Ahora,
los confesionarios están vacíos gracias a Francisco y al Año de la
Misericordia. Cada vez hay menos penitentes y cada vez menos arrepentidos. Los
contraproducentes efectos de una “puerta” demasiado abierta.
NOTA
SYLLABUS: ¿No será que se fueron todos a confesarse con los sacerdotes de la
Neo-FSSPX, que ahora tienen el plácet de Francisco?