Mons. Viganò, signo de contradicción
Parecería que todos los
católicos que siguen la línea trazada por Monseñor Lefebvre, todos los que
pretenden ser antiliberales y contrarrevolucionarios, deberían alegrarse por la aparición de un
obispo que renueva el mensaje y la combatividad del Obispo Lefebvre
con gran pujanza, perseverancia, lucidez y coraje. Que todos los que a duras
penas soportan la abominación pachamámica instalada en Roma, deberían festejar
que Dios haya sacado de entre lo que parecía imposible, la cúspide del
episcopado romano oficial, un obispo como Monseñor Viganò, que cada día se
manifiesta con mayor sabiduría, cuestionando a fondo el Vaticano II, y hasta
mentando a Lefebvre o hablando ya de una “Iglesia conciliar”. Y todo esto dicho
sin los titubeos o zalamerías de los Burke o Schneider de rigor.
Sin embargo, lejos de
ello, un manto de silencio, o de injurias, se han abatido sobre el destacado
obispo. Y salvo una minoría de honestos tradicionalistas, o de los llamados de
la Resistencia, incluyendo los cuatro obispos, que han sabido ver la trampa
hacia la cual estaban llevando a la neo-Fraternidad del Arzobispo, el resto ha
quedado descolocado con esta aparición que los pone en una situación muy incómoda.
Por un lado están los
neo-fraternitarios, en plena renovación acuerdista, que ven cómo alguien sale a
decir lo que ellos ya no dicen, y entonces quedan “en offside”. Así que, por
ese lado, como tienen el “copyright” de la Tradición, no pueden compartir
escena con alguien que habla más fuerte y más alto. Por lo tanto hacen “mutis
por el foro”.
Luego están los
recalcitrantes sedevacantistas o ex fraternitarios, ya cada vez más farisaicos,
que acusan a Viganò de ¡Fariseo! (así a los gritos, con signos de admiración),
como el Padre C. de la alicaída Radio, la cual ha llegado a publicar un artículo la
mar de orgulloso y desvariado, del cual no resistimos publicar este parrafito:
Escribe Viganò que está
en curso una batalla entre “los hijos de la luz y los de la oscuridad”,
y que “estos dos bandos, que tienen una naturaleza Bíblica, siguen la
clara separación entre la descendencia de la Mujer y la descendencia de la
Serpiente”; finalmente concluye diciendo que “es necesario que
los buenos, los hijos de la luz, se reúnan y hagan oír su voz”.
Esta es una
interpretación gnóstica de la Sagrada Escritura y distorsiona en una clave
antropocéntrica la profecía del Génesis 3, 15, donde “la descendencia
de la Mujer” ES SÓLO CRISTO.
https://radiocristiandad.org/2020/07/23/grace-el-otro-evangelio-de-monsenor-vigano/
De
acuerdo a este artículo, San Luis María Grignion de Montfort sería un hereje y
gnóstico, ¡y no nos habíamos dado cuenta!:
Pongo
hostilidades entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; ella herirá tu
cabeza cuando tú hieras su talón (Gén 3,15).
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Dios
ha hecho y preparado una sola e irreconciliable hostilidad, que durará y se
intensificará hasta el fin. Y es entre María, su digna Madre, y el diablo;
entre los hijos y servidores de la Santísima Virgen y los hijos y secuaces de Lucifer.
(Tratado
de la verdadera devoción a la Santísima Virgen)
Luego
están los conservadores semi-tradicionales, como el cura de un sitio de
internet que tiene cosas realmente valiosísimas, pero ha hecho “silencio de
radio” sobre Viganò como suele hacerlo sobre Monseñor Lefebvre, porque, claro,
cuestionan el malhadado Concilio y los Papas que lo han aplicado. ¡Vaya lío se
les armaría! ¡Y eso que proclaman mucho llevar adelante una labor “parresíaca”!
Y luego, cuando un Obispo habla en “parresíaco”, lo ignoran y evitan que “se la
cuenten”…a la verdad, decimos.
En
fin, nos parece ver que todos tienen alguna posición, situación, lugar,
comodidad u orgullo que perder, y, claro, no quieren perderlo.
Al
respecto, nos parecen muy esclarecedoras estas palabras de Nuestro Señor
Jesucristo, dichas a Sor Josefa Menéndez:
“El camino de la virtud y de la santidad
se compone de abnegación y de sufrimiento; el alma que generosamente acepta y
abraza la Cruz, camina guiada por la verdadera Luz y sigue la senda recta y
segura, sin temor de resbalar en las pendientes, porque no las hay…”
(Un llamamiento al amor)
Como
vemos, quien abraza la cruz camina por el sendero de la luz. Quien no quiere
aceptar la cruz de ser señalado, condenado, abandonado, o la cruz de aceptar
unos papas pésimos siendo parte de la Iglesia, o la cruz de aceptar paradojas
inadmisibles, o el misterio de iniquidad, o hasta una “excomunión” y la
persecución por parte de la autoridad, pues bien, entonces la luz va
disminuyendo, y la senda ya no será tan recta y segura.
De
allí que debemos aceptar generosamente la Cruz, como ha hecho Mons. Viganò, que
ha dejado su situación cómoda, tranquila, errática, permisiva, diplomática, para
hacer una revisión de sus posiciones, hacer un mea culpa y dedicarse a dar el
buen combate, cuando ha arribado a una edad en que podría dejar de lado todo
esfuerzo y toda complicación en su vida.
¿Qué
hicieron con la bendición?
Ingresamos
al sitio web de la (Neo) FSSPX. Vamos a su biblioteca virtual:
https://fsspx-sudamerica.org/es/biblioteca-virtual
Luego vamos en busca de las obras de Monseñor Lefebvre https://fsspx-sudamerica.org/es/escritos-de-monse%C3%B1or-lefebvre
Allí encontramos un escrito titulado “Dios bendice a la Fraternidad San Pío X”
https://www.fsspx-sudamerica.org/es/node/35869
Hacemos “click” y aparece:
Página
no encontrada
La
página "/es/node/35869" solicitada no se ha podido encontrar.
¡Caramba!
¿Qué hicieron –nos preguntamos- con la bendición que había recibido la
Fraternidad? ¿Quién la hizo desaparecer? ¿Adónde ha ido?
Quizás
quieran leer el último Comentario Eleison de Monseñor Williamson (“Arzobispo
transferido”), para entenderlo mejor.
Fray
Llaneza