescubrimiento de las raíces judías del cristianismo; ‘no’ a cualquier forma
de antisemitismo y condena de todo insulto, discriminación y persecución que se
derivan". (Fuente)
"Debemos
dejar absolutamente en claro que el antisemitismo es un pecado. Una de las
razones por las que estoy aquí es para recordar al mundo cristiano que nuestras
raíces están en el judaísmo. En cada cristiano hay un judío, y no puedes ser un
verdadero cristiano si no reconoces tus raíces judías. No me refiero al
judaísmo en lo étnico, origen, sentido, sino desde el aspecto religioso". (Fuente)
"Todo
cristiano debe deplorar firmemente cualquier forma de antisemitismo,
manifestando al pueblo judío su solidaridad." (Fuente)
El “reconocimiento” de la FSSPX como “católica” por parte de Roma y su consiguiente integración a la Jerarquía oficial, aún no se han podido llevar a cabo. Como comentamos hace unos días, una de las dos principales causas que impide la regularización de la Fraternidad es el veto judío: los poderes judaicos no están dispuestos a tolerar que la iglesia conciliar integre a una congregación todavía calificada de "antisemita". Según ellos, Roma no puede aceptar a la FSSPX mientras ésta, a su vez, no acepte Nostra aetate.
¿Exageraciones?
UN ESCLARECEDOR CABLE DEL 2009
UN ESCLARECEDOR CABLE DEL 2009
1. El vocero de la Santa Sede, P.
Federico Lombardi, confirmó el 15 de septiembre que las conversaciones entre la
FSSPX y la Santa Sede se reanudarán en octubre. Casi al mismo tiempo, el Papa
Benedicto visitará la sinagoga de Roma. Si se manejan adecuadamente, estos dos
eventos separados pueden hacer avanzar el objetivo de la Santa Sede de reinar
sobre los ultraconservadores Lefebvristas sin dañar de nuevo las relaciones con
los judíos. Para hacerlo, el Vaticano necesita probar que no subestimará la
maldad del antisemitismo para facilitar la unidad de la Iglesia.
2. La FSSPX es una organización Católica
ultra conservadora. El finado Arzobispo Francés Marcel Lefebvre fundó la
organización en 1970 como reacción a las reformas del concilio Vaticano II
(1962-65). Desde entonces, los líderes de la Fraternidad han criticado
activamente el Vaticano II, que destacó el respeto por otras religiones y
aprobó cambios en los rituales litúrgicos. Las relaciones entre la Fraternidad
y la Santa Sede se rompieron cuando Lefebvre ordenó cuatro obispos sin permiso
papal en 1988. El diálogo entre la Fraternidad y la Santa Sede comenzó hace
algunos años para sanar la ruptura. El 21 de enero de 2009, la Santa Sede
rehabilitó a los cuatro obispos excomulgados de la FSSPX que Lefebvre ordenó
ilícitamente, y expresó el deseo de que todos los miembros de la Fraternidad
regresaran a la plena comunión con la Iglesia. Uno de los obispos rehabilitados
fue el negador del Holocausto, quien creó un alboroto particularmente entre el
mundo judío.
3. E
n una reciente entrevista de prensa, el Cardenal Christoph Schonborn
dijo que “se le debe decir muy claramente a la Fraternidad lo que no es
negociable para la Santa Sede” cuando las dos partes se reúnan en octubre.
Schonborn es un miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe del
Vaticano, que tomó el control sobre las conversaciones con la FSSPX después del
fiasco de primavera. Schonborn dijo que la Fraternidad debe aceptar las
conclusiones fundamentales del Vaticano II sobre el judaísmo y la libertad
religiosa como un derecho humano básico. (Nota: La FSSPX cree que
sostener la libertad religiosa debilita el mandato cristiano de evangelizar).
4. Si el Vaticano reina sobre los
Lefebvristas, es por mucho un asunto interno de la Iglesia. El cómo lo hace no
lo es. Conscientes del pasado antisemita de la Iglesia Católica, los
líderes judíos están recelosos de los grupos tradicionalistas que están más
preocupados de convertir que de proteger a los judíos. Al tratar con la FSSPX,
el reto para el Vaticano es confirmar que ésta rechaza el antisemitismo y que
ya no permitirá que ninguna parte de la Iglesia contribuya a éste.
UN
REQUISITO SINE QUA NON: LA EXPULSIÓN DEL OBISPO
"ANTISEMITA"
Para limpiar su pasado “antisemita” (ver documento de la "Liga Anti Difamación") con miras a la regularización, la FSSPX tuvo que empezar por expulsar a Mons. Williamson. Los judíos expresaron su beneplácito, pero no consideraron que tal medida fuera suficiente: El director del Congreso Mundial Judío (WJC) Ronald S. Lauder, declaró: “Es bueno que el promotor del odio y negador del holocausto Williamson ha sido finalmente enviado al desierto, pero esta es una decisión que los líderes debieron haber tomado desde hace años, cuando abiertamente negó la existencia de las cámaras de gas. Es muy poco y demasiado tarde. Las razones que dan ahora para la expulsión no mencionan el daño que este hombre ha causado al extender improperios en contra de los judíos y otros, vía púlpito, vía su boletín, y sus declaraciones a los medios”.
Lauder
con Francisco
UNA
GRAN VERDAD DICHA EN UN MAL MOMENTO
A pesar de esto, las conversaciones con el Vaticano siguieron adelante… hasta que a Mons. Fellay se le ocurrió decir, en cierta conferencia, que los judíos eran “enemigos de la Iglesia” (por cierto, grandísima verdad olvidada), lo que causó un gran revuelo en los medios judíos, que lo calificaron de “antisemita impenitente”.
Parece
ser que para librarse de esta nueva “mancha” y poder ser por fin aceptado en la
iglesia conciliar, Mons. Fellay otorgó la muy vergonzosa
entrevista al
hebreo Tim Sebastian, en la que el sucesor de Monseñor Lefebvre fue humillado
por esas declaraciones y por el “pasado antisemita” de la FSSPX.
Uno
pensaría que con esta entrevista, en la que el Obispo se comportó con tanto
aplomo como una quinceañera, los judíos quedarían finalmente conformes y
permitirían que la FSSPX pudiera alcanzar su muy anhelado reconocimiento. Pero
todo indica que no fue así.
PUNTO FINAL: O LA FSSPX ACEPTA NOSTRA AETATE O NO HAY ACUERDO
Cuando
Monseñor Pozzo afirmó que El concilio no es
un súper dogma pastoral, sino parte de la totalidad de la Tradición y el
magisterio constante, y que el decreto Nostra aetate no era una
declaración definitiva, inmediatamente hubo reacciones: La Stampa (Vatican
Insider) se apresuró a publicar las declaraciones del Rabino David Rosen y otros
en las que se aclara “lo que era negociable y lo que no”. Dijo el Rabí: “Confío que la declaración del Cardenal Kurt Koch,
Presidente del Consejo Pontifical para la Unidad de los Cristianos, en cuanto a
que la aceptación de Nostra aetate como obligatoria deberá ser un
requisito para la FSSPX antes de que sus miembros puedan ser recibidos por la
Santa Sede; yo encuentro imposible creer que el Papa Francisco esperaría
algo menos.Por esos mismos
días, en Alemania, “Católicos y Judíos” han aclarado también que Nostra
Aetate no es negociable, y un teólogo austríaco influyente advirtió sobre el peligro de reconocer
a la FSSPX sin aceptar Nostra Aetate.
El
Rabino Rosen con Francisco