Número
CDLXIV (464)
04
de junio de 2016
¿Iglesia Abandonada?
Mons.
Williamson
En circunstancias de masiva
desesperación
El Salmista enseña
confianza en Dios y oración.
Como día tras día el caos aumenta en casi todo y en
todos alrededor nuestro, y dentro de la Iglesia parece como si todos estuvieran
contra todos, ciertamente es tranquilizador encontrar que el Salmista de tal
vez 3000 años atrás clamó a Dios para que viniera en ayuda de Su pueblo, en
sufrimiento similar por sus enemigos. Entonces, como ahora, ellos se levantaron
en su orgullo contra Él, su orgullo “asciende continuamente”, ellos han hecho
todo lo posible para destrozar Su Templo y Su religión, y Él parece haberles
otorgado mucho éxito. He aquí el Salmo 73 (74), con notas mínimas de
explicación en bastardilla:
A. ¿Cómo puede Dios estar
permitiendo el triunfo de Sus enemigos contra Su propia Iglesia?
[1] ¿Por qué, oh Dios, nos desechas para siempre?
¿Por qué arde tu ira contra el rebaño de tu dehesa? [2] Acuérdate de tu grey (Iglesia
católica) que hiciste tuya desde antiguo, de la estirpe que rescataste
para hacerla tu herencia; del monte Sion (Iglesia católica) que
elegiste para morada tuya. [3] Levanta tus manos contra sus (enemigos
de Dios) insolencias para siempre. Todo lo ha devastado el enemigo en
el Santuario. [4] Los que te odian rugieron en el recinto de tus asambleas;
pusieron sus enseñas por trofeo. [5] Y no respetaron nada (la santidad
de Dios), igual en la salida que en lo más alto (puertas y cima del
Templo). Talaron allí como quien alza la segur en lo espeso de la selva;
[6] y ya con hacha y martillo (Vaticano II) hacen pedazos sus
puertas. [7] Entregaron al fuego tu Santuario, profanaron, arrasándolo, el
tabernáculo de tu Nombre (Iglesia católica). [8] Decían en su
corazón: “Destruyámoslos por completo; hagamos cesar de la tierra todos los
días festivos de Dios” (liturgia católica). [9] Ya no vemos
nuestras señales, ya no hay profeta, ni queda entre nosotros quien sepa hasta
cuándo (Dios ha renunciado. Estamos por nuestra cuenta). [10]
¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el enemigo? ¿Ha de blasfemar siempre tu
Nombre el adversario? [11] ¿Por qué retiras tu mano y retienes en tu seno tu
diestra?
B. Pero Dios es el Maestro
de la salvación, de la historia y de la Naturaleza.
[12] Porque Tú, Yahvé, eres nuestro Rey, el que de
antiguo ha obrado la salvación en medio de la tierra. [13] Tú dividiste el mar (Mar
Rojo) con tu poder y quebrantaste la cabeza de los dragones (Egipcios) en
las aguas; [14] Tú aplastaste las cabezas de Leviatán (Rey Egipcio),
y lo diste por comida a las fieras que pueblan el desierto. [15] Tú hiciste
brotar fuentes y torrentes, y secaste ríos perennes (de fuerte
corriente; por ejemplo Jos. III). [16] Tuyo es el día y tuya la noche; Tú
pusiste los astros y el sol. [17] Tú trazaste todos los confines de la tierra;
el verano y el invierno Tú los hiciste.
C. Oh Dios, no olvides a tu
propio pueblo humilde y aplasta a tus orgullosos enemigos.
[18] Recuérdalo Yahvé: el enemigo blasfema; un
pueblo impío ultraja tu Nombre. [19] No entregues al buitre la vida de tu
tórtola; no quieras olvidar perpetuamente a tus pobres. [20] Vuelve los ojos a
tu alianza (Nuevo Testamento), pues todos los rincones del país son
guaridas de violencia; [21] no sea que el oprimido, en su confusión, se vuelva
atrás; puedan el pobre y el desvalido alabar tu Nombre. [22] Levántate, Dios,
defiende tu causa; recuerda cómo el insensato te insulta continuamente. [23] No
te olvides del vocerío de tus adversarios, porque crece el tumulto de los que
se levantan contra Ti.
Kyrie eleison.