viernes, 6 de febrero de 2015

“SAN ROMERO DE AMÉRICA"




por THOMAS MC IAN
Revista Cabildo 2da. Época N° 65 Junio de 1983.


Monseñor Oscar Arnulfo ROMERO y GALDAMEZ, n. 1917, obispo de Santiago de María, fue nombrado arzobispo de San Salvador el 2-2- 77, y el 22 del mismo mes tomó po­sesión de su catedral, en la que sería asesinado el lunes 24 de mar­zo de 1980.
En 1979, el parlamento inglés lo propone para el premio Nobel de la Paz. El 2 de febrero de 1980 reci­be el doctorado honoris causa en la universidad de Lovaina. Igual doctorado le conferiría la univer­sidad de Georgetown por su “relevante lucha en favor de los de­rechos del hombre’.
El padre Francou describe así su participación en el golpe de oc­tubre de 1979:
“Apoyado por sus conseje­ros y amigos, religiosos y uni­versitarios de la universidad Simón Canas, intervino, cier­tamente, de alguna manera, en la formación del nuevo gobier­no y, especialmente, en la PARTICIPACION en él de ELEMENTOS CRISTIANOS REVOLUCIONARIOS DE IZQUIERDA”.
El 16-8-79 había declarado que “la injusticia social y la opresión en el país es lo que provoca la violencia”. O sea: la violencia de arriba causa la violencia de abajo.
El 29-1-80, en una entrevista a France-Presse, justifica la guerrilla en su país:
‘Vivimos en un período preinsurreccional y la moral de la Iglesia justifica la insurrección cuando todos los medios pacíficos se agotan”.
Llamaba “organizaciones populares” a los grupos marxistas. En su homilía del 20-1-80 juzga "positiva” su unión, para “realizar una vasta y poderosa unidad de las fuerzas revolucionarias y democráticas que harán posible hacer reinar en nuestra patria la democracia y la justicia social”. (!)
Para su ideal de bien común, baste esta frase:
‘‘Un pueblo debe ser el artífice de su propia sociedad: sois vosotros quienes debéis daros la sociedad que deseáis, democrática, SOCIALISTA O COMUNISTA”.
El 26-3-80, O Estado de Sao Paulo publica la entrevista que concedió tres días antes de su muerte al periodista José María Mayrink:
• ‘‘La IZQUIERDA NO ES EL ENEMIGO, sino sólo un AMIGO (!) resentido”.
• ‘‘La VIOLENCIA es una especie de operación quirúrgica, para que el enfermo sane antes. La Iglesia admite la violencia cuando no hay otro camino, pero es necesario que sea sólo un tránsito”.
En julio de 1979 alabó la toma del poder del sandinismo en Nicaragua. En sus últimos tiempos, el canciller sandicomunista Miguel D’Escoto Brockmann —sacerdote de Maryknoll— le había ofrecido asilo político. Por ello dirá en la entrevista a Mayrink:
"En Nicaragua el movimiento violento se traduce hoy en un esfuerzo de paz no violento. La Iglesia ha estado presente, el pueblo estaba unido y se debe dar gracias a Somoza por esta unidad pues encarnaba él solo la injusticia. Aquí no hay un hombre, pero sí un sistema. El motivo de la lucha, sin embargo, es el mismo: la justicia social”.
El 17-2-80 lee en la catedral su carta el presidente Cárter contra la ayuda militar de EE.UU. que "reforzaría sin ninguna duda la injusticia y la represión contra el PUEBLO ORGANIZADO que, numerosas veces, ha luchado para que sean respetados sus derechos humanos más fundamentales...”.
O sea: la guerrilla marxista es el “pueblo organizado”, que lucha contra “un sistema” por la ‘‘justicia social”.
Y- en su última homilía del 23-3- 80 veía una “esperanza, una solución" en la Coordinadora de masas de grupos marxistas...
Un mes antes, del 21-2 al l°-3-80 participa en San Pablo en un conventículo marxista: el autodenominado "Congreso Internacional Ecuménico de Teología”, que cuenta con la presencia de guerrilleros sandinistas. Allí expone sobre “Factores de vitalidad y de estancamiento de la Iglesia en un continente creyente y OPRIMIDO”. (!)

EL “MARTIR”

Después del asesinato de monseñor Romero, el Comité Coordinador Popular Revolucionario decreta un corte de luz en todo el país, ordenando que al realizarlo sus miembros levantaran el puño izquierdo y gritaran: “Monseñor Romero, hasta la victoria siempre”. Una consigna izquierdista por un camarada caído.
“Monseñor Rivera y Damas, su sucesor, me dijo: Durante los ocho días que precedieron a sus funerales, los grupos revolucionarios se apoderaron de su cadáver ’ ”.
Y agrega el padre Francou, que trae ese testimonio:
“De hecho, quisieron valerse de él para sublevar al pueblo. Los guerrilleros armados entraban y salían de la catedral; se encontraban allí como en su casa”.
A un año de su muerte, en marzo de 1981, monseñor Freddy DELGADO ACEVEDO, secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador, diría en Londres: “que el asesinado arzobispo había sido UN INSTRUMENTO INCONSCIENTE DE LOS MARXISTAS, aunque no diría que monseñor Romero había colaborado con ellos”.
De hecho, algunas "comunidades de base” han escrito al Papa para exigirle su canonización. Y monseñor CASALDALIGA —el obispo brasileño de la hoz y el martillo— lo llama en un poema “San Romero de América”.
Si bien el ex-embajador yanqui Robert White afirma que el mayor Roberto D’Aubuisson es el responsable moral de la muerte de monseñor Romero, no debe olvidarse que la izquierda de El Salvador carecía de un líder, un Sandino, tras el cual aglutinar los movimientos de masa. Si el “cui prodest” aún tiene sentido, su muerte benefició en un 100 % a los fines de la guerrilla que inundó las calles con el slogan “monseñor del pueblo”. El día del sepelio, la escalada del terror produjo un baño de sangre y a partir de entonces la violencia adquirió un grado cualitativo.

EL SUCESOR DE MONSEÑOR ROMERO

Monseñor Arturo RIVERA Y DAMAS, ex obispo de Santiago de María, asumió el 11-4-80 como administrador apostólico y en marzo de 1983 fue nombrado arzobispo de San Salvador (cfr. L’Oss. Rom. 6-3-83).
Exhorta al cese de la violencia, pretendiendo conservar una actitud de “equilibrio” (?): contra la ayuda norteamericana y aparentemente también contra la guerrilla. Pero no alienta a quienes combaten a los marxistas, ni condena abiertamente la agresión comunista. Aunque es cierto que en marzo de 1982 desautorizó como no proveniente del arzobispado al “Socorro Jurídico Cristiano", un grupo católico-izquierdista de defensa de los derechos humanos, que fundara monseñor Romero, y que sólo contabiliza los asesinatos de la derecha.
Contra Goliat: A fines de septiembre de 1980, en una corta pastoral habla de la “infiltración insidiosa del comunismo internacional” y pide a sacerdotes y religiosas “renunciar a militar en los partidos políticos”.
Reconoce —refiere el P. Francou— que “la guerrilla no cuenta, ni mucho menos, con la adhesión de las masas campesinas”. Y el 5- 3-81 declara que la guerrilla ha causado más daños que la derecha: frente a 6.000 desplazados por el ejército y la derecha, 50.000 refugiados por causa de la guerrilla.
Pero también contra David: En diciembre de 1980:
“En los casi cuatro años de persecución que sufre la Iglesia, ha sido evidente que la mayoría de los hechos persecutorios contra la Iglesia los han realizado miembros de los cuerpos de seguridad y organismos paramilitares”... “Exigimos del gobierno de Estados Unidos, como lo pidió en un gesto profético nuestro arzobispo MARTIR, monseñor Romero, que no proporcione ninguna ayuda militar a nuestro gobierno. En verdad, a pesar de las declaraciones acerca de sus objetivos, la ayuda militar facilita la represión del pueblo y la persecución de la Iglesia’.
Y luego le escribe una carta al senador Kennedy para que se oponga a la ayuda militar. Finalmente, el 21-3-82 pedirá la liberación de TODOS los presos políticos.
Ironías de la historia: en 1977, el gobierno prefirió para arzobispo de San Salvador a monseñor Romero, en lugar de monseñor Rivera y Damas, cuyo “nombramiento el gobierno militar lo había vetado por juzgarlo demasiado progresista” (P. Francou).
El hecho cierto es que monseñor Romero lo señaló una vez como su mejor amigo. Y el 23-4-80, monseñor Rivera y Damas pedirá que la Iglesia proclame rápidamente a monseñor Romero “MARTIR DE LA FE” (?)

COLOFON

El obispo de San Vicente, monseñor Pedro Arnoldo APARICIO Y QUINTANILLA, representa en la Iglesia de El Salvador la voz clara y valiente del anticomunismo y de la sensatez católica. Ya vimos su amenaza de excomunión a los miembros de la CONIP, y su valentía al declarar que la guerrilla fue quien eliminó a por lo menos la mitad de los sacerdotes asesinados.
Ante la logomaquia de “San Romero de América” o de monseñor Rivera y Damas, ¡qué respiro poder leer sus pastorales, donde se llama al pan pan y al vino vino: “Debería establecerse una barrera en torno a mi país e impedir la entrada de las armas que llegan de Rusia...”!

Nota de Syllabus: Treinta años después de la crónica, finalmente el marxista Mons. Oscar Arnulfo Romero será “beatificado” por la Iglesia oficial, mientras es Rusia quien resiste al Nuevo Orden Mundial motorizado por el Vaticano.