Número
CCCXCVII (397)
21
de febrero de 2015
El
Pensar de la Neo-Fraternidad – III
Mons.
Williamson
¿Quiere
la Fraternidad la Roma Conciliar?
Si no,
¡despierten! Pronto será su hogar.
Habiendo
estos “Comentarios” declarado (395) que el Primer Asistente de la
Neo-fraternidad carece de doctrina y (396) que esa carencia de doctrina es un
problema tan amplio como la amplitud misma puede serlo, a saber la totalidad de
la modernidad contra la totalidad de la Verdad, queda ahora por mostrar cómo
este problema universal se manifiesta en una serie de errores particulares en
la entrevista que el Padre Pfluger dio en Alemania hacia finales del año
pasado. Para abreviar tendremos que hacer uso del resumen de su pensar (no
esencialmente inexacto) dado aquí hace dos semanas, y del cual las
proposiciones están en bastardilla:
La
Iglesia Católica es mucho más amplia que solamente el movimiento Tradicional.
Sí, pero
la doctrina del movimiento Tradicional no es ni más ni menos amplia que
la doctrina de la Iglesia Católica, siendo idéntica a ella, y esa doctrina es
el corazón y el alma del movimiento Tradicional.
Nunca
haremos atractiva o convincente a la Tradición si nos quedamos atascados en las
décadas de 1950 o 1970.
Pensar en
hacer “atractiva o convincente” a la Tradición es una manera demasiado humana
de concebirla. La Tradición Católica viene de Dios y tiene un poder
divino para convencer y atraer siempre y cuando sea presentada fielmente, sin
cambio ni alteración humanos.
La
Tradición no puede ser confinada dentro de las condenaciones de la Iglesia al
liberalismo en los siglos 19no y 20mo.
Cierto,
pero el Evangelio no podía ser defendido en ese entonces sin esas condenaciones
doctrinales y dado que el siglo 21ero es más liberal que
nunca, la Tradición tampoco puede mantenerse sin ellas hoy en día.
Nuestro
tiempo es diferente, no podemos inmovilizarnos, mucho de lo que es moderno no
es inmoral.
Nuestro
tiempo no es tanto más diferente. Es más liberal que nunca (por ejemplo
“matrimonios” homosexuales), así que puede no ser todo inmoral, pero la doctrina
católica es absolutamente necesaria para separar lo moral de lo inmoral.
Así,
nosotros debemos re-posicionarnos, lo cual es un problema práctico y no una
cuestión de Fe.
Cualquier
re-posicionamiento que la Iglesia hace en cualquier momento debe ser siempre
juzgado a la luz de la Fe. El re-posicionamiento de la FSPX desde el
2012 abandona claramente el combate de Monseñor Lefebvre por la Fe.
El
movimiento de la “Resistencia” ha fabricado su propia “fe” por la cual condena
a la Neofraternidad.
Cualesquiera
sean las deficiencias humanas de la “Resistencia”, precisamente ella ha
surgido, como el movimiento Tradicional en la década de 1970, espontáneamente
todo alrededor del mundo en reacción contra la traición de la Neofraternidad.
La reacción puede parecer desunida, pero está unida por la idéntica Fe
mantenida por los Resistentes.
El
Cuartel General de la FSPX nunca traicionó a la Tradición en el 2012 porque sus
acciones fueron atacadas por ambos lados.
Así que
la Verdad ¿está siempre en el medio para ser medida por reacciones humanas? Eso
es política humana, inadecuada para juzgar a la Verdad divina, absolutamente
inadecuada para resolver la crisis de hoy en día de la Iglesia.
Los
textos oficiales del 2012 de la Neofraternidad no fueron dogmáticos.
Pero el
documento más oficial de todos de la FSPX en el 2012 fue el de las seis
condiciones del Capítulo General para cualquier “acuerdo” futuro con Roma, es
decir las seis gravemente inadecuadas condiciones para someter la defensa de la
Fe a sus mortales enemigos Conciliares. ¿No es la totalidad de la Fe
dogmática?
Roma
estaba mucho menos agresiva contra la FSPX en el 2012 que lo estaba en el 2006.
Porque
desde el 2006, y mismo antes, Roma podía ver a la FSPX transformarse constantemente
en un tigre de papel.
La
Neofraternidad sigue al Espíritu y se inspira en la Tradición.
Los
Carismáticos neoprotestantes “siguen al Espíritu”. Los de la Misa del Indulto
“se inspiran en la Tradición”.
Debería
ser claro a estas alturas que el Padre Pfluger quiere abandonar la Fraternidad
doctrinal anti-liberal de Monseñor Lefebvre y reformarla en una Neo-fraternidad
que armonizará con la Neo-iglesia del Vaticano II. Tampoco es suficiente decir
que la FSPX no ha dado aún ningún paso decisivo hacia Roma porque, a menos que
haya una firme resistencia, y pronto, desde el interior de la Neo-fraternidad,
sus dirigentes la están llevando, lentamente pero seguramente, dentro de los
brazos de la Roma Conciliar. ¿Es eso lo que gente católica quiere?
Kyrie
eleison.