“NO MORIRÉIS”
Génesis 3, 4
MONS.
DE GALARRETA: “CREO QUE EL PAPA IRÁ EN EL SENTIDO DE UN RECONOCIMIENTO
UNILATERAL”.
26-02-2016
Mons.
Alfonso de Galarreta dio una conferencia en Bailly, cerca de Versalles, el 17
de enero de 2016. Expuso la situación actual de la Iglesia e informó a sus
auditores del estado actual de las relaciones entre Roma y la FSSPX. Él dirigió
la comisión de teólogos de la FSSPX durante las conversaciones doctrinales con
Roma, entre 2009 y 2011. He aquí los extractos más significativos de su
conferencia, transcritos por DICI.
Una
agravación de la crisis de la fe que suscita reacciones públicas
En una primera parte, Mons.
de Galarreta constata que en Roma se desarrolla “una voluntad de sacar todas
las conclusiones contenidas en los principios del concilio Vaticano II”. Las
ideas conciliares del ecumenismo, de la libertad religiosa y de la
colegialidad, estando ya adquiridas, según las autoridades romanas, es la moral
que ahora está atacada por una forma de evolucionismo: “Esto ya es verdadero
para el dogma, para la verdad (según los progresistas); esto ya es verdadero
para el ecumenismo, la libertad religiosa, la colegialidad, todo el espíritu
liberal revolucionario… entonces ¿por qué no para la moral también? En el
fondo, era una incoherencia no aplicar la evolución a la moral igualmente”,
esta última es llevada entonces a adaptarse también “en función de la vida del
hombre, las costumbres, las leyes, la evolución de las cosas…”.
Sin embargo, el prelado
argentino reconoce que, frente a este desastre, una reacción se manifiesta:
“Ahora es en la Iglesia actual, oficial, que empieza a haber reacciones. Y las
reacciones se profundizan, pues algunos se dan cuenta que por lo menos hay un
problema doctrinal, un problema de fe. Ellos se dan cuenta que también hay un
problema en el magisterio conciliar y posconciliar. Ellos comienzan a
plantearse preguntas y, aspecto muy importante, ellos comprenden que para
oponerse a esta ruptura total con la Tradición es necesario actuar, y oponerse
necesariamente a las autoridades que son quienes difunden estos errores. Es así
que vemos cardenales, obispos, sacerdotes, laicos que comienzan a reaccionar, y
en el buen sentido e incluso con mucho sentido común, algunas veces con mucha
firmeza”. [Los famosos “brotes
primaverales” de Mons. Fellay... Pero la verdad es que la destrucción de la
Iglesia no se detiene ni se frena, sino que sucede todo lo contrario]
Una
doble proposición romana: doctrinal y canónica
Enseguida Mons. de
Galarreta indica que una proposición de prelatura personal [que la proposición hable
de una prelatura personal, es un dato que no se sabía] fue
hecha por la Congregación para la Doctrina de la Fe, en verano de 2015,
acompañada de una proposición de declaración doctrinal [idem]. E
hizo saber que el “Superior general envió los dos textos romanos a todos los
superiores mayores y a algunos teólogos de la Fraternidad, así como a los
obispos, para que se hiciera un análisis, para que diéramos nuestra opinión”.
Respecto a la proposición
de declaración doctrinal, el obispo argentino reconoce: “lo que vemos en la
declaración doctrinal, es que ya no está la profesión de fe del cardenal
Ratzinger. Las autoridades romanas nos piden la profesión de fe de Pio IV, es
decir, la profesión de Fe del concilio de Trento. Luego, en la precedente
proposición, había un párrafo sobre la libertad religiosa. Suprimieron esta
exigencia. El ecumenismo se suprimió. Para la misa nos pedían reconocer la
validez y la legitimidad. Ahora nos piden reconocer la validez de los nuevos
sacramentos, de la nueva misa, según la edición típica, la edición latina
original. Lo que la Fraternidad siempre ha reconocido. Miren, ellos eliminan
las condiciones para tratar de llegar”. [Es falso que la FSSPX siempre haya
reconocido la validez de los nuevos sacramentos (1)]
Luego, Mons. de Galarreta
indica que el Superior general ha querido responder a la oferta romana de
reconocer a la Fraternidad “tal cual es”, por una respuesta previa que no es
imprecisa: “Mons. Fellay nos dijo: “antes de responder a esta proposición de la
Congregación de la Fe, les voy a escribir, de manera muy exhaustiva, para
precisar bien cómo somos nosotros y cómo actuamos, qué predicamos, qué hacemos,
qué no hacemos, y lo que no estamos dispuestos a hacer”, -con el fin de saber
si la Fraternidad es aceptada “tal cual es” verdaderamente. [La verdad es que la FSSPX
de hoy no es lo que fue. La verdad es que se va extinguiendo en ella
progresivamente el espíritu de Mons. Lefebvre, de tal modo que, a estas
alturas, la Neo-FSSPX no representa un peligro real para Roma porque la
Fraternidad es cada vez más cobarde y “políticamente correcta”. La prueba
irrefutable de ello está en el constante silencio traidor de Mons. Fellay
respecto del Papa Francisco, gran demoledor de la fe y de la Iglesia.]
El prelado argentino
expresa entonces sus reservas por una razón doctrinal de fondo: “Ellos quieren
sobre todo y siempre hacernos aceptar, por lo menos vagamente, al menos en
principio, el concilio Vaticano II y sus errores”. Y agrega que esta voluntad
romana se reencuentra, en el plan práctico, en la proposición canónica: “Siempre
hay, de una manera o de otra, una sumisión respecto a los dicasterios romanos,
o respecto a los obispos”. Lo que lo lleva a afirmar que, personalmente, él
rechazaría las proposiciones romanas: “Para mí, un acuerdo con la Roma actual
está excluido”. [Entiéndase bien: acá dice que no aceptaría un “acuerdo” bilateral,
pero más adelante dice que un “reconocimiento” unilateral no
se puede rechazar]. Precisa que se trata de un rechazo
prudencial dictado por las circunstancias -en la ausencia de garantías necesarias
a la vida de la Fraternidad-, y se quiere distinguir de aquellos que hacen de
este rechazo un absoluto:
“Nosotros no rechazamos,
ustedes lo ven, de manera absoluta y teórica la posibilidad de un acuerdo con
Roma. Esto es lo que nos distingue de la “Resistencia”. Para ellos es un
principio. Es una cuestión doctrinal: “Usted no puede admitir la posibilidad de
un acuerdo con Roma sin ser liberal”. [Pues ese era el principio expresado por el
capítulo general del 2006: no puede haber acuerdo con Roma mientras ella
permanezca liberal] Esta no es nuestra posición. Hay que decirlo
de nuevo: esa no era la posición de Mons. Lefebvre. Él firmó un protocolo de
acuerdo con Roma. Y en ese momento, incluso cuando rompió después el protocolo,
Monseñor dijo: “es porque no hay las condiciones necesarias para nuestra
supervivencia, para nuestra protección. Porque ellos quieren engañarnos, porque
ellos no quieren darnos la Tradición, porque ellos quieren llevarnos al
Vaticano II. Es porque no hay las condiciones. Él dijo: “Si me hubieran dado
las condiciones, las condiciones que puse, hubiera firmado”. Esto lo dijo Mons.
Lefebvre después de las consagraciones. Y precisó: “si firmé un protocolo de
acuerdo, es porque no había nada contrario a la fe”. Ni en el contenido, ni en
el hecho de firmar. Es evidente. Por lo tanto nosotros continuamos en esta
línea”. [En
cuanto a las relaciones con Roma, la última voluntad de Mons. Lefebvre está en
el libro que es su testamento espiritual: "Itinerario Espiritual". En
él dice clara, categórica e inequívocamente: "Todo sacerdote que
quiere permanecer católico tiene el estricto deber de separarse de esta Iglesia
conciliar, mientras ella no recupere la tradición del Magisterio de la Iglesia
y de la fe católica."]
¿Hacia
un reconocimiento unilateral de la Fraternidad?
En una segunda parte, y más
allá de las proposiciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Mons. de
Galarreta confía públicamente que piensa que el papa puede próximamente
conferir un estatus a la FSSPX:
“Yo pienso más bien, y este
es el otro aspecto de las cosas, que este papa que dice a quien quiere
escucharlo que nosotros somos católicos, que dice y repite que la Fraternidad
es católica, que somos católicos, que nunca nos va a condenar y que es
necesario arreglar nuestro “asunto”. Yo pienso que -él ha comenzado en esta
vía- cuando él vea que no hay entendimiento con la Congregación de la Fe, yo
creo que él va a anular toda condición doctrinal, teórica, práctica, o lo que
sea… Él mismo hará pasos en el sentido de un reconocimiento de la Fraternidad.
Ya ha comenzado, simplemente él va a continuar. Aquí yo no digo que yo lo
desee, yo digo lo que preveo. Yo preveo, yo pienso que el papa irá en el
sentido de un reconocimiento unilateral de la Fraternidad, y más bien por la
vía de los hechos que por una vía de derecho o legal, canónico”.
Mons. de Galarreta reconoce
que “este reconocimiento de hecho tendrá un efecto bueno, benéfico: es una
apertura apostólica bastante extraordinaria, esto tendrá un efecto
extraordinario”. [Efecto tan extraordinario como el de la apertura al mundo, del
Vaticano II. Aceptar someterse a los herejes liberales y modernistas que
gobiernan hoy la Iglesia no es otra cosa que un suicidio. Según datos del
Anuario Pontificio de 2015, hay 5.173 obispos en la Iglesia, contra 3 de la
FSSPX (0.05%); hay 415.348 sacerdotes contra unos 600 de la FSSPX (0.1%); y hay
1254 millones de católicos, de los cuales la FSSPX no aporta más de 20.000
(0.001%). ¿Cómo alguien en su sano juicio puede pensar que la FSSPX podrá
resistir a esa aplastante mayoría de liberales? Eso es loca y suicida
temeridad] Pero
agrega que habría dos riesgos: el de crear una división interna y el de
condicionar la predicación en ciertas circunstancias. [¿Riesgo? Todos saben que
antes del reconocimiento, desde el mismo año 2012, en muchos Prioratos no se
critica más al Papa ni al Vaticano II. ¿Qué se puede esperar para después del
reconocimiento? En cuanto a la división interna: ella existe desde el 2012 y
sólo puede empeorar con el reconocimiento] Y de interrogarse: “Será
necesaria una sabiduría, una prudencia extraordinaria, una firmeza, una
claridad muy grande. ¿Somos capaces de eso?”. [Esa sabiduría, esa prudencia extraordinaria, esa
firmeza y esa claridad muy grande, están en las olvidadas palabras de Mons.
Lefebvre: "Todo sacerdote que quiere permanecer católico tiene el
estricto deber de separarse de esta Iglesia conciliar, mientras ella no
recupere la tradición del Magisterio de la Iglesia y de la fe católica."]
El prelado argentino
responde pidiendo conservar una confianza sobrenatural frente a estas
eventualidades: “Si la Providencia nos envía esto, es allí que tendremos las
gracias necesarias para superar las dificultades y para lidiarlas como se
necesite, pero por supuesto en la medida en que no sea producida por nuestra
voluntad, donde se nos imponga. [Notemos la falacia: la Providencia divina envía un reconocimiento.
Luego, ese reconocimiento que viene de Dios, no del demonio, nos obliga a
someternos a Roma, y Dios nos ayudará en esa situación impuesta, no voluntaria] Si
tenemos las ideas claras, siempre podemos aprovechar para el bien. Pero en este
caso hipotético -yo les doy mi opinión sobre conjeturas, ¿verdad?- en este caso
pienso que tendremos las gracias necesarias para perseverar y para hacer el
bien que debemos hacer en la Santa Iglesia. [Grandísima presunción. La FSSPX, tentando a Dios,
se lanza del pináculo del templo esperando que los ángeles la sostengan pues
está escrito que te ha encomendado a sus ángeles, los cuales te tomarán en sus
manos para que tu pie no tropiece en alguna piedra.] El
Buen Dios jamás nos renegará, no dejará de darnos los medios para perseverar en
la fe y en el verdadero combate, si permanecemos siempre en la fe, en la
esperanza, en la caridad, en la fuerza de la confesión de la fe, en la
santificación cotidiana”. [Dios no ayuda a los que lo traicionan. Dom Rifán también decía que
Roma efectuaba un puro “reconocimiento” y que no existía ningún “acuerdo”, y
que el Vaticano daba todo y no pedía nada. Los Sacerdotes de Campos se
rindieron en masa. Ni uno sólo queda en el combate contra el liberalismo; ni
siquiera uno (2)]
El
miedo a los riesgos y la confianza en la Providencia divina
Y concluye después de haber
planteado una objeción: “Entonces ustedes me dirán: “¡en este caso, hay un
riesgo!” Sí, por supuesto. En la vida hay muchos riesgos, en una guerra todavía
más. Estamos en guerra. [La finalidad de la guerra es someter al adversario. Si se acepta
someterse a Roma sólo porque ella decreta un “reconocimiento unilateral”, la
guerra se pierde en ese mismo instante. Tal sometimiento es rendición y
suicidio] Por
lo tanto será lo que el Buen Dios quiera. Pero yo tengo confianza en la
Providencia, y tengo una confianza total en el amor de Nuestro Señor Jesucristo
por la Santa Iglesia. [El amor de Cristo por la Iglesia está fuera de todo
cuestionamiento. No se trata de eso; se trata de que la FSSPX no goza de las
promesas de indefectibilidad de las que sí goza la Iglesia. La FSSPX puede ser
destruida; la Iglesia no] Entonces en la medida que nosotros no lo
busquemos, incluso si esto sucede, yo creo que no hay que inquietarse. [“No moriréis.” Génesis
3, 4] Nada
cambia. Es el mismo combate que continúa, la misma línea. Simplemente, se trata
de aprovechar estos espacios de la libertad que nos son dejados. En una guerra
si el enemigo abandona las trincheras, hay que tomarlas; si se retira, hay que
avanzar. Usted no se quedará donde está bajo pretexto de que hay riesgos. [¡Vean cómo retrocede
Francisco y cómo avanzan los anti liberales en la Iglesia!] Hay
que decir las cosas prudentemente, y después es necesario el valor. [¿Es prudente y valeroso
el que se somete al enemigo?] Y sobre todo en nosotros es
necesaria la confianza en Dios. [Una cosa es la confianza y otra es la presunción] Es
el combate por Dios. Es el combate de Dios. [¿Cómo tiene el descaro de hablar de “combate” si
está dispuesto a obedecer a los enemigos internos de Cristo y de su Iglesia?] Nuestra
confianza está en Él y en la Santísima Virgen María”.
“Personalmente yo no estoy
inquieto en lo absoluto respecto al futuro de la Fraternidad o de la Tradición [“No moriréis”]; por
el contrario, respecto al futuro de la sociedad, de nuestras naciones antaño
católicas o incluso de la Iglesia oficial, sí, yo estoy inquieto y pesimista.
Se prevé que esto evolucionará para peor. Ahora bien, es justamente cuando
llegamos a una situación mucho más desesperada, extrema, que está la
intervención de la Divina Providencia, la intervención de Dios que tiene sus
medios divinos. [El reconocimiento de
Francisco, gran destructor de la Iglesia y el Papa más escándaloso de toda la
historia ¡es una intervención divina!] Nuestro Señor es siempre el
amo de los acontecimientos, de la historia. Y no solamente en general, sino en
lo particular. Por lo tanto, si el Evangelio nos dice que no hay un solo
cabello de nuestra cabeza que caiga… que todos los cabellos de nuestra cabeza
están contados, que no hay ni una pluma que caiga sin el permiso de Dios (cf.
Mat 10, 29-30), creo que hay que permanecer muy tranquilos. [“No moriréis”] Es
así que conservamos un juicio equitativo sobre las realidades objetivas, y que
se conserva una actitud no solamente equilibrada, sino católica, cristiana y
santa. Esta es la sabiduría que nos transmitió Mons. Lefebvre, esta actitud
católica. Nosotros podemos conservar ahora esta línea en la situación actual de
la Santa Iglesia, así como ante todas las eventualidades que se presentarán
dentro de poco”.
***
"Todo sacerdote que quiere
permanecer católico tiene el estricto deber de separarse de esta Iglesia
conciliar, mientras ella no recupere la tradición del Magisterio de la Iglesia
y de la fe católica". Mons. Lefebvre en "Itinerario
Espiritual".
(1) “puede
presumirse que estas misas son de validez dudosa”. “Breviario sobre la
FSSPX”, publicado en el sitio oficial español de la FSSPX: http://tradicioncatolica.es/fsspx/breviario-sobre-la-hermandad-de-san-pio-x-fsspx/
También hay dudas sobre la validez de otros Sacramentos.
(2) Algunos
Sacerdotes "redactaron una declaración, en la que afirmaron su
determinación de continuar la lucha contra el liberalismo, el modernismo y el
progresismo que inspiró el Vaticano II. El Cardenal Hoyos, después de leer la
declaración, hizo la siguiente reflexión que uno de los sacerdotes de Campos me
dijo: "Sí, eso es lo que acordamos. Pero no hace falta decir todo esto.
Simplemente indicando que es permitida la crítica constructiva conforme al
Código de Derecho Canónico". "Después de eso, dijo el sacerdote
mismo, nuestra lucha ha terminado". Sea por miedo de contristar al Papa o
al Cardenal Hoyos, ya sea por falta de convicción o por una fe inconmovible, o
el miedo a Don Rifan, o por cualquier otra razón, lo cierto es que Campos se
hizo semejante a un perro mudo. El modernista Roma no tiene nada que temer de
estos sacerdotes, a pesar de que ellos han sido formados en la escuela de uno
de los obispos más importantes del siglo XX, que se opusieron firmemente a los
errores modernos. ¿Cómo se explica esto? Sin querer penetrar en lo profundo de
los corazones e ir más allá de lo que los hechos revelan, creo, sin duda, que
el contacto con las autoridades que no profesan la integridad de la fe católica
sólo puede conducir poco a poco, a los que se someten a compartir sus ideas y
su forma de ser. El Arzobispo Lefebvre había advertido lo suficiente a Dom
Gerard. En Roma no haces lo que quieres, sino lo que quiere Roma. Dom Gerard no
lo tuvo en cuenta; Dom Fernando, aún menos." Monseñor Fernando Areas
Rifán, por Dom Tomás de Aquino.
http://nonpossumus-vcr.blogspot.mx/2012/12/monsenor-fernando-areas-rifan-por-dom.html