El Papa dona 100 mil euros al Museo de
Auschwitz
AUSCHWITZ
La
Fundación Auschwitz-Birkenau se ocupa de la gestión del Museo del mayor campo
de concentración alemán, al sur de Polonia
REDACCIÓN
ROMA
ROMA
Papa
Francisco donó 100 mil euros a la Fundación Auschwitz-Birkenau, que se ocupa de
la gestión del Museo del mayor campo de concentración alemán, que se encuentra
en Oswiecim, al sur de Polonia. Según el director del Museo, Piotr M.A.
Cywinskiil, el apoyo de la Santa Sede es «una señal importante», porque
reconoce «el papel fundamental de la memoria para el hombre contemporáneo».
«La
suma no es grande, porque nuestras posibilidades son limitadas, pero con ella
queremos expresar nuestro absoluto apoyo al proyecto realizado por la
Fundación», escribió el Secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, en la
carta que acompaña la donación.
El
Vaticano es el trigésimo primer país que aporta al fondo perpetuo de 120
millones de euros que ha creado la Fundación Auschwitz-Birkenau con la
finalidad de resolver el problema de los costes para mantener el Museo. Entre
los países donadores destaca Alemania, que ha donado la suma más elevada (60
millones de euros). Después están los Estados Unidos y Polonia. En la lista,
publicada por el Museo, no figura Italia.
Auschwitz-Birkenau,
símbolo del Holocausto, fue el campo de concentración nazi más grande y en él
fueron asesinados más de un millón de prisioneros, sobre todo judíos.
Papa
Francisco, en el reciente viaje a Tierra Santa, se reunió con un grupo de
sobrevivientes de los campos de concentración en el Memorial Yad Vashem de
Jerusalén; en esa ocasión llevó a cabo un gesto inédito, pues besó las manos a
cada uno de ellos.
Sus
predecesores, Juan Pablo II (el 7 de junio de 1979) y Benedicto XVI (el 28 de
mayo de 2006, en ambos casos a poco más de un año de haber sido elegidos al
trono Pontificio) visitaron el campo de concentración. Karol Wojtyla, antes de
convertirse en Papa, visitó en varias ocasiones Oswiecim (Auschwitz en alemán),
que se encuentra a unos 70 kilómetros de su Cracovia.
La
visita de Papa Ratzinger permanecerá impresa en la memoria por las fuertes
palabras que pronunció: «¿Dónde estaba Dios en esos días? ¿Por qué calló? ¿Cómo
pudo tolerar este exceso de destrucción, este triunfo del mal?».