Número
DXVIII (518)
17
de junio de 2017
Fátima es crucial – I
Mons. Williamson
¿El mundo está desquiciado –
iniquidad execrable?
Para que la oscuridad se vuelva
luz obedeced, de Dios, la Madre.
Todavía hay católicos que no
entienden la importancia de las Apariciones y Mensajes de Nuestra Señora a los
tres pastorcitos en Fátima, Portugal, en 1917, junto con las sucesivas
apariciones y mensajes dados a una de ellos, la Hermana Lucía, durante los años
subsiguientes. Ya la misma Iglesia en Portugal en 1931 le dio su aprobación
oficial a la intervención de Nuestra Señora, y en esos Mensajes es Ella misma
quien les dio gran importancia. Este es el texto de la segunda parte del
Secreto de Fátima, que cae directamente bajo la aprobación oficial de la
Iglesia. Es bastante conocido por muchos católicos, pero todo hombre viviente
necesita entender su importancia, como se subraya en las palabras resaltadas en
negrita:
Para salvarlas [las
almas de los pobres pecadores que están en camino del infierno], Dios
quiere establecer en el mundo la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Si
hicieran lo que os voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La
guerra va a acabar. Pero si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI
comenzará otra peor. Cuando veáis una noche alumbrada por una luz desconocida,
sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo por sus
crímenes por medio de la guerra, del hambre y de persecuciones a la Iglesia y
al Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir la
consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, y la Comunión Reparadora de los
Primeros Sábados. Si atendieran mis peticiones, Rusia se
convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo promoviendo
guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo
Padre tendrá que sufrir mucho, varias naciones serán aniquiladas… Al
fin, Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que
se convertirá, y se le concederá al mundo un periodo de paz.
Aquí Nuestra Señora habla en
1917. “La Guerra” a que se refiere en la línea 3 fue la I Guerra Mundial
(1914–1918) y la “guerra peor” fue la II Guerra Mundial (1939–1945), la cual no
hubiera sucedido si todos los católicos en el mundo, empezando por el Papa, hubieran
escuchado a Nuestra Señora de Fátima. “Para impedirla”, como lo prometió en
1917, volvió en 1929 con la Hermana Lucía para pedirle la Consagración de
Rusia. Aun así los católicos en general y los clérigos en particular le
prestaron poca atención. Como resultado, la “luz desconocida” profetizada por
Nuestra Señora en 1917 en la línea 4 del párrafo anterior, ocurrió como un
extraordinario resplandor rojo en toda Europa durante la noche del 25 de enero
de 1938, y en septiembre de 1939 estalló completamente la II Guerra Mundial,
con sus 66 millones de muertos.
¿Y Fátima no era importante?
¿Cuándo pudo habernos salvado de la II Guerra Mundial? Pero aún más importante
fue cómo Fátima pudo habernos salvado del Concilio Vaticano II (1962–1965), y
podría salvarnos aún en 2017 de las devastadoras consecuencias de ese Concilio,
si tan solo suficientes católicos se despertaran e hicieran lo que Nuestra
Señora pidió.
En los puntos suspensivos de la
cita anterior, entre “aniquiladas” y “Al fin”, estaba enmarcado en el Secreto
original lo que se vino a conocer como el “Tercer Secreto” de Fátima, en
realidad la tercera parte del único y verdadero Secreto. Nuestra Señora dijo
que este texto era para revelarse a más tardar en 1960, si la
Hermana Lucía no moría antes de esta fecha. Pero aún no ha sido publicado, casi
ciertamente porque contiene la condenación del Cielo a la esencia del próximo
Concilio. Pero los clérigos ciegos, resueltos a proteger su proyecto favorito,
se atrevieron a proclamar que Nuestra Señora había dicho que a partir
de 1960 podría publicarse, una perversa mentira como ninguna. De este
modo Fátima pudo haber salvado del impío siglo 20 no sólo al hombre y al mundo
sino también a la Iglesia, si tan solo los clérigos hubieran escuchado. ¿Sigue
siendo sin importancia Fátima?
Estimados lectores, recen el
Santo Rosario y practiquen la Devoción de los Primeros Sábados, como Nuestra
Señora de Fátima lo pidió. Es cuando suficientes de entre nosotros la
escuchemos, que el mundo y la Iglesia comenzarán a darse vuelta.
Kyrie
eleison.