Número DCLXVIII (668)
02 de mayo de 2020
¡Suban la Escalera! – I
Mons.
Williamson
En vano los
romanos pisotearon como cerdos. Es por eso que
Los cerdos ahora gorjean como palomas. ¡Dios mío! ¡Dios mío!
Los cerdos ahora gorjean como palomas. ¡Dios mío! ¡Dios mío!
Muchas
personas que deberían estar escuchando a Monseñor Lefebvre ya no lo hacen, como
si ellos supieran más, o como si al final de su vida, después de haber legado
cuatro obispos a la Fraternidad San Pío X para asegurar su supervivencia, no
tuviera nada más que decir o hacer de alguna importancia. Pero en septiembre de
1990 la Providencia le concedió dar en Écône antes de morir un retiro a sus
sacerdotes en el que pudo entregarles – o al menos a aquellos que tenían oídos
para oír – sus directrices para su futuro. Citamos de nuevo uno de los pasajes
más importantes, y suspiramos con pena porque no ha sido escuchado, o no
entendido:
Este
combate entre la Iglesia y los modernistas liberales es el mismo combate que el
del Vaticano II. No es tan complicado. Y los efectos son de gran alcance.
Cuanto más se analizan los documentos del Vaticano II y la interpretación que
les dan las autoridades de la Iglesia después del Concilio, más uno se da
cuenta de que el problema no es sólo ciertos errores como el ecumenismo, la
libertad religiosa, la colegialidad o una forma de liberalismo, es toda una
perversión de la mente. Es una nueva filosofía, basada en la filosofía moderna
del modernismo. El libro que un teólogo alemán Johannes Dörmann acaba de
publicar, y que espero pueda estar pronto en sus manos, es muy instructivo en
este sentido. Comenta el pensamiento del Papa Juan Pablo II, en particular
sobre un retiro que predicó en el Vaticano cuando aún era sólo un obispo.
Dörmann muestra que el pensamiento del Papa es completamente subjetivo. Y al
releer sus discursos, uno se da cuenta de que ese es el caso. A pesar de las
apariencias, no es católico.
La
comprensión del Papa de Dios, de Nuestro Señor, viene de las profundidades de
la conciencia del hombre y no de ninguna revelación objetiva a la que se
adhiera con su mente. El hombre construye su propia idea de Dios.
Recientemente, por ejemplo, el Papa dijo que la idea de la Trinidad sólo puede
haber surgido muy recientemente, porque la psicología interior del hombre tenía
que ser capaz de elevarse a la Santísima Trinidad. Por lo tanto, la idea de la
Trinidad no vino de ninguna revelación exterior, sino de las profundidades
interiores de la conciencia del hombre. Aquí hay un concepto totalmente
diferente de la Revelación, la Fe y la filosofía, y es una perversión
total. ¿Cómo salimos de ella? No tengo ni idea, pero en cualquier
caso esa es la realidad. Estos no son pequeños errores. Nos encontramos con una
línea de filosofía que se remonta a Descartes y Kant, toda la línea de
filósofos modernos que allanaron el camino para la Revolución.
( . . . )
El
Arzobispo cita luego al propio Papa Juan Pablo diciendo que el movimiento
ecuménico es su “principal preocupación pastoral”, como lo vemos puesto en
práctica por su constante recepción de delegaciones de todo tipo de sectas y
religiones, y sin embargo, dice el Arzobispo, todo este ecumenismo no ha hecho
avanzar ni un poco a la Iglesia, ni puede hacerlo. Todo lo que ha hecho es
confirmar a los no católicos en sus errores sin tratar de convertirlos.
Finalmente el Arzobispo cita al Secretario de Estado del Papa, el Cardenal
Casaroli, en un entonces reciente discurso ante la Comisión de las Naciones
Unidas para los Derechos del Hombre, citando a su vez al Papa en el sentido de
que la libertad religiosa es como una piedra angular de la construcción de los
derechos del hombre. El hombre, y todo hombre, es la preocupación
central de la Santa Sede, como sin duda también la de ustedes, concluye
el Cardenal. Y el Arzobispo concluye, para los sacerdotes de la Fraternidad que
están frente a él en el retiro –
Todo
lo que podemos hacer es subir la escalera (es
decir, cortar todo contacto). No hay nada que podamos hacer con esta
gente, porque no tenemos nada en común con ellos.
Esta
es la conclusión correcta siempre que uno se enfrenta a personas que parten de
una negación de la realidad fuera de la mente, o bien de la capacidad de la
mente para conocer esa realidad objetiva extra mental. Son enfermos mentales,
como cerdos frente a los cuales no se deben arrojar perlas, dice Nuestro Señor,
“no sea que las pisoteen y se vuelvan para atacaros ” (Mt.
VII, 6). Pues, ¿ha hecho la Roma conciliar en los últimos 20 años otra cosa que
no sea volverse para atacar a la Fraternidad en su afán de contactos para
obtener el reconocimiento oficial?
Kyrie
eleison.