02
de enero de 2016
Número
CDXLII (442)
¿Adónde, Mundo?
Mons.
Williamson
Iglesia y mundo del Año
Nuevo en desorden
Nos hacen preguntar,
¿qué podemos hacer? Velar, rezar.
Así que hemos alcanzado un nuevo
año sin que la Iglesia haya colapsado completamente ni el mundo se haya
estrellado en su Tercera Guerra Mundial, pero ambos desastres se han acercado
significativamente. ¿En qué sendero estamos? ¿Qué posibilidades tenemos de
evitar la catástrofe?
En cuanto al mundo, Siria en
particular ha sido transformada en un polvorín donde la pólvora está siendo
apilada para una explosión más y más grande. América y Rusia, cada una con sus
aliados, están listas para pelear por una de las dos visiones en contienda
sobre el futuro del mundo: los bánksters que se han apoderado de los Estados
Unidos de América quieren un mundo unipolar donde su Nuevo Orden Mundial pueda
ejercitar una hegemonía sobre el mundo entero; los Rusos, por el contrario,
quieren un mundo multipolar donde puedan retener su independencia nacional y
cuidar de sus propios intereses. Y, ¿quién puede culpar a los Rusos si ellos
quieren impedir que el NOM se apodere del mundo? Hasta ahora, han actuado con
gran control frente a la vil provocación del Occidente.
Pero, como siempre, el hombre
propone y Dios dispone. Si los hombres no paran de pecar, entonces, en el
momento elegido no por ellos sino por Él, los perros de la guerra serán
desatados. Como de costumbre, los hombres sabrán porqué empezaron la guerra,
pero Dios solo sabe cómo terminará. Los Rusos tienen algunas armas notables así
que el Occidente de ninguna manera está seguro de “ganar”, especialmente si
suficientes oraciones de todos nosotros suben al Cielo para alcanzar la
Consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María, porque en aquel caso,
¿quién sabe si los Rusos no podrán obtener para nosotros una interrupción de la
marcha actual del mundo hacia el abismo? De cualquier manera, la guerra será
justo tan larga y tan devastadora como Dios lo precise para su propósito de
salvar no civilizaciones (así llamadas), sino almas. ¿Aceptarán las almas su
lección? Si no, Dios podrá permitir una continuación de su auto-destrucción de
ellos.
En cuanto a la Iglesia, su
influencia en los eventos del mundo es decisiva. Dondequiera que verdaderos
sacerdotes católicos administran verdaderos Sacramentos, están extinguiendo
aquellos pecados que son la causa de la guerra (Sant., IV, 1). Pero, ¿qué hemos
visto a través del 2015? Los prelados que al presente controlan a la Iglesia
han mostrado poco o ningún signo de querer retornar a la verdadera doctrina del
Nuevo Testamento, dejando los falsos principios del Vaticano II, y el Papa
Francisco en particular, por su desenfrenada aplicación de esos principios,
parece tener la intención en nada tanto como en destruir a la Iglesia católica.
Ahora, en la década de 1970 cuando el trabajo de devastación del Concilio
parecía irresistible, Dios en Su misericordia dio a Su Iglesia un Arzobispo que
iba a criar una nueva generación de sacerdotes católicos para atestiguar sobre
la verdadera Fe, y mostrar en la vida real que no estaba pasada de moda, lo que
actuaría como un freno para la devastación. Pero Monseñor Lefebvre murió en
1991 y sus sucesores a la cabeza de su Fraternidad pronto comenzaron a perder
el sentido de la necesidad de resistir al mundo moderno con su siniestro
Concilio. A través del 2015, ¿hemos visto otro que no sea un signo tras otro de
la Fraternidad aproximándose más y más a Roma neo-modernista?
Estamos llevados a preguntar,
¿tienen estos sucesores todavía algún entendimiento del porqué el Monseñor
estableció su Fraternidad de San Pío X en primer lugar? ¿Tienen ellos todavía
el sentido de la verdadera Fe? ¿Se dan cuenta de su grave responsabilidad de
atestiguar sobre esa Fe y no de dejarla ser borrosa en el mundo? Que ellos
piensen bien en el 2016, antes de que sea demasiado tarde, antes de que la
Fraternidad finalmente se condene a perder todo su sabor sumándose a la
apostasía Conciliar, por no actuar más como una espina en el costado de los
neo-modernistas y por cesar de sostener a esa verdadera Iglesia que Ella sola
tiene el secreto para la paz mundial, Nuestro Señor Jesucristo, “Ayer, hoy y
por siempre, ni liberal ni modernista” (Cita de Monseñor Lefebvre).
Kyrie eleison.