Cuando uno escucha -¡paciencia!- la interminable
conferencia dada por Mons. Fellay, en aquellos lejanos días de octubre de 2012,
convulsionados días donde luego de explicar que San Ambrosio no quitaba la
cizaña y entonces dejaba a los obispos y sacerdotes arrianos hasta el final, Mons. Fellay procedió a continuación a expulsar a Mons. Williamson y varios
sacerdotes (¡desde luego, Fellay no es san Ambrosio!), cuando uno tolera –con pausas
para ir al baño, claro está- las contradicciones, los cambios de tono, la
manipulación hábil propia de un ególatra que sabe cómo manejar a una grupo de
respetuosos oyentes que terminan siendo aduladores –hablando en general, por
supuesto-, y ablanda a la audiencia ya sea por las interminables referencias a
las bondades de los amigos romanos, ya sea por la agotadora extensión de la
conferencia –siete horas seguidas, ¡al estilo del tirano Fidel Castro Ruz!-, uno recaba
opiniones y testimonios sobre semejante colosal estafa, engaño y, repetimos, injustificada
duración de una conferencia, y se encuentra entonces con el testimonio gráfico
de algunos oyentes afectados por tan famosa y maratónica conferencia, los cuales les
ofrecemos a continuación:
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Una hora de escucha. |
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Tres horas de escucha. |
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Llegando a las siete horas de escucha. |