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COMENTARIOS ELEISON - ROMANOS IMPLACABLES




Número CDXXIV (424)
29 de agosto de 2015

Romanos Implacables

Mons. Williamson




Lectores, cuidado, escuchen mi consejo –
Cuando llegue el acuerdo, ¡lean no solo el bosquejo!

Rumores provenientes de la Fraternidad San Pío X parecen confirmar la especulación de estos “Comentarios” la semana pasada (ver CE 423 del 22 de Agosto) de que Roma quiere un acuerdo con la FSPX. Los rumores dicen de un encuentro secreto mantenido a principios de este mes donde los líderes de la FSPX discutieron finanzas y un “preámbulo doctrinal”. ¿Fue éste el mismo preámbulo mencionado por el Cardenal Müller el 3 de Agosto? ¿Redactado por Roma para que la FSPX lo firme? El Cardenal dijo que eso era necesario para cualquier acuerdo, mientras que el Obispo Schneider no vio ningún problema doctrinal porque el Vaticano II fue meramente “pastoral”. Con o sin rumores, revisemos los básicos inalterables.

Los 16 documentos oficiales del Concilio Vaticano Segundo presentan en conjunto una nueva visión de Dios, de la vida y del hombre, una nueva religión a tono con el mundo moderno centrado en el hombre, pero en colisión con la religión católica centrada en Dios que no había cambiado esencialmente por más de 1.900 años. Ambas religiones enseñan su visión de Dios, de la vida y del hombre, ambas son doctrinales, pero las dos doctrinas están en colisión. Sin embargo, por hábiles ambigüedades – la ambigüedad es el sello distintivo de los 16 documentos – los Padres del Concilio fueron persuadidos de que no había colisión, y entonces cuando ellos votaron a favor de los documentos hubo tres razones por las cuales los Católicos del mundo entero acompañaron a la nueva religión: su colisión con la verdadera Fe estaba hábilmente enmascarada, fue impuesta sobre los Católicos por casi todas las autoridades de la Iglesia desde los Papas para abajo, y era más bien más fácil de practicar que la religión pre-Conciliar.

Pero Dios suscitó un verdadero pastor, Monseñor Lefebvre, para insistir sobre la colisión doctrinal, para enfrentar a las infieles autoridades de la Iglesia, y para continuar la práctica de la religión pre-Conciliar para cualesquiera almas deseando tomarse la molestía de hacerlo. Y éstas fueron suficientes en número como para que la Fraternidad del Arzobispo se haya expandido por todo el mundo al tiempo que él murió en 1991. Pero sus sucesores a la cabeza de su Fraternidad nacieron después de la Segunda Guerra Mundial dentro de un mundo muy diferente del mundo del Arzobispo, que había nacido antes de la Primera Guerra Mundial. Ellos no vieron al mundo ni a la doctrina como los vio él, por lo que ellos no tenían la misma motivación que él tenía para seguir enfrentando a las autoridades de la Iglesia, aún si no estaban ellos mismos todavía deseando la relajación Conciliar de la disciplina de la Iglesia (que más y siempre más Tradicionalistas desean ahora). Entonces fue simplemente una cuestión de tiempo antes que el magnetismo de Roma ejerciera su fuerza.

En cuanto a los Romanos, ellos estaban obstinados en su nueva religión Conciliar, y entonces desde el 2000 en adelante ellos abiertamente dieron la bienvenida a todos los acercamientos hechos por la FSPX, porque la doctrina y práctica del catolicismo inmutable de ella era una reprimenda en pie a sus novedades masónicas y una amenaza continua para ellos, como lo es un bolsón invicto del enemigo en la retaguardia de una invasión de otra manera toda ella exitosa. Por consiguiente, tanto como los Romanos desean absorber la FSPX dentro de su Neo-Iglesia, así también los líderes actuales de la FSPX por el lado suyo desean ponerse nuevamente bajo la autoridad de la Iglesia oficial de Roma. Es un matrimonio hecho en el Infierno, en que dulces hombres de la Neo-Iglesia como el Obispo Schneider no ven ningún problema porque no han visto, o no han querido ver, la colisión subyacente de las doctrinas básicas.

Así que, el Cardenal Müller está en lo cierto en este sentido: Si dos hombres tienen diferentes visiones de Dios, de la vida y del hombre, cualquier acuerdo entre ellos puede solamente ser relativamente superficial. Así que, si la FSPX no puede ser traída a abandonar el dogma, o más bien a socavar todo dogma católico mediante el super-dogma masónico de que todo dogma es papilla, entonces la FSPX va necesariamente a actuar dentro de las murallas de Roma como un caballo de Troya. Es por eso que el Cardenal insistirá en un preámbulo, que sea escrito por Roma o por la FSPX no tiene importancia, siempre que la masa de Tradicionalistas, tanto como la masa de Católicos después del Vaticano II, se dejarán engañar a sí mismos por las ambigüedades doctrinales. Éstas serán brillantes.


Kyrie eleison.

sábado, 29 de agosto de 2015

SÁBADO MARIANO.- NO OLVIDE REZAR EL ROSARIO





“Los errores modernos serán destruidos por el Rosario” San Pio X.

 “En cuanto a la protección más segura para evitar que vuestros espíritus y vuestros corazones sean presos de la fantasía, recen cinco, o mejor quince, Misterios diarios del Santo Rosario de Nuestra Señora”. 
“¡Quince Misterios al día es “artillería pesada” en todo sentido!” Monseñor Williamson.

La Resistencia necesita el rezo del Santo Rosario. Invitamos a todos nuestros amables lectores a esta Cruzada del Rosario completo para alcanzar de Nuestra Señora las gracias que necesitamos. Podemos hacer grupos de oración o si se prefiere, rezar en familia o en solitario. Pero el Rosario debe rezarse para obtener el triunfo del Inmaculado Corazón de María. Ella lo pidió en Fátima. Ella lo quiere. Hagámoslo.




ABOMINABLE



El supuesto Papa Francisco, destructor de la fe católica y
promotor del Nuevo Orden Mundial judaico.



Decía Juan a Herodes: No te es lícito tener por mujer a la esposa de tu hermano” (Mc. 6, 18)


Francisco le desea a una escritora lesbiana de libros que corrompen a los niños que “siga su proficua actividad”, la invitó a “seguir su actividad al servicio de las jóvenes generaciones y de la difusión de los auténticos valores humanos y cristianos” y se despidió con la bendición apostólica “para toda la familia” de la escritora (“casada” con otra mujer).


El Misterio de iniquidad va en aumento cada día que pasa, con un Francisco que sigue superando la impiedad y el error  excretados por la jerarquía surgida desde los años ’60 y el revolucionario Vaticano II, caballo de Troya de la satánica Masonería. Ahora la “Iglesia” ya no sólo no condena los errores, no sólo dialoga con los enemigos para “aprender” de ellos, sino que además aprueba, bendice y promueve toda clase de perversión, corrupción, herejía e inmoralidad. Eso sí, de manera ambigua y en nombre de la “misericordia”. A través de gestos y sonrisas amistosas. En nombre del diálogo y la “cultura del encuentro”. Para Francisco y sus secuaces es más grave la “crisis ecológica” que la tiranía sodomítica y la destrucción de la familia.


Maria Silvia Fiengo y Francesca Pardi, las responsables
 de la editorial “infantil”  en su “boda”.


Lo primero que han dicho en Roma sobre la carta enviada por el Vaticano con la bendición de Francisco a la escritora lesbiana de cuentos infantiles homosexuales, es que la carta era privada y no para ser publicada. ¡Ah, hay que desviar la atención! ¡El delito es dar a conocer algo privado! ¿No les recuerda la carta de los tres obispos a Mons. Fellay del 2012, que cuando se dio a conocer –confirmando de ese modo la traición del Superior General de la FSSPX- se desvió la atención hacia el hecho de que era una carta privada, no destinada a publicarse? Ah, y es de estos “misericordiosos” romanos de quien se busca la aceptación y el sello de “catolicidad”. Y a esta falsa y corrompida “misericordia”  a la que se destinará un año especial, es a la que llamó a adherir Mons. Fellay –eso sí, con reservas y discernimiento (¡!).  “No hay que hacer de los errores del Vaticano II super herejías”, “no hay que temer el reclamar con toda justicia, por parte de las autoridades de la santa Iglesia, el ser reconocidos y considerados como católicos”, “el soberano pontífice que, siempre dejando la puerta abierta a la inmoralidad, no toma posición en este debate (¿?)(Palabras de Mons. Fellay, subrayado nuestro).


Las dos “esposas” y “madres” con uno de sus libros.


Hay allí cobardía para no condenar la aberración que está instalada en Roma y combatirla como es un deber. Y decimos combatirla con la acción católica de rechazar la mentira y el error y mencionar a sus autores, de despreciar el mundo, de sostener la fe íntegra, pero a la vez de hacer obras de caridad, porque no es cuestión de hacer como ciertos “vivos” que mentan el Apocalipsis para mejor cruzarse de brazos y, afirmando que todos están errados y equivocados y perdidos, ellos –los pocos sabios que hay en el mundo- se presentan como los nuevos profetas que, sin embargo, nada arriesgan ni mensaje alguno han recibido, pues simplemente se ocultan detrás de la inmunidad de la Internet para sembrar más confusión y desorden a los que ya hay. Sí, estamos ante la perspectiva del Gran Castigo que reclama la Impiedad ocupando los más altos puestos que debería ocupar la Santidad. Pero la religión no es sólo “preservarse de la corrupción de este siglo” (Sant. 1,27) sino también “visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones” (Id.). Es decir, que si hay que rechazar a los que corrompen la fe (Gál. 1,8), debemos evitar que esta fe se corrompa al no acompañarla de buenas obras. Y mientras haya algo que hacer, se lo debe hacer, además de alzar la voz para denunciar la maldad y el error que buscan imponerse a nuestro alrededor.

Hablé de tus mandamientos en presencia de los reyes sin rubor y medité en tus mandamientos, que mucho he amado”, dice el Introito de la Misa de la degollación de San Juan Bautista. Francisco parece haber sepultado los mandamientos (o haberlos cambiado por los de la ONU), mientras que Mons. Fellay, dominado por el rubor (para decirlo con el salmista), prefiere mencionar en sus tibias reconvenciones a algún subalterno de aquel, y no al Jefe mismo de la secta conciliar. ¡Y eso que está fuera de su estructura oficial en tanto subordinado! ¿O será que ya realizó un pacto secreto y no nos enteramos? Cierto, Mons Fellay es un Juez romano…

El modernismo es la cloaca colectora de todas las herejías, y como tal, sin nada que se lo impida, no puede dejar de diseminar su pudrición  por todo el orbe. Pero está llegando a unos extremos que probablemente sus lejanos mentores sesentistas nunca imaginaron, aunque contribuyeron a este lodazal infecto que clama venganza al cielo. Quien alce la voz tendrá que correr la suerte –literal o figurada, mortal o mediática- que corrió el Precursor glorioso San Juan el Bautista. No hay otro camino para enfrentar tamañas impiedades que el testimonio absoluto antiliberal, y por eso verdaderamente libre, de afirmar la Verdad, fortalecidos por la cruz salvadora, única esperanza nuestra, única y suficiente arma que nos queda a los cristianos para no claudicar, junto con el Santo Rosario, a la espera del triunfo del Corazón Inmaculado y la Segunda Gloriosa Venida de Jesucristo. Recemos pues con entera confianza el Rosario y el triunfo cristiano llegará.


Referencias sobre la noticia aludida:









  

VERGONZOSO Y CÓMPLICE SILENCIO




Con el soporte principal ideológico en el mundo anglosajón, la Internacional Sodomítica, financiada por la plutocracia mundial, ha dado un salto cualitativo: ahora va por los chicos, después de corromper a los grandes.
Registro tres hechos:



1)Próximamente se distribuirá en muchas escuelas de Inglaterra y Gales el libro “Prince Henry” que relata la historia de un príncipe, en la época contemporánea, que se enamora de su servidor Thomas, que es pobre. Después de vencer la resistencia de sus padres, Henry obtiene su consentimiento y se “casa” con Tom, y la “igualdad” triunfa. (El mensaje social igualitario pretende encubrir la maldad moral de la homosexualidad).



2)En las escuelas de Cornualles el Departamento de Educación británico difunde la School Transgender Guidance, que recomienda “la buena práctica sensibilizadora” de aceptar el “transgénero”, por ser algo absolutamente “normal”



3)En Nueva Gales del Sur, Australia, se intentó proyectar en escuelas secundarias “Gayby Baby”, película de propaganda sobre los “hijos” criados por parejas homosexuales, en el marco de la “Jornada de promoción de la diversidad”. Ante la resistencia de los padres, el ministro de Educación prohibió la proyecciónen los horarios de clase, si bien la película se puede ver fuera de ellos y en los cines.


Francisco y su círculo aúlico se ocupan del cambio climático, de la trata de personas, de las migraciones y de la mar en coche, pero sobre la tiranía LGBT que se cierne, guardan (¿respetuoso?) silencio.

¿Se acordarán de que la sodomía y la corrupción de los inocentes claman venganza al cielo?

LA EPÍSTOLA A DIOS – POR GIOVANNI PAPINI





Como todas las catedrales célebres, Agustín es más admirado por fuera y de lejos que visitado en sus airosos cruceros y en sus criptas. Si alguno conoce de él una sola obra, estamos seguros de que ha leído las Confesiones. Las Confesiones figuran en el breve inventario de la literatura universal con los mismos derechos que la Odisea, que el Paraíso perdido. Al lado de la Imitación de Cristo y de La Divina comedia, es el libro cristiano más divulgado, reimpreso, traducido y comentado en todo el Occidente, uno de esos libros que los mismos agnósticos y los incrédulos sienten el deber de leer. En la Edad Media, la Ciudad de Dios superó, quizá, la popularidad de las Confesiones, porque aquellos moradores de las tinieblas amaban las catedrales de piedra y de idea; hoy, en cambio, las Confesiones ocupan el campo. Hemos llegado a ser indagadores, a veces petulantes e irreverentes, de las virtudes ajenas, y más que la filosofía de la historia nos apetece la anatomía de las almas: menos metafísicos y más
psicólogos.

Agustín era más rico que nosotros: es el último de los grandes metafísicos y el primero de los psicólogos modernos. Si en otras obras es ariete contra los baluartes heterodoxos o arquitecto ciclópeo, en las Confesiones se dan al mismo tiempo especulación e introspección, teología y autobiografía, Dios y el yo. La mayoría, en nuestros tiempos, buscan en ella casi sólo esto último y, especialmente después del capítulo IX, sienten dentera y dislocación. Buscaban un alma fanfarrona y se sienten transportar a las alturas de la plegaria.

Entre los modernos y Agustín hay una equivocación. La palabra “Confesiones”, adoptada por tantos, no tiene el mismo sentido para él y para nosotros. Agustín no ha querido escribir memorias, una vida propia, como tantos han hecho después de él e inspirados por él. Confessio, para Agustín, equivale a reconocimiento del pecado propio; pero, sobre todo, elogio de la misericordia, de la gracia, de la sabiduría de Dios. El adoptó el significado bíblico de «confiteri», confieso tu gloria, soy testimonio de tu grandeza. Soy, pues, ante todo, algo semejante a una oferta: “Accipe sacrificium confessionum mearum”, escribe al principio del libro V. Mucho más que autobiografía, las Confesiones son elevación a Dios, continua declaración de amor a Dios. Narra su vida pasada, pero sólo con hechos estrictamente necesarios, porque constituye un documento del poder de la Gracia divina, el testimonio apologético de lo que Dios supo hacer para iluminar a un ciego y para limpiar a un enlodado. Hay, es cierto, dos clases de confesiones: confesión de alabanza y confesión de acusación; pero esta segunda, por fuerza personal, forma parte de la primera a título de prueba: es un corolario de la primera, ejerce la función de ella.

¿A quién iba Agustín a confesarse en el sentido que nosotros entendemos por lo regular? ¿A Dios? Ciertamente, no, pues sabe todo; sería repetición superflua. ¿A los hombres? Pero en calidad de catecúmeno ya se ha confesado, y hace tiempo, a Simpliciano y a Ambrosio, a quienes refirió las culpas y los errores de su vida anterior al bautismo.

Escribe, sí, también para los hombres, y no se avergüenza de darse a conocer hasta en lo íntimo del corazón, hasta en sus vestigios de lepra, no para satisfacer extraña curiosidad o pavonearse, sino con la esperanza de servir de ejemplo al caminante y de alcanzar las oraciones de sus hermanos.

Él mismo, en las Retractaciones, ha dicho cuál fue su verdadera intención: «Los trece libros de mis Confesiones alaban por mis bienes y por mis males a Dios justo y bueno: elevan hacia Él el entendimiento y el corazón del hombre.» El objetivo, pues, como el de las otras obras agustinas, es teocéntrico. Si hubiese podido prescindir de hablar de sí, lo habría hecho; pero como su caso personalísimo es una alegación más que llevar al archivo de la Gracia, se ha obligado a referir la parte indispensable de sus recuerdos. Si hay en ellas alguna razón suplementaria, fuera de la glorificación de Dios, es precisamente todo lo opuesto a la ostentación. Cuenta Posidio, quien no se separó de él hasta la muerte, que para escribir las Confesiones «fue movido a fin de que ninguno, según el dicho del Apóstol, le estimase más de lo que él sentía ser, o que se podía saber por sus palabras, según es propio de la santa humildad, para no sembrar humo, sino para dar alabanzas, no a sí, sino a Dios, por los favores recibidos de la liberación, e impetrar de él otros nuevos que deseaba por las súplicas de los hermanos». No las escribió, por tanto, como supone Erasmo, para lavarse de las acusaciones de los donatistas, ¡cuánto menos para proveer de armas a los acusadores!

LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE





“Quien llamara evangélicos a los herejes, convendría que pagase alguna multa, para que no se goce el Demonio de que los enemigos del Evangelio y Cruz de Cristo, toman un nombre contrario a sus obras; porque a los herejes se los ha de llamar por su nombre, para que dé horror hasta el nombrar a los que son tales, y cubren el veneno mortal con el velo de un nombre de salud”.


San Ignacio de Loyola, Carta a San Pedro Canisio, 13 de agosto de 1554.



martes, 25 de agosto de 2015

ELIAS – POR ERNEST HELLO








Elías era un hombre pasible semejante a nosotros.

(Epíst., Santiago, cap. V, vers. 17).


Tiene el hombre una marcada tendencia hacia una idea vaga que expongo aquí: Piensa que los hombres históricos, y en especial los hombres legendarios, no son de su misma raza. Contra esta tendencia lucha Santiago en el texto que acabo de citar. Siente la necesidad de recordar a los hombres que Elías era un hombre.

Los hombres, en efecto, parecen despojarse de las preocupaciones que les provocaría el ejemplo de los personajes importantes, si los personajes fueran hombres como ellos.

Y en su celo por verse libres, arrojan en la lejanía de la leyenda a los grandes personajes. Los relegan lejos de sí, más lejos, más lejos, más lejos, muy lejos, y cuando los han situado lo bastante lejos como para sentirse a cubierto del contagio, los sitúan en lo alto, más alto, más alto, muy alto, con el fin de saberse preservados tanto por la altura, como por la distancia, de los inconvenientes que podría acarrear la proximidad de la grandeza.

Les citáis algo hermoso. "Sin duda, responden, no os digo lo contrario: ¡Pero era un santo!".

Es como si dijeran: "¡No era un hombre!, era un santo. ¡Por lo tanto esto no me concierne! ¡Yo no soy un santo, ni tengo la misma naturaleza! Es una raza extranjera cuyos actos me interesan a lo sumo a título de curiosidad, pero no pueden tener para mí ningún interés práctico. ¡Qué me importan esas gentes cuyo nombre está en el calendario!; es una especie desaparecida, y no seré yo quien encuentre su perdido molde."


He aquí por qué resulta interesante hacer notar que Elías era un hombre, semejante a nosotros, capaz de sentimientos humanos.

"Elías tuvo miedo", dice la Escritura: ¿Pero en qué momento tuvo miedo? He aquí la maravilla.

Es después del gran drama del fuego y del agua. Acababa de mandar a los elementos y a los hombres.

Había desafiado a Acab; había desafiado a los sacerdotes de Baal.

Había llamado al fuego del cielo sobre el holocausto, y el fuego del cielo había descendido. Y no contento con devorar el holocausto, el fuego del cielo había devorado la madera, las piedras, el polvo, el polvo mismo. No es eso todo: el fuego del cielo había devorado el agua que corría en torno del altar.

CONTUBERNIO MUNDIALISTA


Card. Tauran en Meeting de Rimini: Judíos, cristianos y musulmanes deben encontrar sus raíces
  



Rome Reports. 2015-08-21

Desde Rimini, en Italia, el responsable del Vaticano para el diálogo con las otras religiones denunció a los que justifican la violencia por la religión y a los políticos que la utilizan para conseguir sus objetivos. 

CARD. JEAN-LOUIS TAURAN 
Presidente, Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso

"Nosotros, judíos, cristianos y musulmanes, debemos reencontrar no solamente nuestras raíces culturales sino que también las religiosas. El Papa Francisco dice en su última encíclica que la mayor parte de los habitantes del planeta se declaran creyentes y esto debería empujar a las religiones a entrar en un diálogo entre ellas orientado a la protección de la naturaleza, la defensa de los pobres y la construcción de una red de respeto y fraternidad”.

El cardenal Tauran pronunció estas palabras en la apertura del tradicional Meeting anual de Rimini en Italia, cuya primera imagen fue esta: un judío, un musulmán y un cristiano sentados en la misma mesa dialogando. 

El encargado de abrir la sesión fue nada menos que el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon.

"El mundo de hoy está ensombrecido por el conflicto, la desigualdad y las crecientes divisiones”. 

El objetivo estaba bien explicado en el título: Las religiones no son el problema, son parte de la solución. 

AZZEDINE GACI
Imán de la mezquita de Villeurbanne (Lyon, Francia)
"Es Dios quien quiere que existas, es Dios quien quiere que exista esta diversidad religiosa, es Dios quien quiere que haya cristianos, musulmanes y judíos”.

HAÏM KORSIA
Gran rabino de Francia
"La uniformidad es peligrosa para el hombre. Si somos los mismos no podemos intercambiar nada, ninguno crece, ninguno avanza”. 

El Meeting de Rimini organizado por Comunión y Liberación cumple su 36ª edición. Se organiza anualmente desde 1980. El lema de este año se pregunta por el vacío del corazón del hombre. 






domingo, 23 de agosto de 2015

CARTA A LOS SACERDOTES DE LA FSSPX








Publicamos la traducción de una carta del P. Rioult en la que se analizan las palabras de Mons. Fellay en el último Cor Unum (boletín interno de la FSSPX)

La carta del P. Rioult a sus antiguos cofrades de la FSSPX realiza un análisis del último texto de Mons. Fellay en el boletín interno de la FSSPX. Y esto vale la pena.

La Sapinière alienta a los fieles a hacer circular esta carta en formato papel entre los sacerdotes que pudieran aprovecharla en los diferentes prioratos del distrito de Francia.


Estimados cofrades:

Ustedes leyeron, como yo, el texto de su Superior general en el Cor unum de junio de 2015.

¿Se han dado cuenta del uso de la inversión acusatoria?

Es fácil sustraerse a su deber de estado, pretender resolver los grandes problemas de la humanidad por medio de razonamientos terminantes, herir a la santa Iglesia por juicios mordaces […] mientras que se omiten sistemáticamente los recordatorios sobre el deber de estado, proponiendo a los fieles un alimento completamente inadecuado para sus necesidades, se descuida el apoyo del cual tanta necesidad tienen para salvarse allí donde están, con sus problemas concretos […]. Nuestra prédica se hace caricaturesca si se limita a fustigar cada domingo los errores del Vaticano II. Ciertamente no se trata de descuidar la gravedad y las consecuencias trágicas de este Concilio, sino más bien de estimar correctamente los medios que necesitan nuestros fieles para trabajar por su salvación y de procurárselos efectivamente (Mons. Fellay).

El peligro que acecha a la Fraternidad sería entonces el de combatir demasiado el Vaticano II. Pero ¿quiénes son los cofrades que “se limitan a fustigar cada domingo los errores del Vaticano II”? ¿No es esto lo caricaturesco? Se combate un defecto que no existe pues, en nombre de una pretendida fidelidad a la gracia y al deber de estado, se justifican implícitamente los silencios oficiales y escandalosos sobre ciertas“consecuencias trágicas del Concilio”. 

Mons. Lefebvre, que aprovechaba las fiestas litúrgicas más grandes del año para alejar a los fieles del veneno conciliar, ¿tenía una “prédica caricaturesca”?

Los hombres de Iglesia que ocupan los puestos claves han tomado una orientación claramente opuesta a la Tradición, o al Magisterio oficial de la Iglesia. […] Ellos han dado la espalda a la verdadera Iglesia de siempre, le han dado nuevas instituciones, un nuevo sacerdocio, un nuevo culto, una nueva enseñanza siempre en búsqueda, y esto siempre a nombre del Concilio. […] Por lo tanto es indispensable desmitificar este concilio que lo quisieron pastoral en razón de su horror instintivo por el dogma, y para facilitar la introducción oficial en un texto de la Iglesia de las ideas liberales” [1].

Nuestro deber de estado conlleva también el deber de destruir el Vaticano II, y Mons. Fellay hubiera hecho mejor al reprender a los cofrades que omiten sistemáticamente el predicar contra este concilio cismático. Y respecto a las debilidades en el deber de estado, del cual “es tan fácil sustraerse”, Mons. Fellay hubiera hecho mejor al abordar ciertos “problemas concretos” que perjudican la salvación de nuestros fieles, como la modestia cristiana que cada vez desaparece más de nuestros medios.

¿Un Francisco inactivo? 

Mons. Fellay también les escribió algunas contra-verdades. La primera, respecto a la moral católica, dijo“el soberano pontífice que, siempre dejando la puerta abierta a la inmoralidad, no toma posición en este debate, provoca un inmenso escándalo”.

Francisco besa la mano de un sacerdote activista homosexual y declara que los esposos cristianos no deben procrear “como conejos”, ¿pero él no “toma posición en este debate”? Mons. Fellay ¿ha olvidado lo que nos escribió en el Cor unum n° 110 de marzo de 2015? Él citó la conferencia del “cardenal Rodríguez Maradiaga, cercano al papa Francisco, y coordinador del grupo de cardenales encargados de aconsejar al soberano Pontífice en las reformas que prepara”.

Este cardenal constataba que “después del concilio Vaticano II, los métodos y el contenido de la evangelización cambiaron. La liturgia cambia, la perspectiva misionera cambia, la acción social cambia. En aras de la coherencia cristiana, ciertos cambios institucionales y de organización son contemplados simultáneamente […] el Papa quiere llevar a cabo esta renovación de la Iglesia hasta un punto irreversible. […] La renovación de las instituciones y de las funciones de la Iglesia requiere una renovación de su dimensión mística. Y en la raíz de la mística, está la misericordia”.