Número CDLVI (456)
09 de abril de 2016
Solución Divina
Mons. Williamson
Alcanzar el Cielo con 20 tildes – es poco.
Todo Católico que lo rechace está loco.
Los
últimos dos números de estos “Comentarios” concluyeron que en la confusión
actual en la Iglesia Universal que desciende desde los Papas poseídos por los
ideales Revolucionarios, los Católicos tienen que volverse a Dios para la
propia solución de Dios, porque Él no puede abandonar las almas que no lo hayan
abandonado primero a Él. Esta solución existe, no es complicada, es accesible a
todos, garantiza la salvación eterna, y requiere no más que un poco de fe, de
humildad y un esfuerzo. Es la Devoción al Corazón Doloroso e Inmaculado de
María por la práctica de los Cinco Primeros Sábados, con un espíritu de
reparación por los insultos, blasfemias y ultrajes cometidos contra la Madre de
Dios.
¿Por qué reparación a la Bienaventurada Virgen María? Porque Dios,
conociendo desde la eternidad cuán perverso el mundo devendría hacia su final,
dio a Su Madre, como San Luis Grignion de Monfort lo anticipó en el siglo 18vo,
un papel maternal especial para desempeñar desde el levantamiento de la
Revolución Francesa (1789) en adelante. A través del siglo 19no, ciertamente
Ella pudo, por ejemplo a través de Lourdes, alcanzar a una multitud de almas
que el liberalismo y el cientificismo hubieran de otra manera condenado, pero
por el siglo 20mo demasiadas almas desdeñaron incluso Su cuidado maternal. Así,
como Dios había dado a Su Iglesia en el siglo 17mo la Devoción a Su Sagrado
Corazón, así en el siglo 20mo Él dio la Devoción al Corazón Inmaculado de Su
Madre, con la advertencia a la humanidad de que ésta sería Su última dádiva
antes del final del mundo. Y, considerando Él peores los insultos hacia su
Madre que hacia Él mismo, entonces el desprecio de los hombres a los esfuerzos
especiales de Ella para salvarlos, requería una reparación especial.
Ella
misma desde Mayo a Octubre de 1917 en Fátima, Portugal, presentó Su Corazón
como el remedio para los males de la humanidad, los cuales estaban por hacerse
mucho peores por el estallido de la Revolución Rusa ese mismo Octubre. Y, como
el mundo se precipitó cuesta abajo en los 1920, llegó hasta el punto que hoy
innumerables Católicos están aferrados a su fe solamente con la punta de sus
dedos, Ella dio a toda alma un medio seguro y fácil de asegurar su salvación
eterna si solamente el alma se tomara, por una vez en su vida, una pequeña
molestia en Su nombre: en los cinco primeros Sábados del mes hacer
sucesivamente reparación por los ultrajes contra 1) Su Inmaculada Concepción,
2) Su perpetua Virginidad, 3) Su Maternidad espiritual y universal, 4) Sus
imágenes y estatuas y 5) Los pequeños niños que el mundo de hoy impide acceder
a Ella. PresioneAQUÍ para
ver el volante (en inglés) con detalles precisos.
La oferta
de la bienaventuranza eterna a cambio de un esfuerzo tan relativamente poco es
increíble, pero como el volante lo dice, tiene sentido. Dios ha sabido desde la
eternidad todo el caos cerrándose en torno a nosotros ahora que la Quinta Edad
de la Iglesia está llegando a su fin. Estamos perdiendo nuestra salud, nuestras
familias, nuestra libertad, nuestros países, nuestros sacerdotes, nuestros
sacramentos, nuestra Iglesia, y pronto, muy posiblemente, nuestras vidas.
Nuestro mundo se está hundiendo en un caos organizado por los enemigos de Dios
para borrar los últimos vestigios de Él. Todo esto Él lo sabe, por supuesto,
incluso la creciente dificultad para nosotros, hasta aparente imposibilidad, de
llevar vidas católicas. Por consiguiente, Él nos ofrece la garantía de la
salvación si nosotros hacemos solamente este pequeño esfuerzo para hacer
reparación a Su Madre. Después de eso podríamos volvernos locos, ir a prisión,
ir hacia la muerte, aún llegar a perder la fe, pero en el momento de la muerte
tenemos la promesa de Dios que Ella estará allí con todas las gracias necesarias
para la salvación. ¿Cómo puede un Católico creyente no aceptar esta oferta? Hay
ciertamente sacerdotes en todas partes de la Iglesia que harán lo mejor que
puedan para ayudar.
Pero lo
menos que podemos hacer por nuestra parte es cumplir exactamente con lo que el
Cielo pide, notablemente las cinco distintas intenciones de reparación, y he
aquí donde el volante debe ayudar. Ya sea pidiendo una cantidad en papel al
Centro de Fátima en Canadá o descargándolo, éste presenta 20 pequeños
casilleros a tildar para el ascenso en diagonal desde la tormenta moderna hasta
la calma Celestial. Los niños aman tildar casilleros. No hace daño a los
adultos. ¡Todos a bordo para el Cielo!
Kyrie
eleison.