La FSSPX ha estado separada de Roma desde su
fundación por Mons. Lefebvre. ¿Cómo ve esto su Superior Bernard Fellay?
Mons. Fellay dirige la Fraternidad Tradicionalista
de San Pio X, que rechaza reformas sustanciales del concilio Vaticano II. Este
año el Superior General fue recibido por el Papa Francisco por primera vez.
SN: Bajo el Papa Benedicto
XVI hubo conversaciones entre el Vaticano y su Fraternidad. ¿Qué ha cambiado
bajo el papa Francisco?
Fellay: El proceso de acercamiento siempre es el
mismo. Nosotros siempre hemos reconocido la primacía del Papa, incluso en la
cuestión de las consagraciones episcopales en la Fraternidad. No hubo negación
sobre la primacía y por nada en el mundo quisimos una separación de Roma. [Astutamente, Monseñor desvía la respuesta hacia el
punto no discutido de la primacía papal]
SN: Pero estas
consagraciones no fueron lícitas de acuerdo a la Ley de la Iglesia.
Fellay: Esto es correcto. [!!!] [Sólo
un verdadero y propio traidor puede conceder eso] Sin embargo, esto no
significa que rechazamos la primacía del Papa. Cuando alguien desobedece a su
padre, no por eso rechaza a su padre. Visto externamente, la consagración
episcopal fue un acto de desobediencia, pero no un rechazo a la autoridad. Es
por eso que incluso el Vaticano nunca dijo que la FSSPX estuviera en cisma por
ello. Esto se ha hecho más y más claro en el curso del acercamiento. Nosotros
no somos cismáticos, no estamos separados de la Iglesia. [¡Vaya respuesta ambigua!]
SN ¿Entonces usted
continuará ordenando sacerdotes sin permiso?
Fellay: Ciertamente, pero sé que esto sucede con la
aprobación tácita, tolerante de Roma.[¡Pero se toleran sólo los males, no los bienes! Al
que cumple con el gravísimo deber de preservar la Fe, no le debe
preocupar contar o no contar con el permiso de ninguna autoridad]
SN: Entonces usted piensa
que Roma tolera estas ordenaciones ilícitas?
Fellay: No solamente lo pienso, lo sé. [¡De
nuevo reconoce la supuesta ilicitud de la ordenaciones de la FSSPX!]
SN: En 2009, Benedicto XVI
levantó su excomunión. ¿Se sintió usted excomulgado alguna vez?
Fellay: No, nunca. Una excomunión se basa en
un pecado grave. Es por eso que nosotros siempre hemos explicado que
realizamos nuestras consagraciones como una medida de emergencia. Sí, nosotros
tomamos medidas que están prohibidas en circunstancias normales. Pero durante
una emergencia hay otros estándares. Es por eso que yo nunca me sentí
excomulgado, aunque en el Vaticano me ha tratado como tal. [Monseñor
omite aclarar un punto esencial: que esas excomuniones fueron nulas, inválidas]
SN: Luego, ¿el retiro de la
excomunión tuvo algún significado?
Fellay: No mucho. Fue un cierto reconocimiento de
nuestro estatus, nuestra situación. El Papa aceptó que no somos rebeldes, que
no establecimos una iglesia paralela sino que somos parte de la Iglesia Católica
Romana. En este sentido el levantamiento de la excomunión tuvo mucho
significado. [A reconocer que las excomuniones fueron
"levantadas", reconoce implícitamente que fueron válidas] Pero más importante para
nosotros fue el reconocimiento, por el Papa Benedicto, de que la Misa
Tridentina nunca fue prohibida.
SN: El Papa Francisco ha
permitido que los católicos, durante el año de la Misericordia, se confiesen
con sacerdotes de la FSSPX. ¿Este permiso continúa después de este año?
Fellay: Este permiso muestra la preocupación del
papa Francisco por la salvación de los fieles, [Mons. Fellay
constantemente exculpa al demoledor Francisco e intenta alabarlo cada vez que
puede] el
Papa me confirmó personalmente que esta autorización permanecerá vigente más
allá del año de la misericordia. [Con lo que se prueba que el artículo
inmediatamente precedente dice la verdad]
SN: Benedicto XVI era un
teólogo, Francisco piensa más en lo pastoral. ¿Esto es un progreso respecto a
la FSSPX?
Fellay: Benedicto estaba muy atento a la doctrina.
Francisco mira más por la persona. Incluso ve la doctrina como un obstáculo
aquí y allá. [Nótese: que el hecho de que la Verdad sea
considerada un obstáculo por Francisco parece que no preocupa a Mons. Fellay] Para nosotros es importante que este camino [el actual proceso de regularización de la FSSPX] avance hacia lo que es
correcto, hacia la verdad. Nosotros siempre nos hemos considerado como
católicos. Si esto finalmente es reconocido, bien para nosotros. [¿Y
quedar sometidos a los destructores de la Iglesia será igualmente bueno?]
SN: El punto de conflicto
es el concilio Vaticano II: la libertad religiosa, el ecumenismo, la
colegialidad episcopal. ¿Hay algunas aclaraciones que hacer? ¿O no es
necesario?
Fellay: Creo que la posición actual de la Santa
Sede, y especialmente la de la Congregación para la Doctrina de la Fe, es el
resultado de las intensas discusiones que se han llevado a cabo desde el 2009.
Mucho fue aclarado en el proceso. Nosotros de hecho tenemos objeciones respecto
a los tres puntos que usted menciona. Sin embargo muchos católicos van más allá
de los textos del concilio apoyándose en el espíritu del concilio. [Como
dando a entender que el problema el "abuso del concilio" más que
"el concilio en sí"] Roma reconoce que nuestras
posiciones son correctas en muchos puntos. [Una respuesta digna del
más astuto de los políticos o del más hábil de los diplomáticos, y, por lo
mismo, totalmente indigna del sucesor de Mons. Lefebvre]
SN: ¿Qué significa esto
para la libertad religiosa?
Fellay: Hoy en día, quien afirme que el Estado no
tiene nada que ver con Dios y no tiene deberes hacia Dios, contradice la
enseñanza de la Iglesia. El término libertad religiosa significa, si se quiere
comprender correctamente, que a nadie se le permite imponer una religión a otra
persona en contra de su conciencia. A nadie se le permite forzar a otro para
ser bautizado. A nadie se le permite coaccionar a otro para actuar en contra de
su conciencia.
SN: Por lo tanto el
concilio afirma que cada individuo debe decidir en su propia conciencia el
abrazar una religión particular.
Fellay: El Vaticano II dice explícitamente que el
hombre debe buscar la verdad y adherirse a ella. Al mismo tiempo niega este
principio en el dominio del Estado: El Estado debe garantizar libertad a todas
las religiones y no se le permite interferir o restringir cualquiera de ellas,
incluso las falsas. Y esto debido al derecho natural. Por el contrario, la
enseñanza tradicional de la Iglesia dice que el Estado puede tolerar las falsas
religiones pero para esto no puede invocar el derecho natural. Respecto a
la Iglesia, ella tiene el deber de siempre y en todas partes proclamar la
verdad a los hombres y llevarlos a la verdad. La Iglesia Católica es la única
religión verdadera, la única que puede salvar al hombre. Por eso es misionera.
SN: Cuando alguien abraza
una religión diferente, ¿está en el error?
Fellay: Absolutamente.
SN: ¿Qué significa esto
para el ecumenismo y las iglesias cristianas?
Fellay: Si uno comprende por ecumenismo que todos
los cristianos deben encontrar el camino de regreso a la Iglesia, entonces
nosotros también estamos a favor del ecumenismo. Nosotros rezamos por la unidad
de los cristianos. Pero creer que cualquiera puede salvarse en cualquier camino
que escoja, esta no es la enseñanza de la Iglesia. En este sentido nos oponemos
al ecumenismo.
SN ¿Cuál es el problema
respecto a la colegialidad episcopal?
Fellay: El papa Paulo VI añadió una nota adicional
explicativa al texto conciliar: No se permite a ningún obispo afirmar que forma
parte del gobierno de la Iglesia si no está con el papa y bajo el papa. Sólo el
papa decide quién tiene algo que decir en la Iglesia. Él es el único que
gobierna la Iglesia. Afirmar que los obispos tienen una especie de legitimidad
democrática es falso. Esto contradice la enseñanza de la Iglesia completamente.
Esto es ignorado por la mayoría de los dignatarios hoy en día.
SN: ¿Cuál es su posición
respecto al judaísmo? Usted supuestamente dijo en 2012 que los judíos, los
masones y los modernistas eran enemigos de la Iglesia.
Fellay: He tratado varias veces de corregir esta
frase, que nunca fue pronunciada de esta manera por mí. Yo nunca dije “los”
enemigos de la Iglesia, sólo “enemigos”. Y esta declaración se hizo en conexión
con la cuestión de quién estaba poniendo presión a Roma contra un acuerdo con
la FSSPX. Respecto a esto, yo dije que era
sorprendente que son precisamente estos grupos, que siempre se muestran como
enemigos de la Iglesia, que no nos quieren.
SN: ¿Qué dice esto respecto
a su posición sobre el judaísmo?
Fellay: No tiene nada que ver con los judíos como
pueblo, sino solamente con algunas organizaciones judías. [!!!] Yo
nunca quise apuntar al judaísmo, exceptuando su religión. Una religión que
rechaza a Cristo como Hijo de Dios se opone a la Cristiandad. [¿Así
que, en definitiva y como dijo el P.
Bouchacourt, los judíos no
son deicidas, ni son una raza maldita?] El Mesías vino del pueblo judío, y por esa razón es
completamente claro que la actitud de los católicos respecto a los judíos en
general es muy especial, y no es antagónica.[Eso
contra la Sagrada escritura, pues San Pablo dijo que los judíos, "en
cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros" (Rom 11,
28)] Pero
es deplorable que ellos no reconocieron al Mesías. Lo harán, lo dijo San Pablo. [San
Pablo es citado por Monseñor sólo cuando le conviene...] Dice que en algún momento
el pueblo judío se convertirá, y esto será extremadamente benéfico a todo el
mundo. [Una
mentirosa, cobarde e impía respuesta que puede dejar felices o tranquilos, por
lo menos, a los judíos, los peores enemigos de Cristo y de su Iglesia]
SN: ¿Qué significado tiene
el holocausto?
Fellay: El holocausto tiene que ver con el Nazismo,
con Hitler. No tiene nada que ver con la Iglesia Católica. El holocausto es una
tragedia como cualquier otro genocidio. [¡Mentira!] La Iglesia siempre habló en
contra. [¡Mentira!] Como nosotros también. [Muy cobarde y vergonzoso
reconocimiento de la mentira del "holocausto"]