Número CDLXXXI (481)
01 de octubre de 2016
Sedevacantismo, Nuevamente – I
Mons. Williamson
La Iglesia Católica
nunca puede totalmente fallar,
Pero parcialmente
puede severamente enfermar.
Puede fastidiar a
cierto número de lectores de estos “Comentarios” si éstos vuelven con el tema
de los Papas Conciliares no siendo Papas en lo absoluto, pero la reciente
traducción al francés de un artículo de 1991 en inglés, muestra cómo los
argumentos en favor del sedevacantismo necesitan repetidamente demostrarse como
no siendo tan concluyentes como aparentan. Los liberales no necesitan tal
demostración porque para ellos el sedevacantismo no es tentación. Sin embargo,
hay almas católicas selectas sacadas por la gracia de Dios fuera del
liberalismo y llevadas hacia la Tradición católica, para las cuales el
sedevacantismo se vuelve positivamente peligroso. Al Diablo no le importa si
perdemos nuestro balance hacia la derecha o hacia la izquierda, con tal que
perdamos nuestro balance.
Pues, en verdad, el
error del sedevacantismo puede ser en teoría un error no tan profundo ni tan
grave como el de la pudrición mental universal del liberalismo, pero en la
práctica, ¿cuán frecuentemente uno observa que las mentes se cierran de golpe
con el sedevacantismo? Y, que lo que comenzó como una opinión aceptable (¿qué
Católico puede decir que las palabras y hechos del Papa Francisco son
católicos?) tiende a volverse una certeza dogmática inaceptable (¿qué Católico
puede juzgar con certeza una cuestión tal?). Y, de allí, a imponerse a sí mismo
como el dogma de los dogmas, como si la catolicidad de una
persona fuera a ser juzgada de acuerdo a si cree o no que no hemos tenido un
Papa real desde, digamos, Pío XII.
Una razón ofrecida
en “Comentarios” previos para esta dinámica interna del sedevacantismo
frecuentemente observada, puede ser la simplicidad del nudo Gordiano con la
cual se zanja un problema agonizante y amenazante de la fe: “¿Cómo pueden estos
destructores de la Iglesia ser verdaderos Papas Católicos?”. Respuesta, no son
Papas en lo absoluto. “Oh, ¡qué alivio! No tengo que agonizar más”. La mente se
cierra de golpe, el sedevacantismo debe ser compartido como si fuera el
Evangelio con quienquiera que escuche (o no escuche) y, en el peor de los
casos, puede ser extendido desde los Papas a todos los cardenales, obispos y
sacerdotes, de manera que un Católico otrora creyente se transforma en un “home
aloner” que deja de asistir a Misa totalmente. ¿Será exitoso en mantener la Fe?
¿Y sus niños? Aquí está el peligro.
Por consiguiente,
para mantener nuestra Fe católica en balance y para evitar las trampas tendidas
hoy a su derecha y a su izquierda, miremos los argumentos de MonsS en el
artículo de 15 páginas arriba mencionado (“MonsS” es una abreviatura que muchos
lectores identificarán de inmediato pero que no necesita ser deletreado aquí
porque estamos más preocupados por sus argumentos que por su persona). En su
artículo al menos él sí piensa y él sí tiene una fe católica en el Papado, de
otra manera los Papas Conciliares no serían problema para él. Esta lógica y fe
son lo que es mejor en los sedevacantistas, pero ni MonsS ni ellos están
trabajando con la imagen completa: Dios no puede dejar ir a Su Iglesia, pero Él
puede dejar ir a Sus hombres de Iglesia.
He aquí su
argumento en pocas palabras – Mayor: la Iglesia es indefectible. Menor: en el
Vaticano II la Iglesia se volvió liberal, lo cual fue una defección mayor.
Conclusión: la Iglesia Conciliar no es la Iglesia real, lo cual significa que
los Papas Conciliares que dirigieron o siguieron al Vaticano II no pueden haber
sido Papas reales.
El argumento parece
bueno. Sin embargo, a partir de las mismas Mayor y Menor puede venir una
Conclusión liberal: la Iglesia es indefectible, la Iglesia se volvió liberal,
entonces yo también, como Católico, debo volverme liberal. Que el
sedevacantismo comparta de este modo sus raíces con el liberalismo, debería
hacer que cualquier sedevacantista lo piense dos veces . MonsS nota las raíces
comunes y las llama “irónicas”, pero son mucho más que eso. Apuntan a que los
liberales y sedevacantistas están cometiendo el mismo error, el cual debe estar
en la Mayor. De hecho ambos por igual malentienden la indefectibilidad de la
Iglesia, tanto como ellos se equivocan en la infalibilidad del Papa. Vean estos
“Comentarios” la próxima semana para un análisis más detallado del argumento de
MonsS.
Kyrie eleison.