Quizás porque se habla mucho de la
actualidad en la crisis de la FSSPX, no se repara mucho en el que ha sido el
momento crucial donde la FSSPX realmente comenzó su caída, su inevitable caída.
Lo hemos destacado en este blog más de una vez, pero hay que decirlo
nuevamente: fue en el momento en que la FSSPX (desde entonces, Neo-FSSPX) se
apartó de la verdad para consentir en una mentira, en una deshonestidad, volviéndose
cómplice de los tramposos conciliares. Fue en el “levantamiento de las
excomuniones”.
Puede verse de este modo: un hombre le
coloca a usted un objeto de valor en su bolsillo sin que usted lo advierta.
Luego aquel hombre lo acusa a usted de ladrón. Usted lo niega, pero llaman a un
policía, lo revisa y le encuentra el valioso objeto en su bolsillo. El hombre
que le colocó el objeto en su bolsillo, logra que usted vaya a prisión. Luego
de algunos años, ese mismo hombre viene y le dice: yo lo perdono y voy a hacer
que usted sea puesto en libertad. Y usted, sin que el hombre aquel haya
reconocido la maldad que hizo con usted, usted acepta su “perdón”, acepta ser
perdonado por un delito que no cometió, por arte del autor del delito, y sale
en libertad, sale porque, dice, así podrá hacer mucho bien a muchas personas.
Ahora usted está públicamente “limpio”. Usted es un “perdonado”. Pero ahora
usted es deshonesto. La verdad ha sido colocada a un lado, por la conveniencia
de dos hombres que simulan querer hacer el bien. Pero el bien sin la verdad no
es verdadero bien. Y desde aquel día en que usted aceptó salir de la cárcel sin
la verdad, usted ya no es el mismo honesto hombre que siendo inocente fue
condenado. Ahora, siendo oficialmente “inocente”, se condena a sí mismo. Y para
negar esto se multiplica en hacer obras y realizar actividades que lo hagan
olvidar que alguna vez fue condenado por los malvados, y hoy es beneficiado por
esos mismos malvados, sin que ellos hayan cambiado su condición, y en cambio
usted sí. Ellos le dicen que tienen buenas intenciones para con usted, pero si
eso fuera cierto, ellos habrían empezado por restablecer la verdad,
reconociendo que usted nunca cometió el delito que se le imputó. Usted
sacrificó la verdad por la libertad. Desde aquel día, usted se ha condenado a
sí mismo a ser un liberal. Y ahora ellos lo controlan a usted, sin necesidad de
ninguna cárcel.
ADÁN Y EVA FSSPX
TENTACIÓN
Diablo:
“Seréis como dioses”…
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TENTACIÓN
Roma
modernista: “Seréis reconocidos”…
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PECADO
ORIGINAL
Diálogo
con la serpiente. Aceptación del fruto ofrecido por la serpiente.
Desobediencia
a Dios.
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PECADO
ORIGINAL
Diálogo
con la Roma modernista. Aceptación del fruto ofrecido por la “serpiente”
(Ratzinger): “Quedaréis limpios y purificados de las excomuniones”. Desobediencia
al fundador Mons. Lefebvre.
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PÉRDIDA DE
DONES
Pérdida
de la gracia de Dios, miserias del alma y el cuerpo, condenados a morir.
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PÉRDIDA DE
DONES
Incapacidad
de confesar la verdad íntegra, con valentía, de frente, crisis interna,
salidas, expulsiones, persecuciones, purgas, creciente liberalismo, debilidad
doctrinal, etc.
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ESPERA DE UN
REDENTOR
N.
S. Jesucristo, que los rescatará del pecado y les abrirá las puertas del
cielo.
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ESPERA DE UN
REDENTOR
Un
papa liberal y modernista que les otorgue el acuerdo por el cual a la FSSPX
redimida se le abrirá las puertas de Roma, la tierra prometida.
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Aquella caída original marcó todos los
actos posteriores de la Fraternidad, y contaminó a su feligresía de ese
espíritu “utilitarista” que puede hacer que, a veces, se busquen los medios
espurios o el lenguaje ambiguo para favorecer los propios intereses.
Lejos de lo que pidió Nuestro señor: “Que vuestro hablar sea sí sí, no no, que lo
demás viene del maligno” (Mt. 5,37), se entró de lleno en el método de los
sofistas que todo lo acomodan a sus intereses. Así hasta hoy día se defienden
en los blogs y foros adictos a la Neo-Fraternidad estas prácticas, para
justificar las medidas supuestamente favorables de los conciliares, en este
caso el demoledor Francisco, para con la Fraternidad. Se dicen cosas como que “No hay que hacer caso al efecto que los
malos quieren provocar al darnos cosas (dádivas dice usted), las da Cristo, a
su Obra, ellos las quieren envenenar. No tomemos el veneno.”, y "Nuestro Señor nos dio "por mano
de Bergoglio", dadivas que dicha "mano" enveneno. Y nosotros
aceptamos las tales dadivas algo asi como "centrifugando" el
veneno", para agregar ingenuamente:
“Gambeta, caño y jopeada!!! (Blog de Dardo Calderón).
Imaginamos que lo mismo habrá pensado la
pobre Eva cuando recibió la fruta de la serpiente: “Esto me lo da Dios a través de la serpiente. Yo voy a tomar lo bueno
del fruto, y voy a evitar su veneno”.
Por otra parte, eso no es lo que hace
Mons. Fellay, como dicen, pues acepta entero
el fruto que le da Francisco: así en la permisión de celebrar matrimonios de la
FSSPX, aceptó que los mismos sean celebrados ante los sacerdotes conciliares, y
no los de la Fraternidad. ¿Dónde está ese famoso “descarte del veneno”? Por el
contrario, los que señalaron que había un veneno fueron castigados.
El idiotismo –que no es otra cosa que
soberbia- de creer que uno es más fuerte que el diablo y por eso puede transar con
él y ganarle en el terreno de la astucia, hace estragos. Estos
neofraternitarios ya olvidan lo que decían los obispos de la Fraternidad, Mons.
Fellay incluido: “El Vaticano II es un pastel o una sopa envenenada. Una sopa
envenenada se tira entera a la basura”. Sólo Dios en su infinita Sabiduría
puede sacar bien de un mal. No por eso al hombre le es permitido traficar con
el mal, especulando que Dios lo esté favoreciendo. Los hijos de este siglo son
más sagaces que los hijos de la luz.
Ignacio Kilmot