FUENTE (Extracto. Subrayado añadido por NP)
Algunos sacerdotes de la FSSPX aún dudan de la firma de Mons. Fellay de
la correctio filialis. Pero no hay ninguna duda, Mons. Fellay ha firmado este
documento y la casa general de la FSSPX así como el sitio oficial de la
FSSPX lo reivindican sin ninguna ambigüedad. Los otros sitios
de la FSSPX también lo han hecho.
La piedra y la ballena
Muchos analistas se entretuvieron sobre la razón principal (aparente) de
esta corrección y no vieron la ballena que se esconde tras la piedra. Esta
corrección parece por lo tanto dirigirse esencialmente a las herejías del
documento pontificio “Amoris laetitia”. Bien. Pero ¿no estamos habituados a una
avalancha de herejías desde el concilio Vaticano II? Amoris Laetitia es
entonces un enésimo documento lleno de herejías pero cuyo origen lejano es el
espíritu y la letra del concilio. Este documento pontificio no es sino una
piedra más que se añade a todos los publicados por los papas desde el concilio.
Pero si este documento no es más que una piedrecilla más, ¿dónde está la
ballena que se esconde en este documento?
La cara oculta de la corrección:
Cuando los franceses descubrieron el texto (en versión francesa), apenas
pudieron notar que el documento estaba lleno de referencias al concilio. El
documento no fue publicado en el sitio oficial de la FSSPX. Hay que entrar
al sitio oficial de
la corrección para encontrarlas integralmente. ¿Cuáles referencias? El lector
puede constatar que todos los textos conciliares están citados sin ninguna
restricción en cuanto a su grave nocividad: "Gaudium et spes" Lumen Gentium"
"Dei Verbum", e incluso las encíclicas de Juan Pablo II. Pero también
debe precisarse que estas referencias se citan después de las referencias
tradicionales. Este documento está, entonces, en la lógica de la
hermenéutica de la continuidad, al citar los textos conciliares con referencias
tradicionales. Es toda la locura del mundo acuerdista.
¿Por qué la firma de Mons. Fellay?
¿Por qué la firma de Mons. Fellay?
En julio de 2017, el papa Francisco exigió a Mons. Fellay el reconocimiento del concilio
para lograr un reconocimiento de la FSSPX. Fue bajo la presión del card. Müller
que este pedido fue formulado de manera insistente.
Algunos días más tarde, un sacerdote italiano de la FSSPX (P.
Citati) publicó un artículosobre Mons. Lefebvre y el concilio Vaticano
II. Este texto (inspirado seguramente por la casa general de la FSSPX) retoma a
su vez la estrategia de Mons. Schneider para que la FSSPX acepte los textos del
concilio. El P. Citati incluso tiene el descaro de citar a Mons. Lefebvre para
dar crédito a esta terrible política:
“Enseguida Mons. Schneider habla de la actitud que
es necesario tener respecto a las afirmaciones del Concilio, distinguiendo
entre tres clases de afirmaciones: las que son conformes a la enseñanza
tradicional de la Iglesia, las que son ambiguas, y las que son erróneas.
Respecto a las primeras, él afirma que “en sus
declaraciones el concilio confirmó en buena parte la doctrina tradicional y
constante de la Iglesia”.
Para aclarar las afirmaciones ambiguas, él propone
el siguiente criterio: “Las declaraciones del Vaticano II que son ambiguas
deben ser leídas e interpretadas según las afirmaciones de toda la Tradición y
del Magisterio constante de la Iglesia”.
Donde las afirmaciones del concilio no son
conciliables con la doctrina anterior, sino que son verdaderamente erróneas,
“las afirmaciones del Magisterio constante (los concilios precedentes y los
documentos de los papas, cuyo contenido manifiesta una tradición segura y
repetida por siglos, siempre en el mismo sentido) prevalecen sobre las
declaraciones […] que son difíciles de conciliar con las afirmaciones
específicas del Magisterio constante y anterior (por ejemplo, el deber de
venerar públicamente a Cristo, Rey de todas las sociedades humanas; el
verdadero sentido de la colegialidad episcopal respecto a la primacía del papa
y al gobierno universal de la Iglesia; la nocividad de todas las religiones no
católicas y su carácter peligroso para la salvación eterna de las almas)”.
Encontramos lo que Mons. Schneider afirmó exactamente algunas semanas
antes sobre la manera “tradicional” de releer Lumen Gentium: En mayo de 2017,
Mons. Schneider invitó a una relectura tradicional de Lumen Gentium. El sitio oficial de la FSSPX retomó su análisis.
Cómo se cierra la trampa para hacer que la FSSPX se
trague la ballena conciliar.
Después de esta fase preparatoria, quedaba la fase más oficial y la
firma de Mons. Fellay a estos textos conciliares. Es en este momento que entra
en juego la famosa “corrección filial”. Mons. Fellay encontró en la publicación
de este documento la más genial oportunidad de presentar a la Roma conciliar su
firma. No solamente fue presentada directamente al papa sino que además
pretende aceptar todos los textos citados por el documento. La conciencia de
Mons. Fellay se tranquiliza por la yuxtaposición de los textos tradicionales
con los textos conciliares. Y los sacerdotes, así como los fieles que
frecuentan todavía la FSSPX, se tranquilizan por el aspecto ofensivo y combativo
de esta corrección.
¿Reaccionarán los sacerdotes de la FSSPX?
Queda la última etapa: hacer aceptar a los sacerdotes el hecho de que su
superior haya reconocido oficialmente los textos del concilio vaticano II. Es
interesante notar que algunos sacerdotes de la FSSPX se asociaron al principio
a esta firma: por ejemplo el P. Vernoy. La firma desapareció misteriosamente.
Es que se ha persuadido a los sacerdotes (por fuerza o intimidación) que
solamente Mons. Fellay mantiene relaciones con Roma (Cf. el último Cor Unum) y, en consecuencia, sólo él juzga la
oportunidad de un acuerdo con ella.
La otra dificultad reside sobre todo en la estrategia de Menzingen. Si
algunos sacerdotes o superiores de la FSSPX se atreven a criticar públicamente
esta firma, se les podrá responder fácilmente que no fue realmente el concilio
lo que es reconocido, sino que es una manera de apoyar la iniciativa de los
“conservadores”. Pero es suficiente regresar al texto del P. Citati (FSSPX
Italia) para demostrar que son los textos conciliares los que son aceptados.
Si no se levanta ninguna voz para criticar esta firma, es muy probable que Roma lo tenga en cuenta y que la ballena del concilio podrá ser considerada como tragada e incluso digerida.
Si no se levanta ninguna voz para criticar esta firma, es muy probable que Roma lo tenga en cuenta y que la ballena del concilio podrá ser considerada como tragada e incluso digerida.