Por Gil De la Pisa Antolín
12 AGOSTO
2020
Esta palabreja que
todavía no ha incluido la Real Academia de la Lengua Española, en su
Diccionario --aunque es, ya, de uso frecuente—la supongo
salida de la mente de algún leal instrumento de los directores del
pensamiento único. O, dicho en otros términos, de esa organización en la
que creen muy pocos líderes de la opinión, intelectuales de peso, líderes
políticos y menos aún el Pueblo --que vivía ajeno a la lucha de las
ideas— y que yo siempre la he llamado por su nombre, desde hace
cinco o seis décadas.
No puedo, por lo
tanto, dar por seguro el “contenido” del vocablo. Eso sí, quienes más
lo utilizan, llaman así a cuantos se oponen a las interpretaciones
vulgarmente admitidas como dogmas de fe, bien sea sobre los autores o
sobre las causas de la situación que nos toca vivir y señalan a los
verdaderos culpables de la sima en que nos hallamos.
Los “conspiranoicos”
atribuyen cuanto sucede a “una planificación previa” dirigida por “unos señores
que no conoce nadie”. En consecuencia los escritores,
pensadores, tertulianos y demás “creadores y manipuladores de la opinión”, ha
decidido tenerlos por “chalaos” por emperrarse en no admitir ni
hacer propias “las cuerdas explicaciones de los pensadores sensatos”.
Me imagino
que, por mis libros y escritos, y ahora por mis vídeos, me deben tener en
la lista de esa especie rara que habla y escribe cosas extrañas sobre “los
dueños del mundo”. De ser así, pueden estar seguros que me honra el ser
catalogado entre esa especie y no me produce el menor complejo.
Me ha movido a
escribir sobre el tema esta nota recibida de “Ahora Información” titulado “¿Qué
pasa con la cartilla Covid?”, por la sencilla razón de que me ha recordado su
lectura el hecho de haber sido yo, uno de los primeros –si no el primero-- en
proclamar este aviso: todo cuanto tiene algo que ver con
“coronavirus” -- empezando por la creación artificial del “virus” mismo--
es el primer ensayo, la primera prueba, a nivel mundial, con un objetivo,
probar si existen ya las condiciones favorables para dar el golpe definitivo
--el “golpe de estado mundial”—e implantar el mando único universal
colocando en su trono al “rey único” –por supuesto sionista--.
Me ha satisfecho
comprobar cómo no soy un bicho raro pues, al mismo tiempo o poco
después, son bastantes los que han escrito, con palabras distintas pero con el mismo
sentido, “no tragamos” la versión oficial que intentan imponer sobre la famosa
“pandemia”… nunca mejor aplicado eso del “cuento chino”.
Es más, son muchos
los científicos que reconocen la enfermedad, pero no que sea una “pandemia” y
consideran que debería haberse tratado como la gripe anual, sin necesidad de
montar artificialmente todo ese tinglado cuyo peor resultado no son las
muertes, equivalentes más o menos a las de cada año, sino la ruina económica
planificada por los autores de la tragicomedia y que tiene un nombre (al menos
para mí que lo utilizo desde hace cinco o seis décadas): “SINAGOGA de
SATANAS” (así la bautizó hace dos mil años, san Juan evangelista) o “PODER
SUPREMO ‘sin rostro’...” (así la bauticé yo desde que la estudio).
Lo bueno o lo malo
–depende de quien lo lea—de algunos “conspiranoicos” es el don de
“profecía”… A mitad de los años cincuenta, cuando parecía
imposible, avisaba yo a mis amigos y al entorno (universitarios, compañeros de
trabajo, familia…):“Cuba va de bruces al marxismo” pero, fue exactamente
en 1957, tras siete meses ausente de la Isla, al regreso de un viaje por
Europa, cuando lo concreté y anuncié: “En 1959, Cuba será marxista…” Pues
ni que fuera yo un reloj suizo: el 1º de enero de 1959, Fidel entraba en la
Habana… Hace unos cinco años “anuncié” de palabra y por escrito: “En un
par de años tendremos en España, el Segundo Frente Popular”, y he vuelto a
acertar. En su fecha, Falconetti, el Coletas y los independentistas, o
sea, los continuadores, hijos y herederos de los asesinos socialistas,
comunistas, anarquistas, separatistas, nos han impuesto el “Segundo
Frente Popular”. Ahora, tengo anunciado: “Dentro de un
par de años más –o quizás antes—en España tendremos instalados, el hambre, la
‘hambruna’, la esclavitud y el ‘tiro en la nuca”, a menos que el Pueblo
provoque otro ‘Dos de mayo’ o un segundo ‘18 de julio’…”
Nada deseo tanto como
equivocarme esta vez, viendo cómo Europa prepara la ayuda que nos va a
dar “quemando catedrales”, con muchas ciudades en manos ya de la
morisma y, por otra parte viviendo en una España con sus puertas abiertas
de par en par con el fin de facilitar la libre entrada de cuanta chusma mora lo
desee, me temo que volveré a ser “profeta”. Repito: lo bueno y lo malo de ser
“conspiranoico” es conocer las reglas que rigen hoy en el mundo y que los
listos no quieren ver.
Mis libros, escritos
y vídeos son fáciles de localizar para ver cómo piensa un conspiranoico.