viernes, 28 de agosto de 2015

LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE





“Quien llamara evangélicos a los herejes, convendría que pagase alguna multa, para que no se goce el Demonio de que los enemigos del Evangelio y Cruz de Cristo, toman un nombre contrario a sus obras; porque a los herejes se los ha de llamar por su nombre, para que dé horror hasta el nombrar a los que son tales, y cubren el veneno mortal con el velo de un nombre de salud”.


San Ignacio de Loyola, Carta a San Pedro Canisio, 13 de agosto de 1554.