La gran paradoja de la «iglesia del amor»:
miedo, miedo y miedo
18/10/2021
Llevamos décadas (desde la clausura del concilio Vaticano II) escuchando
la misma cantinela que ya se hace hasta cansina:
– A Dios se va solo
por el amor y nunca por el temor.
– La Iglesia debe
desterrar todo mensaje de temor al infierno.
– No manipulemos las
conciencias hablando sobre el demonio.
– No presionemos los
corazones con un mensaje de miedo…etc.
Y resulta que ESA
misma “Iglesia” cuando ha llegado la pandemia, de forma paradójica y
sorprendente, ha re-interpretado su mensaje dándole la vuelta de forma
increíble y se ha convertido en la Iglesia del miedo. Veamos:
– Miedo a abrir los
templos incluso cuando las leyes civiles lo permitían
– Miedo a recibir la
comunión en la boca.
– Miedo a tener agua
bendita en los templos.
– Miedo a recibir a
los fieles en el confesonario a no ser que vayan (ambos) “con traje de buzo”.
– Miedo, miedo y más
miedo: mensaje tácito y expreso que ha llegado a la inmensa mayoría de los
fieles durante este tiempo de pandemia.
Sin embargo no parece
importante lo que sí debería serlo:
– Miedo a condenarse
si morimos en pecado mortal
– Miedo a vivir en
pecado mortal habiendo perdido toda conciencia moral de ello
– Temor (que es Don
del Espíritu) a ofender a Dios que tanto nos ama
Es la Iglesia nueva:
la Iglesia del MIEDO humano y no del SANTO TEMOR DE DIOS (que es el principio
de la sabiduría como nos enseña la Biblia en Proverbios 1,7). Se tiene mayor
miedo a un contagio vírico con una letalidad comprobada del 1% y se destierra
del don del Temor de Dios que nos protege del peligro de una condena al
infierno que dura el 100% de la eternidad y además es irreversible. Se nos
recuerda que tomar la vacuna es un acto de amor pero a la vez no se nos
advierte que el NO confesarse es un suicidio del alma. Pobre Iglesia…
Todo un signo:
entramos en una Iglesia y en lugar de santiguarnos con agua bendita nos ponen
el gel hidroalcohólico; nos dan multitud de avisos sanitarios sobre el covid
pero nadie nos recuerda que hay que confesarse para poder comulgar. Nos piden
que comulguemos en mano para evitar el contagio pero nadie advierte del peligro
que supone esa práctica cuando las partículas del Cuerpo de Cristo caen al
suelo o se quedan pegadas en las manos sudorosas…etc.
Palabrería modernista
que es todo falacia: haciendo un símil con ese mensaje de “Iglesia en salida”
que luego cierra sus puertas cuando llega el “lobo” del virus y deja sin
atención espiritual a millones de fieles….ahora es Iglesia “del covid” que
sustituye (y aniquila) el Santo Temor de Dios por el “humano terror al virus”.