Número CDXXX
(430)
10 de
octubre de 2015
Consejos Positivos
Mons.
Williamson
No
es que hoy quedemos sin nada que podamos hacer.
Basta
buscar para descubrir de Dios el buen placer.
Los
Norteamericanos tienen una expresión, “Pensar fuera de la caja”. Significa
pensar fuera del modo usual propio de pensar. Si alguna vez hubo un tiempo para
“pensar fuera de la caja”, ese tiempo es ahora. Desde seis o siete cientos de
años, la humanidad se ha apartado de Dios en un proceso libremente por ella
elegido, el cual Dios no interviene para parar, como fácilmente podría hacerlo,
porque Él no nos da el libre albedrío para arrebatárnoslo de nuevo. También, si
Él está ahora permitiendo que este proceso esté alcanzando en nuestro propio
tiempo su conclusión lógica, Él debe tener esperanzas de que, como la crisis se
profundiza y las presiones aumentan, así habrá siempre más almas llevadas a
pensar fuera de la caja del materialismo, de manera que retornan al camino del
Cielo.
Ahora
bien, cómo se desplegarán los años que vienen permanece el secreto de Dios,
especialmente el calendario. Sin embargo, parece altamente probable que las
áreas suburbanas y urbanas donde la mayoría de nosotros vivimos serán
seriamente desestabilizadas, en primer lugar porque estas áreas están
mayormente inmersas en materialismo y viviendo felizmente sin Dios, lo cual
debe invocar Su Ira, y en segundo lugar porque estas áreas son tan
intrínsecamente inestables tanto como lo están amputadas de la naturaleza y son
artificiales. Efectivamente dependen siempre más en el frágil sistema de
supermercados para sustento y supervivencia, en las insuficientes fuerzas
humanas policiales para cualquier paz y orden, en los vulnerables satélites de
Internet para su información y comunicaciones, en los villanos bancos para
techo como guarida.
De
hecho, solamente cuando la crisis golpee realmente, nos daremos verdaderamente
cuenta de cuan frágil era nuestro ambiente que parecía tan natural como la
naturaleza misma. Por consiguiente, para subsistencia y supervivencia
seguramente tiene sentido proveerse de una existencia de alimento y agua; para
información y guía proveerse de una radio operada con baterías (con las
baterías); para ley y orden proveerse de algunos medios físicos de auto-defensa
y contactarse con los vecinos inmediatos de uno, a pesar de lo poco que uno los
hubiera elegido, porque los amigos en la necesidad son amigos de verdad; y para
techo como guarida, salir, tanto como uno pueda tan pronto como uno pueda,
fuera de deuda y fuera de las garras de los banqueros delinquentes, aunque sea
muy tarde para eso.
Un
lector católico va más allá, sugiriendo que los Católicos en un misma área se
junten para establecer refugios católicos, tanto materiales como espirituales,
invisibles como tales desde afuera, pero donde adentro reinará la alegría de la
Fe. Ese parece un pensamiento extraño. Ciertamente es “fuera de la caja”.
Exigiría unos Católicos que vivieran cerca, los unos de los otros, y que
comportaran el mismo sentido de urgencia hacia los eventos inminentes. Sin
embargo es una idea cuyo tiempo puede venir. Además algún ‘estudiante’ haría
buen uso de su tiempo en una ‘universidad’ si hiciera una tesis sobre como los
Católicos mantuvieron la Fe bajo la brutal represión Comunista. El Globalismo
no es aún físicamente brutal, pero eso puede hacerlo todo lo más peligroso para
las almas.
Y,
finalmente, un Sacerdote hace unas pocas sugerencias clásicas de medios
espirituales para cumplir con las necesidades espirituales de hoy en día, las
cuales son suficientemente urgentes aún sin la amenaza de eventos aún más
graves. El Rosario completo de 15 Misterios cada día tiene la garantía del
Cielo para su eficacia. Un ayuno de 24 horas a pan y agua puede obtener hasta
milagros. Una obra de misericordia corporal, por ejemplo limosnas reales a un
mendigo real (más difícil que escribir un cheque) hace descender la gracia. Así
también hace una obra de misericordia espiritual, como darles un panfleto
católico o una Medalla Milagrosa a no-Católicos. Abstinencia total del Internet
por uno o varios días puede frenar los hábitos de pérdida de tiempo, y puede
liberar una media hora para meditar en su lugar sobre la Pasión de Nuestro
Señor quien no hace otra cosa que esperarnos y anhelar que saquemos provecho de
todo lo que Él sufrió.
Kyrie
eleison.