“No hay nada más contrario al supuesto magisterio
del Concilio que la liturgia tridentina: toda oración, toda perícopa (como
dirían los liturgistas) es una afrenta a los delicados oídos de los novadores y
toda ceremonia una ofensa a sus ojos.”
“Los sacerdotes y obispos que al igual que yo han
redescubierto aquel tesoro inestimable de fe y espiritualidad –o que por la gracia
de Dios no lo han abandonado a pesar de la feroz persecución postconciliar– no
están dispuestos a renunciar a él, porque han encontrado en él el alma de su
sacerdocio y el alimento de su vida sobrenatural. Y resulta inquietante, además
de escandaloso, que a pesar del mucho bien que reporta a la Iglesia la Misa
Tridentina haya quienes quieran prohibirla o limitar su celebración alegando
pretextos.”
“Se equivocan cuantos creen posible la
coexistencia de dos formas opuestas de culto católico en nombre de una
pluralidad de expresión litúrgica que es hija de la mentalidad conciliar, ni
más ni menos que de la hermenéutica de la continuidad.”
“La Iglesia no es una empresa cuyo departamento
de mercadeo pueda retirar del catálogo productos obsoletos para presentar otros
nuevos a pedido de los clientes. Ya fue doloroso que se impusiera por la fuerza
a los sacerdotes y los fieles la revolución litúrgica en nombre de la
obediencia al Concilio, privándolos del alma misma de la vida cristiana para
sustituirla por un rito que el masón Bugnini copió del Book of Common
Prayer del anglicano Cranmer, si de verdad se quisiese ayudar en esta
crisis al pueblo de Dios, sería necesario abolir la liturgia reformada, que en
cincuenta años ha causado más daño del que hizo el calvinismo.”
“¿Cómo se puede pedir a un sacerdote que celebre
unas veces un rito venerable y santo en el que encuentra perfecta coherencia
entre doctrina, ceremonia y vida, y otras un rito falseado que hace concesiones
a los herejes y calla vilmente lo que el otro proclama con ardor?”
“Muchos están obedeciendo también en el ámbito
civil durante esta pandemia normas absurdas y perjudiciales porque las
impusieron médicos, virólogos y políticos que deberían preocuparse por la salud
y el bienestar de los ciudadanos; y muchos no han querido creer, ni siquiera
ante la evidencia de un plan criminal, que esos fuesen capaces de desear
positivamente que millones de personas pudieran enfermar o morir. Es lo que los
psicólogos llaman disonancia cognitiva, que lleva a las personas a refugiarse
en un nicho cómodo de irracionalidad antes que reconocerse víctimas de un
colosal fraude y reaccionar con valor.”
“Hay
que decir claro que el Concilio Vaticano II fue concebido como un acto
revolucionario. Entiéndase, no me refiero a las buenas intenciones de quienes
colaboraron en la redacción de los esquemas preparatorios, sino a los novadores
que rechazaron tanto dichos esquemas como la condenación del comunismo que
habría debido formular el Concilio, y que deseaba la mayor parte del
episcopado mundial. Ahora bien, si el Concilio fue un acto revolucionario, ya
sea por la manera en que se desarrolló o por los documentos que promulgó, es
lógico y lícito pensar que su liturgia está afectada por ese sesgo ideológico,
sobre todo si tenemos en cuenta que es el principal medio de catequesis para
los fieles y el clero. No es casual que Lutero y otros herejes protestantes y
anglicanos metieran mano en la liturgia por ser la mejor manera de difundir sus
errores entre los fieles.”
“Esa
conciencia de incompatibilidad doctrinal entre el rito antiguo y la ideología
vaticanosecondista es reivindicada por supuestos teólogos e intelectuales
progresistas, según los cuales se puede llegar a tolerar la forma
extraordinaria del rito siempre y cuando no se adopte todo el aparataje
teológico que esta supone. Por eso se tolera la liturgia de las
comunidades Summorum Pontificum en tanto que en la predicación
y en la catequesis se cuiden de no criticar el Concilio o la nueva Misa.”
“La
decadencia litúrgica es síntoma de una decadencia doctrinal que humilla a la
Santa Iglesia en su afán de halagar la mentalidad mundana.”
“Volver
al rito antiguo archivando definitivamente la miseria del Novus Ordo exigiría
grandes dosis de humildad, porque quienes hoy quieren salvarla del naufragio
eran ayer los más entusiastas artífices de la reforma litúrgica, y al mismo
tiempo del Concilio.”
“Al
próximo papa le corresponderá restablecer todos los libros litúrgicos
anteriores a la reforma conciliar y prohibir en los templos católicos la
indecente parodia a la que han contribuido notorios modernistas y herejes.”
“En
cuanto a la FSSPX, asistimos a una operación más sutil: Bergoglio mantiene con
ellas relaciones de buena vecindad otorgando por un lado a sus
superiores prerrogativas que hacen ver que los considera miembros vivos de la
Iglesia, mientras que por otro lado sería posible que quisiera otorgarles una
regularización canónica total a cambio de que acepten el magisterio conciliar.
Es evidente que se trata de una trampa astuta: una vez firmado un acuerdo con
la Santa Sede, desaparecería la independencia de que goza la Fraternidad en
virtud de su postura de legalidad incompleta, y con ello también su
independencia económica. No olvidemos que la Fraternidad dispone de bienes y
recursos que garantizan la subsistencia y la atención médica de sus miembros;
en un momento de crisis financiera sumamente grave para el Vaticano, a muchos
se les hace agua la boca pensando en esos bienes. Ya hemos visto lo que ha
pasado en otros casos, como con los Franciscanos de la Inmaculada y con la
persecución del P. Mannelli.”
“La
situación canónica de las comunidades Ecclesia Dei siempre ha sido precaria; su
supervivencia está ligada, al menos implícitamente, a la aceptación de la
doctrina conciliar y la reforma litúrgica.”
FUENTES:
https://adelantelafe.com/entrevista-de-res-novae-a-monsenor-vigano-sobre-la-liturgia-del-concilio/