¿Por qué no se revela
íntegramente el Tercer Secreto de Fátima? Porque éste hablaría de “un
concilio malo" y de una "misa mala".
TODA LA VERDAD SOBRE FÁTIMA
Saverio Gaeta ha escrito recientemente un interesante libro titulado Fátima. Toda la verdad. La historia, los secretos, la consagración (Cinisello Balsamo, San Paolo, 2017)-(1).
Recomiendo
el estudio y la meditación de este exhaustivo trabajo sobre la historia de las
apariciones de Fátima en 1917, y las posteriores a la hermana Lucía y sobre el
tercer Secreto (2). En este artículo sólo voy a tocar unos temas que se tratan
en este libro y voy a añadir las observaciones que podrían ser de beneficio
espiritual para los hombres que se encuentran viviendo en estos tiempos
apocalípticos, anticrísticos y de apostasía general.
Seriedad
contra sensibilería melosa
En
el 1946, contestando a la pregunta acerca de si la estatua apenas terminada
representaba a la Virgen (que se le apareció en el lejano 1917), si se le
parecía, sor Lucia contestó: "No, no mucho. Me decepcioné cuando la vi. En
cierto modo está muy contenta, demasiado alegre. Cuando vi a la
Virgen, ella estaba bastante triste, diría como inmersa en la compasión"
(S. Gaeta, Fátima. Toda la verdad. La historia, los secretos, la consagración,
cit., p. 22).
El
19 de agosto 1917, la Virgen, tomando un aspecto más triste, dijo: "Rezad,
rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, pues muchas almas
van al infierno porque no hay nadie que se sacrifique por ellos '"
(cit. p. 35). El mensaje y la expresión de la Virgen se basan en la seriedad y
una cierta "tristeza" por la suerte de los hombres que ya en el 1917
vivían en estado habitual de pecado mortal, y muriendo iban al infierno,
mostrando la Virgen a los tres pastorcitos, en la manera más espantosa, la pena
de sentido y de daño. ¡Qué diferencia con los mensajes de los "profetas de
optimismo", "contentos y alegres", que a partir de Juan XXIII
(3) hasta Francisco I dejan tranquilos y dormidos a los hombres sobre el camino
al infierno, el cual se ha convertido en una autopista después de 100 años! La
"medicina de la sola misericordia sin el rigor de la justicia" que
presentan al hombre contemporáneo Juan XXIII y el Vaticano II, en plena y
perfecta sintonía con Francisco I, según la cual "Dios no castiga",
es en realidad un veneno. Lo peor es que no sólo los hombres viven en pecado,
sino que los pastores de la Iglesia los tranquilizan en él. Francisco I ¿no
dijo que “es mejor vivir juntos [en concubinato. Nota de NP] que
un matrimonio precipitado”? Juan Pablo II ¿no ha enseñado que todos, quieran o
no, se salvan porque están unidos indisolublemente a Cristo por la Encarnación
del Verbo? (4) La Corredentora, la Virgen Dolorosa, la Mediadora de todas las
gracias se encuentra a los pies de la Cruz de la que pende su Hijo, todavía hoy
“dolorosa y lacrimosa”. La apocatástasis (5) de Orígenes y de Juan Pablo II
sigue siendo un error herético que dista mil millas de la personalidad de la
Virgen y de la enseñanza de la Iglesia, de la cual Ella es Madre.
Vaticano
II y Tradición
El
31 de diciembre de 1979, Sor Lucía ofreció su penitencia “por la dificultad que
la Iglesia católica […] estaba experimentando en el proceso de aplicación del concilio
Vaticano II, entre las tensiones opuestas de la teología de la liberación y el
tradicionalismo Lefebvrista. Leemos en su diario: “¿Cómo es posible Señor?
¡Tu Iglesia no puede perecer! ¿No le prometiste estar con ella hasta el
final de los tiempos?” (cit. pág. 60).
El
P. Joaquín María Alonso, en 1982, explicó también en este sentido la fallida
revelación integral del Tercer Secreto: “Una revelación anticipada del texto
habría agravado ulteriormente la fractura que continúa dividiendo en dos a la
Iglesia: El Tradicionalismo, que habría recibido apoyo de
las profecías de Fátima y el progresismo, que se había arrojado en
cambio contra estas apariciones, gritando que éstas habrían detenido el
progreso de la iglesia conciliar” (cit. pág. 100) (6)
En
realidad se sabe que la Virgen había previsto y predicho “un concilio malo [el
Vaticano II en sí y no lectura de él hecha por los teólogos progresistas, ndr]
y una Misa mala [la Misa de Paulo VI (7), ndr] (cfr. S. Gaeta, cit. Págs.
113-114). No se trata de una lectura errada del concilio sino de la ruptura
objetiva con la Tradición apostólica (8).
La
situación es tan grave, ya a partir del Vaticano II (1962-1965), que Lucía
exclama: “¿Cómo es posible Señor? ¡Tu Iglesia no puede perecer!
¿No le prometiste estar con ella hasta el final de los tiempos?” Sólo la
promesa de Jesús: “las puertas del infierno no prevalecerán” (Mat.
XVI, 18) y “Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo” (Mat.
XVIII, 20), nos dan la fuerza para superar una aflicción tan grave como la
suscitada por “un concilio malo y una Misa mala” y que nos
impiden afirmar que "el concilio Vaticano II es aceptable en un
95%" [el P. Nitoglia cita acá la famosa y triste frase de Mons.
Fellay. Nota de NP].
Sobre
todo hoy, con las declaraciones de Francisco I, como Lucía los fieles
trastornados y desorientados se preguntan “¿cómo es posible todo esto?”. El por
qué de este misterio de iniquidad escapa a nuestra razón, pero es un hecho
evidente. Por tanto, es necesario mantener el principio de la perennidad de la
Iglesia, que no está acabada, sin negar el hecho de la grave crisis por la que
el ambiente eclesial está atravesando. San Beda el Venerable ha
exclamado: “La Iglesia no sólo es atormentada y oprimida por muchas
persecuciones por parte del mundo, sino a veces también es ensuciada y
contaminada de modo que, si fuere posible, su Redentor, en
esas circunstancias, parecería haberla abandonado completamente”
(In Marcum, cap. VI, lib. II, cap. XXVIII, tomo 4).
Los pecados de las Naciones
En
una conversación privada sor Lucía afirmó: “Si Portugal no aprueba el aborto
está a salvo, pero si lo aprueba, deberá sufrir mucho. Por el
pecado de un solo individuo paga la persona responsable, pero por el pecado de
una nación paga todo el pueblo. Porque los gobernantes que promulgan leyes
inicuas lo hacen en nombre del pueblo que los eligió” (cit. pág. 68)
¿Qué
decir cuando en Italia la ley del divorcio es aprobada por la inercia y el
silencio de Paulo VI? Y sobre todo, ¿qué decir de la aprobación de Francisco I
de la comunión a los divorciados que insisten en vivir como marido y mujer, de
las parejas de hecho y de las parejas homosexuales? Si Portugal en los años
setenta debió sufrir mucho por la aprobación de la ley del aborto, ¿qué
sucederá al mundo moderno que ha añadido otras innumerables leyes contrarias a
la natural y divina? Parecería que el castigo predicho por la Virgen en 1917
está por caer sobre nosotros porque no sólo sucede que el mundo no se ha
convertido, sino que él se ha depravado ulteriormente, cuantitativa y
cualitativamente.
Una
nueva visión interior de 1944
«
“El 2 de enero de 1944 […] Lucía tuvo una nueva visión interior:
"montañas, ciudades, pueblos y aldeas con sus habitantes son sepultados;
el mar, los ríos y las nubes salen de sus límites, desbordándose, inundando y
arrastrando consigo en un remolino, casas y personas sin número: es la
purificación del mundo por el pecado en el cual está inmerso." » (cit.,
pp. 70-72).
Algunos
de los signos ya los encontramos y si cualquier sacerdote osa hacerlo notar, es
castigado sin “misericordia” por el papa Bergoglio (v. P. Giovanni Cavalcoli). Ahora, si el Pastor supremo se
ha extraviado y desviado, ¿qué será de la grey? “montañas, ciudades, pueblos
y aldeas con sus habitantes son sepultados; el mar, los ríos y las nubes salen
de sus límites, desbordándose, inundando y arrastrando consigo en un remolino,
casas y personas sin número, es la purificación del mundo por el pecado en el
cual está inmerso”. Es triste pero es la realidad que está ante nuestros
ojos y que quieren aplastarla como hace Pinocho con el grillo parlante.
Fátima
y Amoris laetitia
«
“Como ha documentado el cardenal Caffarra, citando una carta que recibió de sor
Lucía a principios de 1981 […] en la que escribió: “El choque final entre el
Señor y el reino de satanás será sobre la familia y el matrimonio. No tenga
miedo, porque quienquiera que trabaje por la santidad del matrimonio y de la
familia será siempre combatido y obstaculizado en todas las maneras” » (cit.,
p. 127).
“Ha
sido significativa, de parte de una autoridad vaticana como el cardenal Amato,
que ciertamente ha tenido acceso a todo el expediente de sor Lucía, la
actualización del tercer Secreto a los tiempos del papa Bergoglio” (cit.,
p. 113).
Todos
saben que está en curso un áspero debate en el ambiente eclesial, que ve en
contraposición una parte del Colegio cardenalicio (entre los cuales el cardenal
Caffarra) y del Cuerpo episcopal con Francisco I, el cual con su
Exortación Amoris laetitia (19. III. 2016) ha afectado la
doctrina católica sobre todo en cuanto al Sacramento del Matrimonio, así como
el de la Confesión y Eucaristía, y ha infligido a la familia, ya devastada, un
golpe que sin la ayuda de la omnipotencia divina, sería mortal.
Así
que es verosímil pensar en “la actualización del tercer Secreto a
tiempos del papa Bergoglio” (cit., p. 113), porque “el choque final
entre el Señor y el reino de satanás será sobre la familia y el matrimonio.
(cit., p. 127).
Benedicto
XVI a Ingo Dollinger: “Un concilio malo y una misa mala”
“El
15 de mayo de 2016, el sitio www.oneopeterfive.com publicó una noticia proporcionada por el profesor
Ingo Dollinger, antiguo amigo personal de Joseph Ratzinger, sobre una
conversación que tuvieron entre ellos poco después del año 2000: “Hay más de lo
que hemos publicado" dijo Ratzinger, y también dijo a Dollinger que el
Secreto publicado es auténtico y que la parte no publicada del Secreto habla de
“un concilio malo y una misa mala", que sobrevendrían en un futuro
próximo (cit., pp. 113-114).
No
cedamos al compromiso sobre el Vaticano II y el Novus Ordo Missae por
causa de una aparente solución canónica cuando se está develando el Secreto de
Fátima que habla de “un concilio malo y una misa mala”.
La
gran importancia del Rosario
«
En la carta del 16 de septiembre de 1970 a la Madre María José Martins, Lucía
escribió: “El Rosario es, después de la sagrada liturgia eucarística, la
oración que más nos lleva hacia el espíritu los misterios de la fe. […]. ¡Por
eso el demonio le ha hecho tanta guerra! ¡Lo peor es que ha logrado burlar y engañar
las almas llenas de responsabilidad por los cargos que ocupan! ¡Son ciegos
guías de ciegos! Y quieren apoyarse en el concilio » (cit., p. 151).
Muchos
malos pastores enseñan a despreciar el Rosario. En nosotros está el hacer lo
contrario, como nos ha enseñado la Iglesia y la Virgen nos ha recordado en
Fátima, rezando el Santo Rosario todos los días.
La
Paz del mundo
En
su diario O meu caminho, sor Lucía escribió: “Falta la Paz porque falta la fe, falta la
penitencia, falta la plegaria pública, colectiva. Rezad el Rosario todos los
días." (cit., p. 152).
En
diversas reuniones panecuménicas para orar por la paz (Asís, 1986-2016) faltó
la fe porque pusieron todas las religiones y todos los dioses en pie de
igualdad, se perdió la penitencia porque hay que estar "contentos y
alegres" y se perdió la oración pues el Rosario es obsoleto y
preconciliar. Es por esto que las guerras se han multiplicado en el mundo hasta
llegar al umbral de una Tercera Guerra Mundial y nuclear (v. Bombardeo americano
a Siria, 7 de abril de 2017).
2017,
centenario de las apariciones de Fátima
Saverio
Gaeta, al igual que muchos otros escritores, hace una comparación entre lo que
ocurrió en Francia en el siglo XVIII y lo que ha ocurrido en Portugal en el
siglo XX.
El
17 de junio de 1689, Jesús se
apareció a Sor Margarita María Alacocque y le dijo que transmitiera al rey Luis
XIV cuatro solicitudes de su parte: Introducir el Sagrado Corazón en el escudo
de armas real [...].Ni el Rey sol, ni sus sucesores Luis XV y Luis XVI, dieron
cumplimiento a esta solicitud: en junio de 1789, a exactamente 100 años
desde el pedido, se inició el movimiento revolucionario que condujo a la
detención de Luis XVI” (cit., p. 171).
Ahora
está claro que la consagración de Rusia pedida por Nuestra Señora en 1917 y que
debería haber sido hecha por el Papa junto con todos los obispos del mundo,
nunca se ha hecho como Nuestra Señora pidió (con los obispos bajo el Papa y
nombrando explícitamente a Rusia). Luego no se puede no pensar en el centenario
de Fátima como algo que podría ser el principio de los castigos predichos por
la Virgen si el mundo no se convierte.
Muchos
esperan este centenario con ansiedad y con confianza, ya que la Virgen ha
predicho castigos por los pecados pero también nos ha prometido: “¡Al fin mi
Corazón Inmaculado triunfará!".
Las
edades oscuras son también las más hermosas, porque cuando se termina la noche,
comienza la aurora y sigue el pleno día. Cuando Jesús murió en la cruz, venció
al diablo y redimió el mundo. Hoy en día hay que levantar la cabeza, porque
después de pasar por un largo túnel que se volvió completamente oscuro
("tenebrae factae sunt") con Francisco I, en breve se podrá comenzar
a "ver las estrellas".
María
en nuestro tiempo
“La
Sociedad moderna es afligida por una fiebre de renovación que da miedo y está
infestada de hombres que se valen de nuestro sufrimiento para construirse el
imperio de sus arbitrios, la tiranía de sus vicios, el nido de la lujuria y la
rapiña. Nunca el mal había tomado características tan vastas y
apocalípticas, nunca se había conocido tanto peligro. De un
momento a otro podemos perder no sólo la vida, sino toda la civilización y toda
esperanza.Nos parece que el Señor dice "aún no ha llegado mi hora",
pero la Inmaculada, la Madre de Dios, la Virgen que es la imagen y la
protección de la Iglesia, nos dio, ya en Caná, la prueba de saber y poder
obtener el anticipo de la hora de Dios. Y nosotros necesitamos que esta
hora venga pronto, sea adelantada, sea hecha inmediata, ya que casi pudiéramos
decir: “¡O Madre, ya no podemos más!". Por nuestros pecados nosotros
merecemos este derramamiento de sangre, las más despiadadas ejecuciones. Nosotros
hemos echado a su Hijo de las escuelas y de los talleres, de los campos y de
las ciudades, de las calles y de las casas. Lo hemos expulsado de las
mismas iglesias, se prefirió a Barrabás. Es realmente el momento de Barrabás
[...]. Con todo eso, confiados en María, sentimos que es la hora de Jesús, la
hora de la redención […]. Diga María, como en Caná, “ya no tienen
vino”, y lo diga con el mismo poder de intercesión y, si Él vacila, si
se niega, venza su vacilación como vence, por piedad maternal, nuestra
indignidad. Sea Madre piadosa con nosotros, Madre imperiosa con Él. Que acelere
su hora, que es nuestra hora. Nosotros no podemos más, oh María. La
humana generación perece si Tú no te mueves. Habla por nosotros, oh silenciosa,
habla por nosotros, oh María! (9)
P. Curzio Nitoglia
Notas:
2 El volumen recorre la entera historia de los cien
años de Fatima, detallando cada aspecto relativo a las solicitudes divinas, a
las tres partes del Secreto, a la consagración al Corazón Inmaculado de María,
a las devociones sugeridas por la Virgen del Rosario. “Emerge un fresco
definitivo, que hace también claridad sobre los aspectos problemáticos y sobre
las polémicas que últimamente han suscitado dudas e interrogantes acerca de a
la publicación integral de los mensajes de la Virgen", (de la cubierta del
libro). Respecto al tercer Secreto se pueden leer: Marco Tossati, Il segreto non svelato, (Casale Monferrato,
Piemme, 2002) y Antonio Socci, Il quarto segreto di
Fatima, (Milano, Rizzoli, 2006).
3 Juan XXIII, en el Discurso de apertura del
concilio (11 de octubre de 1962) dijo: “Llegan, a veces, a nuestros oídos, hiriéndolos, ciertas insinuaciones de
algunas personas que […] no ven
en los tiempos modernos sino prevaricación y ruina; van diciendo que
nuestra época, comparada con las pasadas, ha ido empeorando. […].Nos parece justo disentir de tales profetas de calamidades, avezados a anunciar siempre
infaustos acontecimientos […]. Siempre
la Iglesia se opuso a estos errores. Frecuentemente los condenó con la mayor
severidad. En nuestro tiempo, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere usar la
medicina de la misericordia más que
la de la severidad” (Enchiridion Vaticanum, Documenti. Il Concilio
Vaticano II, EDB, Bologna, IX ed., 1971, p. [39] e p. [47]).
4
Juan Pablo II sobre la Constitución Gaudium et spes (n. 24, § 4) del Concilio Vaticano II escribió su
primera encíclica (1979) ‘Redemptor hominis’
n. 13: “Cristo se ha unido a todo hombre para siempre […]. El hombre tal como ha sido «querido» por Dios, tal
como Él lo ha «elegido» eternamente, llamado, destinado a la gracia y a la
gloria, tal es precisamente «cada» hombre, el hombre «más concreto», el «más
real»; éste es el hombre, en toda la plenitud del misterio, del que se ha hecho
partícipe en Jesucristo, misterio del cual se hace partícipe cada uno de los
cuatro mil millones de hombres vivientes sobre nuestro planeta, desde el
momento en que es concebido en el seno de la madre”. La misma doctrina se
enseña en su segunda encíclica (1980) "Dives in misericordia" y en su
tercera encíclica (1986) 'Dominum et vivificantem'.
5 Apocatastasi: es la doctrina de Orígenes (254) según la cual
habrá una purificación y redención universal del mal y del pecado de todas las
criaturas, incluso los condenados y los demonios. Fue condenado por el Concilio
de Constantinopla, bajo el papa Vigilio (año 553).
6 Cfr. J. M. Alonso, De nuevo
el Secreto de Fatima, in “Ephemerides mariologicae”, 1982,
fasc. L, p. 93.
7 En cuanto a la "Nueva Misa" de 1969, también
llamada la "misa del Concilio", el cardenal Alfredo Ottaviani y
Antonio Bacci escribieron en Corpus Christi del mismo año a Pablo VI en la
"Carta de Introducción al breve examen crítico del Novus Ordo Missae”, que
el nuevo Rito representa: “tanto en su conjunto como en
sus detalles, una notable desviación de la teología católica de la Misa
tal como fue formulada en la sesión 22 del Concilio de Trento”. […].
Siempre los sujetos, en cuyo bienestar se entiende una ley, se demuestra por el
contrario nociva, tienen, más que el derecho, el deber de pedir al legislador
la derogación de la misma la ley".
8 Cfr. Brunero Gherardini, Concilio Ecumenico Vaticano II. Un discorso da fare,
Frigento, Casa Mariana Editrice, 2009; Id., Tradidi quod et accepi. La
Tradizione, vita e giovinezza della Chiesa, Frigento, Casa Mariana
Editrice, 2010; Id., Concilio Vaticano II. Il
discorso mancato, Torino, Lindau, 2011; Id., Quaecumque dixero vobis. Parola di Dio e Tradizione a confronto
con la storia e la teologia, Torino, Lindau, 2011.
9 A. Ottaviani, Il
baluardo, Ares, Roma, 1961, pp. 279-283; II ed. Effedieffe, Proceno
di Viterbo, 2015.