El seminario San
Luis-María Grignion de Montfort va por su segundo año: Los
seminaristas son una docena. La casa que rentamos se ha vuelto demasiado
pequeña. Hemos encontrado una propiedad que nos convendría la cual tiene una
cantidad de cuartos que podría convenirnos durante varios años. Sin embargo,
además de los fondos de los cuales ya disponemos, necesitamos reunir
rápidamente otros 250.000 euros.
Gracias a Dios, el
primer año del seminario ha pasado con felicidad, sin
demasiadas limitaciones materiales, y sobre todo con el apoyo de los Padres del
Convento de Avrillé que proporcionan una parte importante de la enseñanza con
gran seriedad doctrinal y pedagógica, Sin embargo la afluencia de
nuevos candidatos nos obliga a prever algo más grande.
¿Por qué razón,
estimados fieles, nos hemos lanzado en esta obra?
La presente crisis de la tradición viene de una lamentable tentación: la de querer obtener de la Roma modernista un « reconocimiento ». Sin embargo, no pasa un día sin que esta Roma sea una ocasión de escándalo, destruyendo la doctrina y la moral de manera irreversible del punto de vista humano. Como lo decía Monseñor Lefebvre, aun reconociendo la legitimidad de las autoridades romanas y diocesanas, ponernos bajo su autoridad directa o indirecta va en contra de nuestra fe.
Pero por
otra parte, jóvenes piensan en la vocación y piden ser sacerdotes de Jesucristo
a pesar de los numerosos obstáculos que deben cruzar.
Para continuar el
combate de Monseñor Lefebvre, Monseñor Williamson ha tomado la valiente
decisión de consagrar dos obispos. ¿Pero cuál es la finalidad de un obispo si
no la de formar y ordenar buenos sacerdotes? ¡Deseábamos tener seminaristas, he
aquí que son una docena!
El mejor
remedio para la descristianización de las almas y de las naciones reside en la
creación, el mantenimiento, y el desarrollo de un seminario auténticamente
católico.
¡Ayúdenos
a continuar el combate de Monseñor Lefebvre!
¡Que Dios los bendiga!
Mons. Jean Michel
Faure