Número CDXLI (441)
26 de diciembre de 2015
Comparación
Familiar
Mons.
Williamson
Como dos familias
pueden tener un mismo hombre por cabeza
Así también, por
un mismo Papa pueden ser lideradas dos iglesias.
Mientras que en el mejor de los casos los argumentos
prueban, las comparaciones en el mejor de los casos ilustran. Luego, las
comparaciones no prueban, pero pueden echar mucha luz desde lo conocido hacia
lo inconocido. Ahora bien, concerniente a la presente crisis de la Iglesia, de
medio siglo de edad, necesitamos toda la luz que podamos obtener, porque con
cada día que pasa deviene menos y no más comprensible. Entonces, sigue aquí una
comparación fecunda que me envió hace poco un reciente convertido a la
Tradición. Él compara la Iglesia Católica y la Iglesia Conciliar, o la
Neo-Iglesia, con las familias legítima e ilegítima de uno y el mismo hombre.
Apliquemos la comparación a su matrimonio, a su autoridad y a sus hijos.
Por un casamiento legal con su verdadera esposa, un hombre
inicia una familia y tiene hijos legítimos. Pero luego de un tiempo le es
infiel, y se divorcia de ella para vivir con su amante, por adulterio con la
cual tiene otros hijos que son bastardos. Asimismo, por una elección canónica
legal de un Cardenal como Papa, este Cardenal deviene el padre legítimo de la
Iglesia católica y el padre espiritual por la verdadera Fe de una multitud de
verdaderos Católicos. Pero desde hace 50 años, como Papa Conciliar se
prostituye yendo tras del mundo moderno, y por adulterio con éste engendra una
nueva familia de bastardos Conciliares. Así, tanto como el mismo hombre puede
ser padre de una familia legal y de una familia ilegal, así un Papa puede al
mismo tiempo ser cabeza de la Iglesia Católica y de la Neo-Iglesia.
En segundo lugar, así como el padre de familia tiene
verdadera autoridad sobre su verdadera familia, pero no verdadera autoridad
sobre su segunda familia porque no es su familia verdadera, así el Papa
Conciliar tiene verdadera autoridad sobre los verdaderos Católicos, pero ninguna
autoridad sobre la Neo-Iglesia con sus Católicos Conciliares. Y así como la pr
imer familia necesita de su verdadero padre, y ambos, esposa e hijos, harán
todo lo que puedan para traerlo de vuelta a casa pero él se aferra a su
compañera en adulterio y a sus hijos ilegítimos que también harán todo lo que
puedan para asirse a él, asimismo el Papa Conciliar, todavía respetado por los
Católicos Tradicionales que claman a él para que haga su deber por ellos,
prefiere a los Católicos Conciliares que tienen poco respeto real por él pero
se aferran también a él para cubrir su estado ilegal de ellos.
Y, en tercer lugar, así como ninguna verdadera esposa
aceptará ser puesta al mismo nivel que la compañera adúltera que la ha
suplantado, ni los verdaderos niños (si suficientemente maduros) aceptarán ser
adoptados por la falsa familia y así homologados a los bastardos, así mismo la
Tradición es absolutamente incompatible con la Neo-Iglesia, ni tampoco los
verdaderos Católicos aceptan ser incorporados en ella por cualquier tipo de
acuerdo de rendición o traición a la Tradición. No es para ellos ir
prostituyéndose tras su verdadero padre en su ambiente adúltero aún si él es su
verdadero padre y ellos verdaderamente lo necesitan. Es para el padre retornar
a su verdadera familia. Ni tampoco pueden los hijos legítimos razonablemente
esperar traer a su padre de vuelta a casa reuniéndose con él en su entorno
seductor. La probabilidad mucho mayor es que ellos también serán seducidos. ¡El
neo-modernismo es muy seductor!
Esta comparación de cualquier Neo-Papa con un padre de dos
familias es fecunda en muchos otros puntos porque pertenece a la naturaleza de
un Papa ser un padre. Pero, “Cualquier comparación cojea” (otra brillante
comparación), y la pierna mala de esta comparación consiste principalmente en
el hecho de que mientras que la distinción entre dos familias de un único padre
está perfectamente clara en la vida real, por el contrario la distinción entre
la Iglesia Católica y la Neo-Iglesia, mientras que perfectamente clara en
teoría, es muy difícil de desenmarañar en la práctica, porque ellas están casi
desesperanzadamente entrelazadas en la vida real. Para mantener la cabeza
católica en los hombros de uno, es tan necesario conocer la clara distinción en
teoría como lo es reconocer la desesperada confusión en la práctica.
Kyrie eleison.
Nota del blog Non
Possumus:
Parte de la confusión a
la que se refiere Mons. Williamson, proviene del carácter equívoco de la
expresión "iglesia conciliar". Un término es equívoco cuando
significa realidades diversas. Por ejemplo, la palabra "banco" puede
significar: 1) un tipo de asiento 2) una empresa que realiza operaciones
financiera; 3) un grupo de peces; etc.
La expresión
"iglesia conciliar" puede entenderse en por lo menos cuatro sentidos
principales:
1.- Según un primer
sentido, la "iglesia conciliar" es la organización de la religión
conciliar que coexiste con la Iglesia Católica en el mismo sujeto. Es lo que
explican los Dominicos de Avrillé en este
texto.
2.- Conforme a un
segundo sentido, la "Iglesia conciliar" es la Iglesia Católica tal y
como es actualmente, decayendo o corrompiéndose (en sus aspectos humanos) por
obra de los modernistas que controlan la Iglesia desde el Concilio Vaticano II.
Estos dos primeros
sentidos de la expresión "iglesia conciliar" no se excluyen
recíprocamente, pero sí excluyen a los dos siguientes.
3.- En un tercer
sentido, la "iglesia conciliar" es esa sociedad que el común de la
gente identifica erradamente con la Iglesia Católica. La sociedad a cuya cabeza
actualmente está Francisco y que es conocida en todas partes como "Iglesia
Católica", ya no es católica. La verdadera Iglesia Católica existe
reducida a dimensiones domésticas e individuales. Este tercer sentido excluye a
los otros tres, es sostenido por muchos sedevacantistas, e inclina al
sedevacantismo y al cisma (*).
4.- Según un cuarto
sentido, la "iglesia conciliar" es únicamente un mal espíritu
(liberal y modernista) existente en la Iglesia Católica. Es lo que sostienen
Mons. Fellay, el P. Glaize y los acuerdistas en general. Este cuarto sentido
excluye a los otros tres.
(*): "Doctrina de la
Iglesia.
1) La perennidad del
Primado está definida explícita y directamente en el Concilio Vaticano (D
1824s).[D 1825 Canon. Si alguno, pues, dijere que no es de
institución de Cristo mismo, es decir, de derecho divino, que el bienaventurado
Pedro tenga perpetuos sucesores en el primado sobre la Iglesia universal... sea
anatema. NdB].
2) La perennidad de la
Iglesia está definida explícita, pero indirectamente, en el mismo Concilio (D
1821 1824s).
3) La perennidad de la
Jerarquía la definió implícitamente el Concilio Vaticano I. En efecto, definió
explícitamente la perennidad del Primado (D 1824s). Es así que también definió
que es propio del Primado el tener subordinados a él y el gobernar a los
Pastores u Obispos de la Iglesia universal (D 1827-1831); luego siempre habrá
Pastores u Obispos subordinados al Primado. Esto mismo se enseña explícitamente
en la introducción a la Constitución de la Iglesia (D 1821)."
Cita de Sacrae Theologiae Summa, por los Padres de la Compañía de Jesús, 4.ª ed., Madrid, B.A.C., 1962, trat. III, "De la Iglesia de Jesucristo", por el P. J. Salaverri S.J., n° 294.
Cita de Sacrae Theologiae Summa, por los Padres de la Compañía de Jesús, 4.ª ed., Madrid, B.A.C., 1962, trat. III, "De la Iglesia de Jesucristo", por el P. J. Salaverri S.J., n° 294.