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domingo, 30 de agosto de 2015
COMENTARIOS ELEISON - ROMANOS IMPLACABLES
Número CDXXIV (424)
29 de agosto de 2015
Romanos
Implacables
Mons.
Williamson
Lectores, cuidado, escuchen mi
consejo –
Cuando llegue el acuerdo, ¡lean no
solo el bosquejo!
Rumores provenientes de la Fraternidad San Pío X parecen
confirmar la especulación de estos “Comentarios” la semana pasada (ver CE 423
del 22 de Agosto) de que Roma quiere un acuerdo con la FSPX. Los rumores dicen
de un encuentro secreto mantenido a principios de este mes donde los líderes de
la FSPX discutieron finanzas y un “preámbulo doctrinal”. ¿Fue éste el mismo
preámbulo mencionado por el Cardenal Müller el 3 de Agosto? ¿Redactado por Roma
para que la FSPX lo firme? El Cardenal dijo que eso era necesario para cualquier
acuerdo, mientras que el Obispo Schneider no vio ningún problema doctrinal
porque el Vaticano II fue meramente “pastoral”. Con o sin rumores, revisemos
los básicos inalterables.
Los 16 documentos oficiales del Concilio Vaticano Segundo
presentan en conjunto una nueva visión de Dios, de la vida y del hombre, una
nueva religión a tono con el mundo moderno centrado en el hombre, pero en
colisión con la religión católica centrada en Dios que no había cambiado
esencialmente por más de 1.900 años. Ambas religiones enseñan su visión de
Dios, de la vida y del hombre, ambas son doctrinales, pero las dos doctrinas
están en colisión. Sin embargo, por hábiles ambigüedades – la ambigüedad es el
sello distintivo de los 16 documentos – los Padres del Concilio fueron persuadidos
de que no había colisión, y entonces cuando ellos votaron a favor de los
documentos hubo tres razones por las cuales los Católicos del mundo entero
acompañaron a la nueva religión: su colisión con la verdadera Fe estaba
hábilmente enmascarada, fue impuesta sobre los Católicos por casi todas las
autoridades de la Iglesia desde los Papas para abajo, y era más bien más fácil
de practicar que la religión pre-Conciliar.
Pero Dios suscitó un verdadero pastor, Monseñor Lefebvre,
para insistir sobre la colisión doctrinal, para enfrentar a las infieles
autoridades de la Iglesia, y para continuar la práctica de la religión
pre-Conciliar para cualesquiera almas deseando tomarse la molestía de hacerlo.
Y éstas fueron suficientes en número como para que la Fraternidad del Arzobispo
se haya expandido por todo el mundo al tiempo que él murió en 1991. Pero sus
sucesores a la cabeza de su Fraternidad nacieron después de la Segunda Guerra
Mundial dentro de un mundo muy diferente del mundo del Arzobispo, que había nacido
antes de la Primera Guerra Mundial. Ellos no vieron al mundo ni a la doctrina
como los vio él, por lo que ellos no tenían la misma motivación que él tenía
para seguir enfrentando a las autoridades de la Iglesia, aún si no estaban
ellos mismos todavía deseando la relajación Conciliar de la disciplina de la
Iglesia (que más y siempre más Tradicionalistas desean ahora). Entonces fue
simplemente una cuestión de tiempo antes que el magnetismo de Roma ejerciera su
fuerza.
En cuanto a los Romanos, ellos estaban obstinados en su
nueva religión Conciliar, y entonces desde el 2000 en adelante ellos
abiertamente dieron la bienvenida a todos los acercamientos hechos por la FSPX,
porque la doctrina y práctica del catolicismo inmutable de ella era una
reprimenda en pie a sus novedades masónicas y una amenaza continua para ellos,
como lo es un bolsón invicto del enemigo en la retaguardia de una invasión de
otra manera toda ella exitosa. Por consiguiente, tanto como los Romanos desean
absorber la FSPX dentro de su Neo-Iglesia, así también los líderes actuales de
la FSPX por el lado suyo desean ponerse nuevamente bajo la autoridad de la
Iglesia oficial de Roma. Es un matrimonio hecho en el Infierno, en que dulces
hombres de la Neo-Iglesia como el Obispo Schneider no ven ningún problema
porque no han visto, o no han querido ver, la colisión subyacente de las
doctrinas básicas.
Así que, el Cardenal Müller está en lo cierto en este
sentido: Si dos hombres tienen diferentes visiones de Dios, de la vida y del
hombre, cualquier acuerdo entre ellos puede solamente ser relativamente
superficial. Así que, si la FSPX no puede ser traída a abandonar el dogma, o
más bien a socavar todo dogma católico mediante el super-dogma masónico de que
todo dogma es papilla, entonces la FSPX va necesariamente a actuar dentro de
las murallas de Roma como un caballo de Troya. Es por eso que el Cardenal
insistirá en un preámbulo, que sea escrito por Roma o por la FSPX no tiene
importancia, siempre que la masa de Tradicionalistas, tanto como la masa de
Católicos después del Vaticano II, se dejarán engañar a sí mismos por las
ambigüedades doctrinales. Éstas serán brillantes.
Kyrie eleison.
sábado, 29 de agosto de 2015
SÁBADO MARIANO.- NO OLVIDE REZAR EL ROSARIO
“Los errores modernos
serán destruidos por el Rosario” San Pio X.
“En cuanto a la
protección más segura para evitar que vuestros espíritus y vuestros corazones
sean presos de la fantasía, recen cinco, o mejor quince, Misterios diarios del
Santo Rosario de Nuestra Señora”.
“¡Quince Misterios al día es “artillería pesada” en todo sentido!” Monseñor Williamson.
La Resistencia necesita el rezo del Santo Rosario. Invitamos a todos nuestros amables lectores a esta Cruzada del Rosario completo para alcanzar de Nuestra Señora las gracias que necesitamos. Podemos hacer grupos de oración o si se prefiere, rezar en familia o en solitario. Pero el Rosario debe rezarse para obtener el triunfo del Inmaculado Corazón de María. Ella lo pidió en Fátima. Ella lo quiere. Hagámoslo.
“¡Quince Misterios al día es “artillería pesada” en todo sentido!” Monseñor Williamson.
La Resistencia necesita el rezo del Santo Rosario. Invitamos a todos nuestros amables lectores a esta Cruzada del Rosario completo para alcanzar de Nuestra Señora las gracias que necesitamos. Podemos hacer grupos de oración o si se prefiere, rezar en familia o en solitario. Pero el Rosario debe rezarse para obtener el triunfo del Inmaculado Corazón de María. Ella lo pidió en Fátima. Ella lo quiere. Hagámoslo.
ABOMINABLE
El supuesto Papa Francisco, destructor de la fe
católica y
promotor del Nuevo Orden Mundial judaico.
“Decía Juan a
Herodes: No te es lícito tener por
mujer a la esposa de tu hermano” (Mc. 6, 18)
Francisco
le desea a una escritora lesbiana de
libros que corrompen a los niños que “siga su proficua actividad”, la
invitó a “seguir su actividad al servicio de las jóvenes generaciones y de
la difusión de los auténticos valores humanos y cristianos” y se despidió
con la bendición apostólica “para toda la familia” de la
escritora (“casada” con otra mujer).
El Misterio de iniquidad va en
aumento cada día que pasa, con un Francisco que sigue superando la impiedad y
el error excretados por la jerarquía
surgida desde los años ’60 y el revolucionario Vaticano II, caballo de Troya de
la satánica Masonería. Ahora la “Iglesia” ya no sólo no condena los errores, no
sólo dialoga con los enemigos para “aprender” de ellos, sino que además
aprueba, bendice y promueve toda clase de perversión, corrupción, herejía e inmoralidad.
Eso sí, de manera ambigua y en nombre de la “misericordia”. A través de gestos
y sonrisas amistosas. En nombre del diálogo y la “cultura del encuentro”. Para Francisco y sus secuaces es más grave la
“crisis ecológica” que la tiranía sodomítica y la destrucción de la familia.
Maria
Silvia Fiengo y Francesca Pardi, las responsables
de la editorial “infantil” en su “boda”.
Lo primero que han dicho en Roma
sobre la carta enviada por el Vaticano con la bendición de Francisco a la
escritora lesbiana de cuentos infantiles homosexuales, es que la carta era
privada y no para ser publicada. ¡Ah, hay que desviar la atención! ¡El delito
es dar a conocer algo privado! ¿No les recuerda la carta de los tres obispos a
Mons. Fellay del 2012, que cuando se dio a conocer –confirmando de ese modo la
traición del Superior General de la FSSPX- se desvió la atención hacia el hecho
de que era una carta privada, no destinada a publicarse? Ah, y es de estos “misericordiosos”
romanos de quien se busca la aceptación y el sello de “catolicidad”. Y a esta
falsa y corrompida “misericordia” a la
que se destinará un año especial, es a la que llamó a adherir Mons. Fellay –eso
sí, con reservas y discernimiento (¡!). “No hay que hacer de los errores del Vaticano
II super herejías”, “no hay que temer el reclamar con toda justicia, por
parte de las autoridades de la santa Iglesia, el ser reconocidos y considerados
como católicos”, “el soberano pontífice que, siempre dejando la puerta abierta
a la inmoralidad, no toma posición en este debate (¿?)”
(Palabras de Mons. Fellay, subrayado nuestro).
Las dos “esposas” y “madres” con uno de sus libros.
Hay allí cobardía para no
condenar la aberración que está instalada en Roma y combatirla como es un
deber. Y decimos combatirla con la acción católica de rechazar la mentira y el
error y mencionar a sus autores, de despreciar el mundo, de sostener la fe
íntegra, pero a la vez de hacer obras de caridad, porque no es cuestión de hacer
como ciertos “vivos” que mentan el Apocalipsis para mejor cruzarse de brazos y,
afirmando que todos están errados y equivocados y perdidos, ellos –los pocos
sabios que hay en el mundo- se presentan como los nuevos profetas que,
sin embargo, nada arriesgan ni mensaje alguno han recibido, pues simplemente se
ocultan detrás de la inmunidad de la Internet para sembrar más confusión y
desorden a los que ya hay. Sí, estamos ante la perspectiva del Gran Castigo que
reclama la Impiedad ocupando los más altos puestos que debería ocupar la
Santidad. Pero la religión no es sólo “preservarse de la corrupción de este
siglo” (Sant. 1,27) sino también “visitar a los huérfanos y a las viudas en sus
tribulaciones” (Id.). Es decir, que si hay que rechazar a los que corrompen la
fe (Gál. 1,8), debemos evitar que esta fe se corrompa al no acompañarla de
buenas obras. Y mientras haya algo que hacer, se lo debe hacer, además de alzar
la voz para denunciar la maldad y el error que buscan imponerse a nuestro
alrededor.
“Hablé de tus
mandamientos en presencia de los reyes sin rubor y medité en tus mandamientos,
que mucho he amado”, dice el Introito de la Misa de la degollación de San
Juan Bautista. Francisco parece haber sepultado los mandamientos (o haberlos
cambiado por los de la ONU), mientras que Mons. Fellay, dominado por el rubor
(para decirlo con el salmista), prefiere mencionar en sus tibias reconvenciones
a algún subalterno de aquel, y no al Jefe mismo de la secta conciliar. ¡Y eso
que está fuera de su estructura oficial en tanto subordinado! ¿O será que ya
realizó un pacto secreto y no nos enteramos? Cierto, Mons Fellay es un Juez
romano…
El modernismo es la
cloaca colectora de todas las herejías, y como tal, sin nada que se lo impida, no
puede dejar de diseminar su pudrición por
todo el orbe. Pero está llegando a unos extremos que probablemente sus lejanos
mentores sesentistas nunca imaginaron, aunque contribuyeron a este lodazal
infecto que clama venganza al cielo. Quien alce la voz tendrá que correr la
suerte –literal o figurada, mortal o mediática- que corrió el Precursor
glorioso San Juan el Bautista. No hay otro camino para enfrentar tamañas
impiedades que el testimonio absoluto antiliberal, y por eso verdaderamente
libre, de afirmar la Verdad, fortalecidos por la cruz salvadora, única
esperanza nuestra, única y suficiente arma que nos queda a los cristianos para
no claudicar, junto con el Santo Rosario, a la espera del triunfo del Corazón Inmaculado y la Segunda Gloriosa
Venida de Jesucristo. Recemos pues con entera confianza el Rosario y el
triunfo cristiano llegará.
Referencias
sobre la noticia aludida:
VERGONZOSO Y CÓMPLICE SILENCIO
Con el soporte principal ideológico
en el mundo anglosajón, la Internacional Sodomítica, financiada por la
plutocracia mundial, ha dado un salto cualitativo: ahora va por los
chicos, después de corromper a los grandes.
Registro tres hechos:
1)Próximamente se distribuirá en
muchas escuelas de Inglaterra y Gales el libro “Prince Henry” que
relata la historia de un príncipe, en la época contemporánea, que se enamora de
su servidor Thomas, que es pobre. Después de vencer la resistencia de sus
padres, Henry obtiene su consentimiento y se “casa” con Tom, y la “igualdad”
triunfa. (El mensaje social igualitario pretende encubrir la maldad moral de la
homosexualidad).
2)En las escuelas de Cornualles el
Departamento de Educación británico difunde la School Transgender
Guidance, que recomienda “la buena práctica sensibilizadora” de
aceptar el “transgénero”, por ser algo absolutamente “normal”
3)En Nueva Gales del Sur,
Australia, se intentó proyectar en escuelas secundarias “Gayby
Baby”, película de propaganda sobre los “hijos” criados por parejas
homosexuales, en el marco de la “Jornada de promoción de la diversidad”. Ante
la resistencia de los padres, el ministro de Educación prohibió la proyecciónen
los horarios de clase, si bien la película se puede ver fuera de ellos y en los
cines.
Francisco y su círculo aúlico se
ocupan del cambio climático, de la trata de personas, de las migraciones y de
la mar en coche, pero sobre la tiranía LGBT que se cierne, guardan
(¿respetuoso?) silencio.
¿Se acordarán de que la sodomía y
la corrupción de los inocentes claman venganza al cielo?
viernes, 28 de agosto de 2015
LA EPÍSTOLA A DIOS – POR GIOVANNI PAPINI
Como todas
las catedrales célebres, Agustín es más admirado por fuera y de lejos que
visitado en sus airosos cruceros y en sus criptas. Si alguno conoce de él una
sola obra, estamos seguros de que ha leído las Confesiones. Las Confesiones
figuran en el breve inventario de la literatura universal con
los mismos derechos que la Odisea, que el Paraíso perdido. Al
lado de la Imitación de Cristo y de La Divina comedia, es el
libro cristiano más divulgado, reimpreso, traducido y comentado en todo el
Occidente, uno de esos libros que los mismos agnósticos y los incrédulos sienten el
deber de leer. En la Edad Media, la Ciudad de Dios superó, quizá, la
popularidad de las Confesiones, porque aquellos moradores de las
tinieblas amaban las catedrales de piedra y de idea; hoy, en cambio, las Confesiones ocupan el
campo. Hemos llegado a ser indagadores, a veces petulantes e irreverentes, de
las virtudes ajenas, y más que la filosofía de la historia nos apetece la
anatomía de las almas: menos metafísicos y más
psicólogos.
Agustín era
más rico que nosotros: es el último de los grandes metafísicos y el primero de los
psicólogos modernos. Si en otras obras es ariete contra los baluartes
heterodoxos o arquitecto ciclópeo, en las Confesiones se dan al mismo
tiempo especulación e introspección, teología y autobiografía, Dios y el yo. La
mayoría, en nuestros tiempos, buscan en ella casi sólo esto último y,
especialmente después del capítulo IX, sienten dentera y dislocación. Buscaban
un alma fanfarrona y se sienten transportar a las alturas de la plegaria.
Entre los
modernos y Agustín hay una equivocación. La palabra “Confesiones”, adoptada por
tantos, no tiene el mismo sentido para él y para nosotros. Agustín no ha querido
escribir memorias, una vida propia, como tantos han hecho después de él e
inspirados por él. Confessio, para Agustín, equivale a reconocimiento
del pecado propio; pero, sobre todo, elogio de la misericordia, de la gracia,
de la sabiduría de Dios. El adoptó el significado bíblico de «confiteri»,
confieso tu gloria, soy testimonio de tu grandeza. Soy, pues, ante todo, algo
semejante a una oferta: “Accipe sacrificium confessionum mearum”, escribe al
principio del libro V. Mucho más que autobiografía, las Confesiones son
elevación a Dios, continua declaración de amor a Dios. Narra su vida pasada,
pero sólo con hechos estrictamente necesarios, porque constituye un documento
del poder de la Gracia divina, el testimonio apologético de lo que Dios supo
hacer para iluminar a un ciego y para limpiar a un enlodado. Hay, es cierto,
dos clases de confesiones: confesión de alabanza y confesión de acusación; pero
esta segunda, por fuerza personal, forma parte de la primera a título de
prueba: es un corolario de la primera, ejerce la función de ella.
¿A quién iba
Agustín a confesarse en el sentido que nosotros entendemos por lo regular? ¿A
Dios? Ciertamente, no, pues sabe todo; sería repetición superflua. ¿A los hombres?
Pero en calidad de catecúmeno ya se ha confesado, y hace tiempo, a Simpliciano
y a Ambrosio, a quienes refirió las culpas y los errores de su vida anterior al
bautismo.
Escribe, sí,
también para los hombres, y no se avergüenza de darse a conocer hasta en lo
íntimo del corazón, hasta en sus vestigios de lepra, no para satisfacer extraña
curiosidad o pavonearse, sino con la esperanza de servir de ejemplo al
caminante y de alcanzar las oraciones de sus hermanos.
Él mismo, en
las Retractaciones, ha dicho cuál fue su verdadera intención: «Los trece
libros de mis Confesiones alaban por mis bienes y por mis males a Dios
justo y bueno: elevan hacia Él el entendimiento y el corazón del hombre.» El
objetivo, pues, como el de las otras obras agustinas, es teocéntrico. Si
hubiese podido prescindir de hablar de sí, lo habría hecho; pero como su caso
personalísimo es una alegación más que llevar al archivo de la Gracia, se ha
obligado a referir la parte indispensable de sus recuerdos. Si hay en ellas
alguna razón suplementaria, fuera de la glorificación de Dios, es precisamente
todo lo opuesto a la ostentación. Cuenta Posidio, quien no se separó de él hasta la muerte, que para escribir las Confesiones
«fue movido a fin de que ninguno, según el dicho del Apóstol, le estimase
más de lo que él sentía ser, o que se podía saber por sus palabras, según es
propio de la santa humildad, para no sembrar humo, sino para dar alabanzas, no
a sí, sino a Dios, por los favores recibidos de la liberación, e impetrar de él
otros nuevos que deseaba por las súplicas de los hermanos». No las escribió,
por tanto, como supone Erasmo, para lavarse de las acusaciones de los
donatistas, ¡cuánto menos para proveer de armas a los acusadores!
LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE
“Quien
llamara evangélicos a los herejes, convendría que pagase alguna multa, para que
no se goce el Demonio de que los enemigos del Evangelio y Cruz de Cristo, toman
un nombre contrario a sus obras; porque a los herejes se los ha de llamar por
su nombre, para que dé horror hasta el nombrar a los que son tales, y cubren el
veneno mortal con el velo de un nombre de salud”.
San Ignacio de Loyola, Carta a San Pedro Canisio, 13 de agosto de 1554.
PARA VOLVER A LEER Y TENER PRESENTE
MONS. FELLAY “MISERICORDEA” CON FRANCISCO
P. BRUNO: EL JUBILEO CONCILIAR DE LA
MISERICORDIA CONCILIAR
martes, 25 de agosto de 2015
ELIAS – POR ERNEST HELLO
(Epíst.,
Santiago, cap. V, vers. 17).
Tiene el hombre una marcada
tendencia hacia una idea vaga que expongo aquí: Piensa que los hombres
históricos, y en especial los hombres legendarios, no son de su misma raza.
Contra esta tendencia lucha Santiago en el texto que acabo de citar. Siente la
necesidad de recordar a los hombres que Elías era un hombre.
Los hombres, en efecto, parecen
despojarse de las preocupaciones que les provocaría el ejemplo de los
personajes importantes, si los personajes fueran hombres como ellos.
Y en su celo por verse
libres, arrojan en la lejanía de la leyenda a los grandes personajes. Los
relegan lejos de sí, más lejos, más lejos, más lejos, muy lejos, y cuando los
han situado lo bastante lejos como para sentirse a cubierto del contagio, los
sitúan en lo alto, más alto, más alto, muy alto, con el fin de saberse
preservados tanto por la altura, como por la distancia, de los inconvenientes
que podría acarrear la proximidad de la grandeza.
Les citáis algo hermoso. "Sin
duda, responden, no os digo lo contrario: ¡Pero era un santo!".
Es como si dijeran: "¡No
era un hombre!, era un santo. ¡Por lo tanto esto no me concierne! ¡Yo no soy un
santo, ni tengo la misma naturaleza! Es una raza extranjera cuyos
actos me interesan a lo sumo a título de curiosidad, pero no pueden tener para
mí ningún interés práctico. ¡Qué me importan esas gentes cuyo nombre está en el
calendario!; es una especie desaparecida, y no seré yo quien encuentre su
perdido molde."
He aquí por qué resulta
interesante hacer notar que Elías era un hombre, semejante a nosotros, capaz de
sentimientos humanos.
"Elías tuvo
miedo", dice la Escritura: ¿Pero en qué momento tuvo miedo? He aquí la
maravilla.
Es después del gran
drama del fuego y del agua. Acababa de mandar a los elementos y a los hombres.
Había desafiado a Acab;
había desafiado a los sacerdotes de Baal.
Había llamado al fuego del cielo
sobre el holocausto, y el fuego del cielo había descendido. Y no contento con
devorar el holocausto, el fuego del cielo había devorado la madera, las piedras,
el polvo, el polvo mismo. No es eso todo: el fuego del cielo había devorado el
agua que corría en torno del altar.
CONTUBERNIO MUNDIALISTA
Card.
Tauran en Meeting de Rimini: Judíos, cristianos y musulmanes deben encontrar
sus raíces
Rome Reports. 2015-08-21
Desde Rimini, en Italia, el
responsable del Vaticano para el diálogo con las otras religiones denunció
a los que justifican la violencia por la religión y a los políticos
que la utilizan para conseguir sus objetivos.
CARD. JEAN-LOUIS
TAURAN
Presidente, Consejo
Pontificio para el Diálogo Interreligioso
"Nosotros, judíos,
cristianos y musulmanes, debemos reencontrar no solamente nuestras raíces
culturales sino que también las religiosas. El Papa Francisco dice en su última
encíclica que la mayor parte de los habitantes del planeta se declaran
creyentes y esto debería empujar a las religiones a entrar en un diálogo entre
ellas orientado a la protección de la naturaleza, la defensa de los pobres y la
construcción de una red de respeto y fraternidad”.
El cardenal Tauran pronunció estas
palabras en la apertura del tradicional Meeting anual de Rimini en
Italia, cuya primera imagen fue esta: un judío, un musulmán y un
cristiano sentados en la misma mesa dialogando.
El encargado de abrir la sesión fue
nada menos que el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon.
"El mundo de hoy
está ensombrecido por el conflicto, la desigualdad y las crecientes
divisiones”.
El objetivo estaba bien explicado
en el título: Las religiones no son el problema, son parte de la
solución.
AZZEDINE GACI
Imán de la mezquita de
Villeurbanne (Lyon, Francia)
"Es Dios quien
quiere que existas, es Dios quien quiere que exista esta diversidad religiosa,
es Dios quien quiere que haya cristianos, musulmanes y judíos”.
HAÏM KORSIA
Gran rabino de Francia
"La uniformidad es
peligrosa para el hombre. Si somos los mismos no podemos intercambiar nada,
ninguno crece, ninguno avanza”.
El Meeting de Rimini
organizado por Comunión y Liberación cumple su 36ª edición. Se
organiza anualmente desde 1980. El
lema de este año se pregunta por el vacío del corazón del hombre.
domingo, 23 de agosto de 2015
CARTA A LOS SACERDOTES DE LA FSSPX
Publicamos la traducción de una carta del P.
Rioult en la que se analizan las palabras de Mons. Fellay en el último Cor Unum
(boletín interno de la FSSPX)
La carta del P. Rioult a sus antiguos cofrades de la
FSSPX realiza un análisis del último texto de Mons. Fellay en el boletín
interno de la FSSPX. Y esto vale la pena.
La Sapinière alienta a los fieles a hacer circular esta carta en
formato papel entre los sacerdotes que pudieran aprovecharla en los diferentes
prioratos del distrito de Francia.
Estimados cofrades:
Ustedes leyeron, como yo, el texto de su Superior
general en el Cor unum de junio de 2015.
¿Se han dado cuenta del uso de la inversión
acusatoria?
“Es
fácil sustraerse a su deber de estado, pretender resolver los grandes problemas
de la humanidad por medio de razonamientos terminantes, herir a la santa
Iglesia por juicios mordaces […] mientras que se omiten sistemáticamente los
recordatorios sobre el deber de estado, proponiendo a los fieles un alimento
completamente inadecuado para sus necesidades, se descuida el apoyo del cual
tanta necesidad tienen para salvarse allí donde están, con sus problemas
concretos […]. Nuestra prédica se hace caricaturesca si se limita a fustigar
cada domingo los errores del Vaticano II. Ciertamente no se trata de descuidar
la gravedad y las consecuencias trágicas de este Concilio, sino más bien de
estimar correctamente los medios que necesitan nuestros fieles para trabajar
por su salvación y de procurárselos efectivamente” (Mons. Fellay).
El peligro que acecha a la Fraternidad sería
entonces el de combatir demasiado el Vaticano II. Pero ¿quiénes son los
cofrades que “se limitan a fustigar cada domingo los errores del
Vaticano II”? ¿No es esto lo caricaturesco? Se combate un defecto que
no existe pues, en nombre de una pretendida fidelidad a la gracia y al deber de
estado, se justifican implícitamente los silencios oficiales y escandalosos
sobre ciertas“consecuencias trágicas del Concilio”.
Mons. Lefebvre, que aprovechaba las fiestas
litúrgicas más grandes del año para alejar a los fieles del veneno conciliar,
¿tenía una “prédica caricaturesca”?
“Los hombres de Iglesia que ocupan los puestos
claves han tomado una orientación claramente opuesta a la Tradición, o al
Magisterio oficial de la Iglesia. […] Ellos han dado la
espalda a la verdadera Iglesia de siempre, le han dado nuevas instituciones, un
nuevo sacerdocio, un nuevo culto, una nueva enseñanza siempre en búsqueda, y
esto siempre a nombre del Concilio. […] Por lo tanto es
indispensable desmitificar este concilio que lo quisieron
pastoral en razón de su horror instintivo por el dogma, y para facilitar la
introducción oficial en un texto de la Iglesia de las ideas liberales” [1].
Nuestro deber de estado conlleva también el deber de
destruir el Vaticano II, y Mons. Fellay hubiera hecho mejor al reprender a los
cofrades que omiten sistemáticamente el predicar contra este
concilio cismático. Y respecto a las debilidades en el deber de estado, del
cual “es tan fácil sustraerse”, Mons. Fellay hubiera hecho mejor al
abordar ciertos “problemas concretos” que perjudican la
salvación de nuestros fieles, como la modestia cristiana que cada vez
desaparece más de nuestros medios.
Mons. Fellay también les escribió algunas contra-verdades. La primera, respecto a la moral católica, dijo: “el soberano pontífice que, siempre dejando la puerta abierta a la inmoralidad, no toma posición en este debate, provoca un inmenso escándalo”.
Francisco besa la mano de un sacerdote activista
homosexual y declara que los esposos cristianos no deben procrear “como
conejos”, ¿pero él no “toma posición en este debate”? Mons.
Fellay ¿ha olvidado lo que nos escribió en el Cor unum n° 110
de marzo de 2015? Él citó la conferencia del “cardenal Rodríguez
Maradiaga, cercano al papa Francisco, y coordinador del grupo de cardenales
encargados de aconsejar al soberano Pontífice en las reformas que prepara”.
Este cardenal constataba que “después del
concilio Vaticano II, los métodos y el contenido de la evangelización
cambiaron. La liturgia cambia, la perspectiva misionera cambia, la acción
social cambia. En aras de la coherencia cristiana, ciertos cambios
institucionales y de organización son contemplados simultáneamente […] el Papa
quiere llevar a cabo esta renovación de la Iglesia hasta un punto irreversible.
[…] La renovación de las instituciones y de las funciones de la Iglesia
requiere una renovación de su dimensión mística. Y en la raíz de la mística,
está la misericordia”.