lunes, 23 de noviembre de 2020

COMENTARIOS ELEISON - VIGANÒ RESPONDE

 


Número DCXCVII (697)

21 de noviembre de 2020

 

Viganò responde

 

Monseñor Williamson

 

 

Gracias a Dios por la clara y católica voz de Viganò.

Cada semana sus palabras podrían ser la elección de estos “Comentarios”.

 

En el mes de agosto un periodista de Life Site News escribió al Arzobispo Viganò, escondido en Italia, un artículo sobre la vida cotidiana en el mundo de hoy para los católicos que desean mantener la Fe. El título era “Preguntas para Viganò: Su Excelencia tiene razón sobre el Vaticano II. Pero, ¿qué cree él que los católicos deben hacer ahora?” El Arzobispo comenzó su respuesta del 1 de septiembre asegurando a Stephen Kokx que estaba feliz de responder a las preguntas, porque trataban “asuntos que son muy importantes para los fieles”. La respuesta del Arzobispo se resume aquí abajo, mientras que al final de la misma estos “Comentarios” destacarán un punto en particular.

Kokx le preguntó al arzobispo, “¿Quién pertenece a la Iglesia Católica y quién está separado de ella?” El Arzobispo respondió que cualquiera que proponga alguna de las doctrinas adulteradas del Concilio no puede ser católico. Tampoco puede ser católico quien acepte cualquiera de esas doctrinas sabiendo que están en ruptura con la doctrina católica inmutable. Por otra parte, si una persona es bautizada, se considera a sí misma como católica y reconoce la Jerarquía Católica, eso no significa necesariamente que acepte la doctrina conciliar, o que se adhiera al equipo conciliar, sabiendo que están en ruptura con la Tradición Católica. Ni tampoco están necesariamente fuera de la Iglesia. Pero incluso los titulares de cargos que tienen autoridad dentro de la Iglesia son dudosos católicos si aceptan la doctrina conciliar, sabiendo que es contraria a la Tradición Católica. Tienen autoridad en la Iglesia, pero no pueden ejercerla. Sólo su autoridad permite a estos conciliares afirmar que son católicos, y no sólo miembros de una secta.

Por lo tanto, los católicos tradicionales pertenecen a la Iglesia, y los modernistas no. Además, los laicos fieles a la Tradición pueden y deben buscar con frecuencia sacerdotes, comunidades e institutos que sean igualmente fieles a la Tradición, especialmente en la celebración de la Misa. A este respecto el clero es menos libre que el laico porque pertenece a una jerarquía que normalmente requiere obediencia, pero tiene el mismo derecho y deber de practicar su Fe, esa Fe que justifica y requiere que usen el antiguo rito de la Misa. Y si la Iglesia va a levantarse de nuevo de los varios horrores de la Nueva Iglesia, noten que la fidelidad de los verdaderos creyentes bajo persecución es necesaria dentro de la Iglesia, para derrotar al Modernismo.

Fue al permanecer dentro de la Iglesia que el arzobispo Lefebvre fue un modelo de fidelidad bajo la persecución. Su Sociedad de San Pío X fue un reproche permanente para los modernistas, y fue habilitada para sobrevivir por las consagraciones episcopales de 1988, para que eventualmente la verdadera Misa pudiera ser liberada de nuevo, y el Vaticano II pudiera desenmascararse. El obispo Tissier de Mallerais tiene razón en que por el momento existen tanto la verdadera Iglesia como una falsa “iglesia” bajo un mismo techo, pero ese techo es católico, por lo que pertenece a la verdadera Iglesia mientras que la falsa Iglesia conciliar no es más que un intruso. Debemos esperar y rezar para que un número de pastores ahora dormidos despierten para ver cómo han sido engañados.

En esta necesaria lucha por Nuestro Señor y su Madre es un privilegio participar, y así ayudar a revivir el honor, la fidelidad y el heroísmo. Por el sacramento de la Confirmación, somos soldados de Cristo, y los cristianos han tenido que participar en una gran batalla tras otra para defender la Verdad, el Bien y la Belleza. Resistamos a los modernistas con la Verdad y la caridad. ¡Los que practican el Modernismo tienen la culpa, no nosotros que lo denunciamos! Que los laicos asistan a las misas que no escandalizan, sino que alimentan su fe. Los verdaderos pastores nos serán devueltos por Dios, los falsos pastores morirán. Que los laicos se ocupen de los buenos sacerdotes, recreen la caridad, eviten la división y la rebelión, ofrezcan consejos respetuosos, cuestionando no la autoridad de la Iglesia sino cómo se utiliza mal. Dios no dejará de recompensar nuestra fidelidad y restaurar su Iglesia, atrayendo vocaciones de familias que habrán conservado la Fe. Todos los problemas serios son problemas humanos. Todos los problemas humanos tienen una solución católica.

¿Y el punto a destacar? Fíjense en cómo el Arzobispo mide todo por la Verdad y la Fe.

Kyrie eleison.