Número DXXXII (532)
23 de septiembre de
2017
Verdad Histórica – II
Mons. Williamson
La verdad es el fruto de la
libertad, ¿no es así?
Más bien, dijo Nuestro Señor, la
libertad es fruto de la verdad.
Como los “Comentarios” de la
semana pasada le recordaron a los lectores, es la misma Escritura que nos dice
que el Anticristo vendrá, porque los hombres carecieron de amor a la verdad (II
Tesalonicenses II, 10). Dios es la verdad (Juan XIV, 6), así que cuando los
hombres se alejan de Dios, ellos se abren a las mentiras. Pero Satanás es el
padre de la mentira (Juan VIII, 44), y así, acoger la mentira es dar la
bienvenida a Satanás y finalmente a su Anticristo, el peor de todos los
enemigos de Cristo. Por lo tanto, pensar que la escena política moderna llena
de mentiras no es un problema religioso porque la política y la religión no
tienen nada que ver una con otra, es tener una visión muy defectuosa de la
religión. El amor a la verdad importa en todas las áreas de la vida. “La verdad
os hará libres”, dice Nuestro Señor (Juan VIII, 32). Efectivamente – hoy una
masa de gente está esclavizada por las mentiras de los viles medios de
comunicación, y ellos son viles precisamente porque mienten, grave y
sistemáticamente.
El ejemplo de la semana pasada
sobre una falsedad monstruosa ampliamente aceptada vino de Francia, aunque esa
falsedad prevalece en todo el mundo. La falsedad monstruosa de esta semana
viene de los Estados Unidos. Sin duda muchos de los lectores de estos
“Comentarios” saben que la historia real del 11-s no es en absoluto lo que la
han hecho aparecer, pero aún demasiadas mentes están deformadas porque no
quisieron conocer la verdad. Como resultado, toda su percepción del curso de
los acontecimientos en el siglo 21 permanece distorsionada, fuera de la verdad
de lo que se hizo aparecer como un ataque “terrorista” en 2001 en las Torres
Gemelas y el Pentágono. Como la monstruosa falsedad de la semana pasada, solo
unas pocas horas en Internet les daría la evidencia que necesitan para conocer
la verdad, pero “no hay peor ciego que el que no quiere ver”, dice el
proverbio.
Un americano gran amante de la
verdad, Paul Craig Roberts, dice en su artículo del 8 de junio “La Catástrofe
Americana”, cuán frustrante es para él insistir a sus compatriotas sobre la
verdadera narrativa de los acontecimientos, solo para que le contesten, “Si fue
una conspiración, alguien hubiera hablado”. Sí, por supuesto, contesta, pero no
tiene absolutamente ningún efecto si ellos hablan. Él cita el ataque de Israel
de 1967 contra el buque de la Armada Americana, Liberty, totalmente
expuesto desde entonces por altos oficiales y funcionarios estadounidenses,
pero aun oficialmente encubierto. Él cita los asesinatos políticos de John y
Robert Kennedy en los años ‘60, ambos aun oficialmente encubiertos a pesar de
la evidencia clara, y luego se refiere al 11-s:
En cuanto al 11-s, más de cien
socorristas (bomberos y policías) y personal de mantenimiento del World Trade
Center que estuvieron en las Torres Gemelas testificaron que escucharon y
experimentaron múltiples explosiones dentro de las torres antes de apenas
escapar con sus vidas. Personal de mantenimiento han testificado que las
primeras explosiones fueron en el sub sótano antes de que el avión chocara con
la torre. Expertos en demoliciones testificaron que los edificios fueron sin
duda alguna derrumbados por demolición controlada. Tres mil arquitectos e
ingenieros dijeron que la historia oficial es imposible. Científicos
independientes publicaron sus hallazgos de que los residuos de las torres
contienen nano-termita reactiva y no reactiva. Pero toda esta charla no tiene
efecto en el encubrimiento oficial. Los expertos son descartados como “teóricos
conspiracionistas”, un término que introdujo la CIA al discurso político para
desacreditar a aquellos que expusieron el encubrimiento del asesinato del
Presidente Kennedy.
Esta “catástrofe americana” de
gente en gran medida desinteresada en la evidencia o la verdad, ahora está dirigiéndonos
directamente a la III Guerra Mundial, porque el público americano está
aceptando creer que Rusia interfirió en la elección americana el año pasado,
que Rusia quiere atacar a sus vecinos, que Putin es otro Hitler – todas
mentiras. Paul Craig Roberts está en virtual desesperación ante esta falta de
amor por la verdad. Todos nosotros pagaremos la cuenta.
Kyrie eleison.