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miércoles, 10 de diciembre de 2014

EL “INCONSCIENTE” FRANCISCO






En la latosa y soporífera entrevista que le hizo Elisabetta Piqué, su plumífera predilecta, Francisco se mandó otra de sus “franciscadas”:

“Dios me da una sana dosis de inconsciencia”


Esta insólita afirmación en boca de un Papa puede chocar a más de uno, y a lo más ser tenida por una humilde inocentada de impulsivo muchachote -casi un Poverello- y no producto de quien sabe perfectamente lo que hace, alguien que calcula bien sus pasos, sus dichos y sus gestos -aún los más ridículos- con tal de agradar a todo el mundo y ayudarlo así a conseguir su “liderazgo mundial”.

Para los que conocemos desde sus tiempos de Buenos Aires, esta puntada tiene su correspondiente nudo: presentar como inspiradas por Dios a todas sus jugadas “inconscientes” para consolidar “una nueva Iglesia”. La del Vaticano II, por supuesto.

Nota catapúltica:
Esa “sana dosis de inconsciencia” no le priva de elogiar, en la misma entrevista, al heresiarca Kasper, cuyos trabajos sobre el matrimonio “son una joyita”.