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domingo, 16 de junio de 2013

BERGOGLIO VISTO POR EL ARZOBISPO "TUCHO"

Hoy fue ordenado el Rector de la UCA


¡A ver si ahora le cierran las cuentas!




Como ya dijimos en un post anterior, hay quien piensa que la decisión de Francisco de hacer Arzobispo al padre Victor Manuel Fernández, Rector de la UCA, es una vendetta por el hecho de que haya tenido que esperar más de un año a que Roma concediera el placet para su designación.

Otros sostienen que el gesto agradece la disposición de Tucho para que la UCA, con todo su poder económico y político, sea utilizada como plataforma de lanzamiento de la candidatura Bergoglio Papa. Algo que habría comenzado durante la gestión del anterior rector Mons. Zecca.

Incluso hay quien imagina que esta designación, viene a cerrarle la boca a todos los que han opugnado el doctorado honoris causa que la Universidad concedió el año pasado al Rabino Skorka, alter ego judío del entonces cardenal.

Cualquiera haya sido la razón, hoy, con la presencia del Gobernador de la Pcia. de Buenos Aires y de otras personalidades políticas, el padre Fernández fue ordenado Arzobispo Titular de Tiburnia por Mons. Poli en la Catedral de Buenos Aires.

A propósito, llamó la atención ver entre los presentes a un alto jefe político socialista que, dicen, tendría aceitados lazos con la Masonería.

También es notable que el Papa Francisco le haya enviado un pectoral gemelo del suyo, que tenía guardado desde su propia ordenación.
El nuevo Arzobispo acaba de publicar en el número 318 de la revista Vida Pastoral (editorial San Pablo), un artículo titulado "Bergoglio a secas", en el cual da sus puntos de vistas sobre la personalidad y la figura del Cardenal Bergoglio. Lo copiamos abajo con algunos comentarios en rojo.

Pero antes queremos recordarle al nuevo Arzobispo que el Papa Francisco, dentro de la campaña de mano pulitte en que dicen se va a empeñar, ha dispuesto que el Banco del Vaticano, IOR, publique sus balances en una página que debe abrir antes de fin de año.

Sin embargo, consultas efectuadas por Catapulta a la Inspección General de Justicia, informan que no existiría ningún balance de la Pontificia Universidad Católica Argentina con posterioridad al ejercicio 2003. Tan es así que el Artillero promete regalar una caja de un nobilísimo y estimulante brevaje, a quien consiga uno de ellos (Ver AQUÍ). 

Es de esperar que Tucho solucione los faltantes a la brevedad, porque no es digno de un Arzobispo el contradecir, con un mal ejemplo, políticas papales propaladas por los medios que son el contento de la opinión pública.

A propósito: ¿qué diría ésta si se enterase de que, como todo hace suponer, durante el Pontificado del Gran Canciller de la UCA ahora Papa, esta institución no presentó sus balances por 10 años?


Bergoglio a secas

Por Víctor Manuel Fernández

Estos días escribí varias cosas por pedido insistente de periodistas, y me parecía que esas notas debían ayudar al pueblo de Dios a valorar con esperanza la figura del nuevo papa. Ahora, pensando más en los agentes pastorales, me gustaría entrar en otras consideraciones. No obstante, anticipo que no lo voy a hacer desde una perspectiva crítica, pero sí desde el corazón y al mismo tiempo desde convicciones bien personales.

Novedades que puede aportar Bergoglio como Papa

Prefiero decir “Bergoglio” como él siempre se presentaba a sí mismo, pero lo hago para destacar cosas que tienen que ver con características que él tuvo siempre. Porque sin duda, en esta nueva misión Dios recogerá providencialmente esa historia personal.

Es decir: Francisco es Jorge Mario; recemos.

Profundo sentido popular
La palabra “pueblo” es una de las que Bergoglio usa con brillo en los ojos. Valora al pueblo como sujeto colectivo, que debería estar en el centro de las preocupaciones de la Iglesia y de cualquier poder. No es poca cosa decir esto, cuando en algunos sectores de la sociedad y de la Iglesia el pueblo es considerado sólo como una masa llena de defectos que deben ser saneados por la acción educativa de los “sabios y prudentes”.

¿Acaso se pretende que el pueblo enseñe a sus pastores? ¿Qué significan las palabras: "apacienta a mis corderos"? ¿No son los pastores sabios y prudentes un regalo de Dios para su pueblo?

No podemos ignorar que, como obispo, siempre les insistía a los curas no sólo que fueran misericordiosos, sino también que supieran adaptarse a la gente, que no sostuvieran ni una moral ni unas prácticas eclesiales rígidas, que no complicaran la vida de la gente con normas bajadas autoritariamente desde arriba. “Nosotros estamos para dar al pueblo lo que el pueblo necesita”, es una convicción que expresó insistentemente. Estoy convencido de que esto no es un populismo oportunista (aunque pueden llamarlo como quieran), sino la seguridad de que el Espíritu Santo actúa en el pueblo, y lo hace con esquemas y categorías muchas veces intragables para los sectores ilustrados o acomodados, que en su incomprensión suelen demostrar el mismo autoritarismo irracional que ellos critican.

Algunos la llamarían Demagogia peronista más que populismo oportunista. ¿Cómo será la moral NO RÍGIDA adaptada a la gente? Sea como fuera, seguro que católica no es.
Constante y sentida valoración de la piedad popular
La mayor parte del pueblo argentino manifiesta su fe en el modo propio de la “religiosidad popular”, que no siempre coincide con las propuestas de la jerarquía eclesiástica, y que con un dinamismo original crea sus formas propias de expresión. Bergoglio hizo suya esta valoración positiva de la fe popular, entendida como resultado de la libre y misteriosa acción del Espíritu. Cuando estábamos en Aparecida, una noche me dijo que lo que más le interesaba era que el documento conclusivo plasmara de un modo más contundente esa valoración. Me pidió un texto breve pero bien orientado en esa línea. Después me indicó algunos ajustes y me guió para completarlo y enriquecerlo. En Buenos Aires mostró de muchas maneras esta convicción, remarcando que los agentes pastorales están al servicio de esa vida que corre por las entrañas del pueblo, que nadie es dueño de ese dinamismo y que más que aplicarle críticas y límites hay que acompañarlo y ofrecerle cauces.

La correcta religiosidad popular, estimado Tucho, deriva de una catequesis católica y, sobre todo, de la práctica Litúrgica. Y la Liturgia no va de abajo hacia arriba, sino de arriba hacia abajo. Es Dios quien nos ha enseñado cómo quiere ser adorado.
Si se siguen hasta el final tus palabras, un día de estos van a reunir al pueblo para pedirle que les les explique cómo quiere que se diga la Santa Misa.
Por otro lado Bergoglio no ha respetado la religiosidad popular; ha hecho litúrgicamente lo que ha querido, como hace ahora en Roma.
Opción por los pobres

Su preferencia por los pobres es de toda la vida. Siendo arzobispo la orientó dando un especial apoyo a los curas que viven en las villas y barrios pobres. Pero es una opción que se entiende en el marco de los dos puntos anteriores. El pobre no es sólo objeto de un discurso, ni siquiera de una mera asistencia, y tampoco exclusivamente de una “promoción” que lo libere de sus males. La opción por los pobres es todo eso, pero más. Porque es prestarles atención, tratarlos como personas que piensan, tienen sus propios proyectos, e incluso el derecho de expresar la fe a su modo. Son sujetos, activos y creativos desde su propia cultura, no sólo objetos de un discurso, un pensamiento o una acción pastoral. De todos modos, nadie puede decir que él no haya planteado una crítica a las causas estructurales de la pobreza. Lo hizo de distintas maneras y en muchas ocasiones.

Que gracia para la Iglesia la vocación de Bergoglio, porque por lo que dicen sus amigos y los medios, parece que antes de él la Santa Iglesia Católica no sabía de la existencia de los pobres.  


Pobreza y austeridad personal
Su pobreza personal no es oportunista ni mediática. Todos saben que fue siempre así. Austero hasta el sacrificio. Porque hay que reconocer que cuando uno tiene responsabilidades importantes, trata de usar los medios que le permitan optimizar el aprovechamiento del tiempo. Pero Bergoglio es coherente con su sentida opción por una vida pobre. Nunca se sintió digno de hacerse servir, y son conocidos sus gestos de servicio sencillo, evitando mostrarse como superior.

...evitando mostrarse como superior. Se ve que Tucho no tuvo oportunidad de hablar con los curas y fieles perseguidos malamente por el Cardenal.
¿Qué pensará de esto el ceremoniero papal, Mons. Guido Marini, a quien, según una versión muy difundida, el Papa le dijo "póngasela Ud., Mons., aquí se acabó el carnaval", cuando aquél le ofreció la muceta para salir al balcón. 
Sencillez evangélica
El gusto por la sencillez es otro aporte que puede llegar a descolocar las prácticas y costumbres del Vaticano. Sencillo no sólo en la ropa y en el lenguaje (lejos de discursos abstractos) sino en las costumbres, con lo cual parece difícil que pueda soportar por mucho tiempo los modismos palaciegos, algunos ritos y formalidades que él más bien detesta, porque no reflejan la simplicidad del Evangelio de Jesús.

Más que dejar los modismos palaciegos, Bergoglio ha despreciado los atributos tradicionales del Pontífice Máximo, que ya estaban muy disminuidos por la poda postconciliar.
Imponiendo sus gustos particulares por sobre el deber, le va quitando dignidad y brillo al Papado; pues la verdadera humildad obliga a quien asciende a respetar los signos antiquísimos del cargo al que llega, evitando, al mismo tiempo, afrentar a sus predecesores.
Otra vez: menos mal que nació Bergoglio, porque los 200 y tantos Papas anteriores a él vivían sin reflejar la simplicidad del Evangelio de Jesús. Menos mal que el que escribe es un Arzobispo Rector de una Pontificia Universidad.
Jerarquía de verdades y virtudes
Si bien Bergoglio no es estrictamente un progresista, y siente un serio respeto por las enseñanzas tradicionales de la Iglesia y de los papas anteriores, tiene claro que hay algunas cosas más centrales y medulares (el amor, la justicia, la fraternidad…) y otras que no dejan de ser secundarias. Sin restar importancia a nada, entiende que en la predicación hay que mantener una sana proporción donde la insistencia en cosas importantes no debería opacar el brillo de las más importantes, de aquellas que más directamente reflejan al Jesús del Evangelio.

...otras que no dejan de ser secundarias. ¿Por ejemplo la moral Sexual, sobre la que no le gustaba que insistieran mucho sus curas?
... de los papas anteriores. Se nota que Francisco es devotísimo de las enseñanzas sobre el ecumenismo de Pío XI, por ejemplo. Dicen que se hizo bendecir por pastores protestantes siguiendo los mandatos que aquél Papa dio enMortalium Animos.
Empeño ecuménico y amistad con el Judaísmo
Como arzobispo de Buenos Aires dedicó mucho, muchísimo tiempo a conversar con no católicos. Una vez más, quiero destacar que no se trata de una estrategia diplomática. No es frecuente que alguien que esté lleno de compromisos dedique a los “diferentes” tanto tiempo de calidad a encuentros tan gratuitos. El año pasado se pasó varios días encerrado con un grupo de pastores, compartiendo con ellos un retiro. También se mezcló con la gente en el encuentro de grupos pentecostales (CRECES) del Luna Park. Recuerdo además, por mencionar algo bien conocido, sus prolongadas conversaciones con el rabino Skorka y el gusto con que le confirió el doctorado honoris causa en la UCA a pesar de las críticas que esto le ocasionaba. Si éste no es un rostro abierto y dialogante de la Iglesia…

Lo dicho, el cardenal era devoto del ecumenismo de Pío XI, y no tuvo reparos en hacer Dr. Católico a un hombre que, con su incredulidad, dice que Jesucristo fue un mentiroso o un loco.

Cuestiones eclesiales oscuras
En los últimos años parece haberse desarrollado un estilo de Iglesia que no es el que Bergoglio promovería, porque él es un hombre del Concilio Vaticano II. Hay que decir con toda claridad que abogó siempre por una Iglesia misionera y servidora, no centrada en sí misma sino al servicio de la gente. Bergoglio abraza a las viejas, besa a los pobres, visita a cualquiera, atiende o llama a las personas más sencillas, pierde tiempo con gente que no tiene poder alguno, muestra una Iglesia despojada y en salida. Se cansó de pedir a los curas que estuvieran disponibles para el pueblo, que se mantuvieran abiertos a la escucha y al diálogo, que no fueran jueces implacables, que salieran a las periferias, que se ocuparan de los “descartables” de la sociedad.
No siempre ha sido esa la opción de algunos hombres de Iglesia. Es más, pensando que Bergoglio ya estaba por jubilarse, e imaginándolo encerrado en al asilo sacerdotal, abundaban las intrigas para consolidar con su desaparición un poder que fueron amasando en los últimos años. Yo mismo estuve en reuniones donde algunos obispos argentinos, y algún representante importante de la Santa Sede (excluyo al actual Nuncio, que es un caballero) se solazaban sin pudor criticando a Bergoglio. Le cuestionaban no ser más exigente con los fieles, no remarcar mejor la identidad sacerdotal, no predicar demasiado sobre cuestiones de moral sexual, etcétera. Hace pocos días, antes de la elección del papa Francisco, estuve en un acto donde algunos de ellos –sin imaginar lo que iba a pasar–  transpiraban aires de inminente victoria. Había allí otro ideal de Iglesia, poderosa, triunfante, jueza del mundo.

Es decir, antes del Concilio la Iglesia no se ocupaba de las viejas, ni de los pobres, ni del pueblo. No realizaba misiones ni servía a la gente porque estaba centrada en sí misma.
Por otro lado, no es concebible que se criticara a Bergoglio, aún cuando su seminario estuviera casi vació o sus colegios dejaran muchísimo que desear por las deformación católica de los alumnos. Aún cuando haya realizado una cantidad de gestos que fueron coleccionados en un libro titulado "La Iglesia Traicionada".
Menos mal que el estilo de Iglesia anticonciliar desarrollado en los últimos años, ha finiquitado con la llegada de Bergoglio.
La concentración del poder en algunos sectores de la Iglesia, y la imposibilidad de resolver todos los problemas con semejante centralización romana, ha dado lugar a una prepotencia que muchos obispos argentinos cuentan haber sufrido en carne propia en algunas visitas a la Santa Sede (excluyen el trato amable y respetuoso del entonces Cardenal Ratzinger).

Mejor no meterse con el Papa emérito, por sí las moscas. Todavía vive de este lado del Tíber, y el otro día, en una visita a una parroquia romana, Francisco dijo que él era el Obispo de Roma y que el Papa se había quedado en el Vaticano.
Una triste experiencia personal

Cuando, después de un tiempo de “prueba” que acordamos, el cardenal Bergoglio envió el pedido a Roma para que yo jurara formalmente como rector de la Universidad Católica, descubrimos que desde Argentina habían enviado algunos artículos míos porque los consideraban poco ortodoxos. Para mostrar lo burdo del asunto, destaco que uno de estos escritos era una brevísima nota periodística que yo había publicado muchos años atrás, por pedido de mi obispo, en un diario de Río Cuarto. En esa nota completamente ortodoxa,  yo decía en pocas palabras que la Iglesia no condena a los individuos, pero se opone al matrimonio homosexual porque quiere sostener una determinada concepción del matrimonio. Aunque esa nota podría haber sido escrita por San Josemaría, me objetaban que allí yo no ofrecía todos los argumentos filosóficos que requiere un tratamiento completo contra el matrimonio homosexual. ¿Quién, entonces, podría atreverse a escribir una nota periodística, un artículo de divulgación, o intentar algún diálogo con la cultura?
Por otra parte, llama la atención que esos escritos no habían sido cuestionados anteriormente, ni para mi designación como profesor ordinario, ni como invitado a Aparecida, ni como decano de la facultad de Teología, tres instancias que requerían una aprobación de la Santa Sede. ¿Qué extraños intereses había en la Universidad Católica que aparecían aquellos textos en ese momento (uno de ellos de veinte años atrás)? 
Ya antes de esta experiencia, siempre me preguntaba: ¿Puede ser que alguien sea cuestionado de manera anónima y que no tenga posibilidad alguna de hablar para defenderse? Para colmo de males, parecía imposible opinar diferente aun en asuntos de libre discusión teológica, porque todos los temas adquirían el peso de los dogmas de fe, dentro de un cuerpo doctrinal donde cada detalle parecía absolutamente intocable.
En aquella ocasión yo tenía previsto un viaje a Roma. Tenía temor de que no me atendieran, pero el Cardenal mandó una carta a una Congregación vaticana rogando que me escucharan. Recibí un e-mail que me confirmaba una fecha y hora en que me iban a recibir. Viajé con una copia de la carta de Bergoglio en la mano. Pero ya estando allá, un día antes me avisaron que no me iban a recibir. Llamé al Cardenal, quien lamentó profundamente el episodio (mejor no reproduzco las palabras que dijo), y me pidió paternalmente que tuviera paciencia y no me dejara vencer. Me dijo que si yo bajaba los brazos estaría confirmando que esas metodologías antievangélicas podían lograr su cometido. Como objetivamente estas acusaciones no podían sostenerse, Bergoglio aguantaba aplicando uno de los principios de Juan Manuel de Rosas que él siempre cita: “el tiempo prevalece sobre el espacio”.
El año pasado pedí nuevamente audiencia a esa misma Congregación, que me la concedió. Cuando llegué allí me dijeron que no estaba registrado. Insistí y finalmente me atendieron sólo unos pocos minutos. En noviembre pasado, me anticipé a pedir audiencia para abril de este año. No me respondieron. Insistí en diciembre para poder organizarme. Tampoco tuve respuesta. El 4 de febrero pedí al Nuncio que reiterara mi pedido, pero tampoco él tuvo respuesta. La semana pasada, después de la elección de Francisco, el Nuncio volvió a insistir, e inmediatamente obtuve la audiencia solicitada en la que espero hablar con absoluta sinceridad. Debo decir que esa Congregación suele recibir a cualquier sacerdote, e incluso a algunos que van sin haber pedido audiencia. 
Cualquiera que me conozca sabe que no soy un santo ni un mártir. Pero me parece que hasta la peor escoria humana merece un poco más de respeto. No juzgo las intenciones que pueda haber detrás de estos maltratos, pero sin duda indican un estilo que no es el de Bergoglio, quien solía devolver un llamado o escribir un cariñoso saludo aun a la vieja más sencilla que le hiciera llegar alguna inquietud.
Sabemos que para avanzar en el estilo de Iglesia que quiere el papa Francisco hacen falta cambios y reformas, al menos para que los procedimientos sean más humanos y evangélicos. Además, considero que él puede hacerlo, aunque sea en parte, de un modo eficiente. Acostumbrado al poder, y conociendo su astucia, creo que no será fácil engañarlo. Desde un punto de vista bien teológico, sabemos que el hecho de que se haya presentado desde el primer momento, e insistentemente, como obispo de Roma, ya está indicando un modo de entender el ejercicio del papado. Es papa en cuanto es obispo de una porción del mundo, lo cual indica un ejercicio del poder marcadamente descentralizado, que respeta procedimientos, opciones, historias y culturas locales.

¿Qué dirán de este relato los que piensan que Bergoglio hizo Arzobispo a Tucho para "vengarse" de los desaires a que fue sometido cuando postulaba a su pupilo?
Por otro lado, no deja de reconfortar que alguien del riñón de Jorge Mario, reconozca que se está llamando insistentemente"Obispo de Roma".
Pero, Tucho, tenían razón lo que opugnaban tu designación. Francisco no es Papa porque sea Obispo de alguna diócesis, como dices para sugerir que los obispos son anteriores, o quizá más, que el Papa.
Francisco es Papa por ser el Sucesor de San Pedro. Es Obispo de todas las diócesis en cuanto que su jurisdicción es universal y directa. Es Obispo hasta de los mismos obispos que le deben obediencia. Tiene un Primado de Jurisdicción no meramente protocolar.
Por algo dicen que PAPA es el acrónimo de Petri Apostoli Potestatem Accipiens - Heredero de la Potestad del Apóstol Pedro. San Pedro fue Papa antes de ser Obispo de Roma, cuando era el Ordinario de Antioquía. Y mañana, si Roma fuera destruida, el Papa lo seguiría siendo aunque fuese el Obispo de un pequeño poblado del desierto palestino (como lo figuran algunos escritores que novelan los últimos tiempos).
Alguien podría pensar que el abandono de los ornamentos papales y la insistencia en ser llamado Obispo de Roma, responden a una maniobra que producirá un cambio revolucionario en el Papado. Radical pero no evangélico, estimado Tucho, porque es una institución Monárquica de derecho divino.

Expresiones características  de Bergoglio

Para terminar, comparto con ustedes un breve análisis que publiqué en Clarín (17/03/2013) sobre algunas expresiones que Bergoglio ha usado con frecuencia:
“Autorreferencial”. Indica una Iglesia que se mira el ombligo, encerrada en intrigas, internas o necesidades mundanas, en lugar de abrirse, de entregarse con alegría y de servir humildemente.
“Rezá por mí”. Lo dice siempre. Muestra la conciencia de sus límites, de que necesita la ayuda permanente de Dios y la oración de los demás. Por eso, apenas elegido, se inclinó ante el pueblo pidiendo su oración.
“Descartables”. Expresa con crudeza cómo la sociedad deja afuera a los que sobran, ya que no entran en la lógica de la producción y del consumo. Si no tienen belleza, dinero, poder o juventud, son arrojados como basura al cesto del olvido.
“Humillate”. Es lo que le dice a una persona que está haciendo mucho bien. Porque está convencido, por su formación jesuítica, de que la humildad es indispensable para que no se arruinen las mejores obras: “Humillate, para que el Señor pueda seguir haciendo grandes cosas”. Cuando le ofrecieron el papado respondió: “Soy un pecador, pero acepto”.
“Audacia”. La usa para dar aliento a los que se achican o se dejan vencer por los temores. Para él nunca está todo perdido. No se echa atrás por más que intenten voltearlo con calumnias y ataques. Está seguro de que al final el bien y la verdad siempre triunfan. Yo mismo pasé por situaciones en las que habría preferido desaparecer, pero él me sostuvo con firmeza diciendo: “Ánimo. Levantá la cabeza y no dejes que te quiten tu dignidad”.
“Periferias existenciales”. Invitó a los agentes pastorales a no quedarse encerrados y a llegar a las periferias, allí donde nadie va: “Salgan de las cuevas, salgan de las sacristías… Prefiero que los atropelle un auto y no que se queden encerrados”. Exhorta a salir de la comodidad personal o del círculo de personas agradables, para estar cerca de todos. Así lo hacía Jesús, que dedicaba tiempo al ciego del camino, al leproso, a la mujer pecadora.
“Fervor apostólico”. Lo dice para motivar una entrega generosa desde el corazón. Porque entienden que nadie cambia el mundo haciendo cosas por obligación. Los que han dejado huellas en la tierra siempre han tenido un fuego de fervor interior que los ha movilizado. Por eso critica la “mundanidad espiritual” de los que se aferran a prácticas externas o a la apariencia religiosa, pero vacíos de la fuerza interna del Espíritu.
“Cultura del encuentro”. Procura fomentar todo lo que acerca, une, suma, conecta a las personas y a los grupos. Es un enamorado del bien común y de la amistad social. 
“Cuidar la fragilidad del pueblo”. Lo pide a cualquiera que tenga alguna autoridad. Nadie tiene fuerza o poder, para obtener beneficios o glorias mundanas, sino para cuidar a la gente, para sostener y promover a los más débiles. “Cuidar” en general es una palabra que lo define, y que él encuentra plasmada en la figura de San José.
“Dejate misericordear”. Es uno de sus felices neologismos. Invita a las personas que se llenan de culpas y escrúpulos a dejarse perdonar y envolver por la ternura del Padre Dios. Como dice el jesuita Ángel Rossi: “Los más frágiles encontraron en él siempre un padre, casi diría superando el límite de lo que puede ser posible, con una magnanimidad con la fragilidad humana que va a marcar el papado”.

Para comentar estas expresiones es necesario escribir tanto como el autor... mejor lo dejamos ahí.
No jodamos

Por favor, los que queremos estar con la gente no dejemos de reconocer los valores que encarna este papa Francisco. Hoy estos valores no son tan frecuentes. Dejémonos de joder. Podemos detenernos a encontrar el pelo en la leche, y lo vamos a encontrar. Pero en este mundo no existe la pureza absoluta, y creo que estamos ante una oportunidad inmensa para volver a poner en el centro a Jesucristo y al pueblo que Dios ama.
Las últimas declaraciones de Jalics, junto a la opinión de gente de izquierda con buena información, como Pérez Esquivel, Oliveira, Fernández Meijide, Navarro y otros, muestran que Bergoglio no cagó a nadie, no fue cómplice de la dictadura, no dejó de ayudar a ocultarse o a escapar a quienes se lo pidieran, e intercedió por algunos en la medida en que podía, porque ni siquiera era obispo. Hace treinta años Pablo Tissera, un jesuita progresista, me decía que en la dictadura Bergoglio había actuado según una convicción que tuvo siempre: “los curas tenemos que mantenernos siempre lejos de los que tienen poder en el país, para no quedar pegados”.

Para Rossi “los pobres son los que mejor entenderán la designación de Francisco”. Cuánta gente sencilla llena de alegría uno se encuentra por la calle. Cuando se transmitió el acto de inicio del pontificado frente a la catedral, la plaza de mayo estaba desbordante de cristianismo popular. Allí festejaban muchos villeros con banderas, murgas, bailes, imágenes de la Virgen de Luján en andas… Perdámonos en el corazón del pueblo con confianza en el Espíritu y compartamos esa alegría.

Tucho, sospechábamos que eras demasiado ortodoxo, pero no creíamos que fueras un guarango. El Rector de una Pontificia Universidad, un Arzobispo, no puede decir en un artículo "no jodamos, dejémonos de joder, Bergoglio no cagó a nadie". Esta tu conducta certifica a qué nivel de degradación ha llegado la Iglesia en la Argentina de la mano de... ¿de quién?

Qué flaco favor le haces al Papa recordando que durante el gobierno militar habría actuado bajo el lema "me alejo del poder para no quedar pegado".

Por otro lado hay quien no piensa que su actuación haya sido la que aquí cuentas. En esa época Bergoglio simpatizaba con el Peronismo de derecha, lo cual no nos molesta; y estaba alejado de los curas tercermundistas y revolucionarios. Pero mejor dejar el pasado en el pasado.

...creo que estamos ante una oportunidad inmensa para volver a poner en el centro a Jesucristo. Bueno, algo de razón tienes. Una parte de la Iglesia actual no tiene al Señor en el centro, sino al hombre.

Ahora bien: ¿por qué no empezamos por casa y colocamos el sagrario de la capilla Santo Tomás Moro (Facultad de Derecho) en el centro? Aunque ojo, porque tu amigo Francisco no te apoyará en esta práctica "restauracionista".

Jesucristo no está en el centro en la casa de Tucho.

Ya que has llegado hasta aquí, querido Tucho, luego de leer nuestros largos comentarios, abusándonos de tu paciencia te hacemos un último pedido. Uds. que tanto hablan de los pobres, de los marginados, de los que menos tienen: ¿por qué no dejan de ajustar la cuota de la UCA que ya no está al alcance de muchísimos católicos argentinos? Res non verba (hechos no palabras), estimado Tucho.