Hay
dos modos radicalmente opuestos de combatir: el uno carnal, el otro espiritual;
el uno del diablo, el otro de Dios; el uno del judío, el otro del cristiano; el
uno asecha, el otro arremete con hombría.
El
diablo venció a Eva con palabras seductoras, pero la Virgen vence al diablo
aplastando su cabeza. El diablo tienta a Cristo con promesas fascinadoras, pero
Cristo rechaza al diablo con denuedo de León. Los judíos traman contra Cristo
conspiraciones en secreto, pero Cristo en la luz denuncia y desbarata sus
pérfidas maquinaciones. Y en el cénit de la grandeza medieval, mientras los
judíos conspiraban en los ghettos, los caballeros y héroes peleaban en la luz
contra los enemigos de la Cruz. La Edad Media es mística y guerrera como toda
grandeza espiritual. La espada está al servicio de la Cruz.
La
caridad cristiana, que nos manda procurar eficazmente el bien de Dios, el bien
de la Iglesia, el bien de los pueblos cristianos, nos manda por lo mismo
empuñar la espada para defender eficazmente estos bienes cuando no haya otro
modo de asegurarlos.
Si
no ha llegado todavía, quizá no esté lejos el momento en que, si no queremos
ver proscripto el nombre de Dios, incendiados los templos, vilipendiados los
sacerdotes, violadas las vírgenes por la chusma desatada, sea necesario ceñirse
los lomos y empuñar la espada.
Si
por sentimentalismo o por cobardía nos resistimos a pelear con denuedo,
tendremos que vivir esclavos de una minoría rabiosa de judíos que después de
habernos vilipendiado en lo más sagrado nos sujetará a la tiranía del deshonor.
La
caridad misma lo exige. Porque no pueden decir que aman verdaderamente a Dios,
a la Iglesia, a su Patria, a sus hijos e hijas, aquéllos que rehusan adoptar
aquel medio único que asegure el respeto inviolable de Dios, de la Iglesia, de
la Patria, de los hijos e hijas.
Medio
único, doloroso pero indispensable, como lo es el uso del bisturí para cortar
la gangrena que inficiona.
Si
el uso de la espada implica una villanía cuando se usa para exterminar al
inocente, en cambio cuando se emplea para restaurar los derechos de la Verdad y
de la Justicia importa los honores del heroísmo.
El judío en el misterio
de la historia.