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miércoles, 11 de noviembre de 2015

NEO IGLESIA DE LA NEO FSSPX EN ESPAÑA: LOS AUTORES DEL ENGENDRO






El folleto publicado por la Neo-FSSPX, donde da cuenta del plan de obras de la nueva capilla y solicita donativos para la construcción de la misma, informa también los nombres de los profesionales contratados para concebir la misma. Son “el forjador Toni Marí”  y el “arquitecto Da Esther Santos”. Veamos qué información se obtiene de éstos en internet.


Folleto de la Neo-FSSPX.


Toni Marí tiene su propio sitio web: http://www.tonimari.es/index.htm además de Twitter Toni Marí (@tonimariblasco) | Twitter, donde se encuentran imágenes como las siguientes:


 Una obra para el Rotary Club…seguramente del agrado del rotario Bergoglio.



Un cura de la iglesia modernista bendice un bellísimo maniquí de hierro. ¿Será la imagen de un ángel, un santo, un papa? Todo es posible  en la cabeza de esta gente…¿Veremos prontamente a Monseñor Fellay, Tissier o de Galarreta haciendo lo mismo con el adefesio de Madrid?


En tanto que en el sitio de Esther Santos http://www.esthersantos.es/index.html uno es recibido con una inquietante música de película de terror.


Nos preguntamos cómo personas que no sólo no tienen sentido católico, sino que además muestran irreverencia, provocación, fealdad e ideas progresistas fueron convocadas para hacer una iglesia católica tradicional. No esperamos, desde ya, ninguna respuesta por parte del obispo Monseñor de Galarreta.


BAILE DE MÁSCARAS


Primitivas. Una escultura de la Isla de Pascua, una máscara precolombina, un maniquí de tienda de ropa, y…la Santísima Virgen María según la Neo-FSSPX de España. Esta última ni siquiera tiene boca como las otras, pero sigue esa “tradición” pre-cristiana, pagana, idolátrica, horrenda.


Recordemos algunos pasajes  de la 
INSTRUCCIÓN DE LA CONGREGACIÓN DEL SANTO OFICIO SOBRE ARTE SACRO (Completo en este enlace



URBANO VIII dictó normas particulares sobre el modo de llevar fielmente a la práctica las prescripciones del Concilio tridentino en torno a las imágenes sagradas, afirmando "... que lo que se expone a la vista de los fieles no debe aparecer desordenado ni insólito, sino que debe fomentar la devoción y la piedad..."


,,,palabras del beato Sumo Pontífice Pio X al prescribir sabias normas sobre la música sagrada: "Nada, pues, debe ocurrir en el templo que perturbe o aun solamente disminuya la piedad y la devoción de los fieles; nada que dé motivo razonable de disgusto o de escándalo; nada, especialmente, que... sea indigno de la casa de oración y de la majestad de Dios." 

...el Concilio tridentino, en la sesión XXV, promulga leyes prudentísimas sobre la iconografía cristiana, y en una severa exhortación a los Obispos termina con estas palabras: "Finalmente, pongan en esto los Obispos tanta diligencia y cuidado, que no se vea nada desordenado o mal y confusamente dispuesto, nada profano, nada impropio, pues que a la casa de Dios conviene la santidad." 

Encárguense las obras de pintura, escultura y arquitectura sólo a aquellos artistas que aventajen a los demás en pericia y que sean capaces de expresar la fe y piedad sincera, fin de todo arte sagrado.



Digno de especial mención es lo que se prescribe en el canon 1.261 (del Código de Derecho canónico), según el cual los Ordinarios de lugar deben velar, "sobre todo, a fin de que en el culto divino... no se admita nada que sea extraño a la fe o esté en desacuerdo con la tradición eclesiástica", y en el canon 1.399, § I2 según el cual "están prohibidas por el mismo Derecho... las imágenes, en cualquier manera ejecutadas..., que se apartan del sentido y de las leyes de la Iglesia". 

También recientemente la Sede Apostólica ha reprobado ciertas desviaciones y contaminaciones del arte sagrado. Ni tiene ningún peso lo que algunos objetan: que hay que acomodar el arte sagrado a las necesidades y circunstancias de los tiempos modernos. Pues el arte sagrado, nacido con la comunidad cristiana, tiene sus propios fines, de los cuales no se puede apartar nunca, y sus propios deberes, a los cuales nunca puede faltar. Por eso Pío XI, de venerable memoria, en un discurso sobre el arte sagrado que pronunció en la inauguración de la Pinacoteca Vaticana, habiendo hecho mención de uno que llaman arte nuevo, añadió estas severas palabras: "Por lo demás, lo hemos manifestado ya muchas veces a los artistas y a los sagrados pastores : Nuestra esperanza, nuestro ardiente deseo, nuestra voluntad no puede ser otra sino que se obedezca a las leyes canónicas, claramente formuladas y aun sancionadas en el Código de Derecho Canónico; a saber: que semejante arte no se admita en nuestras iglesias, y que, con mucha mayor razón, no sea invitado a construirlas, a transformarlas, a decorarlas ; aunque abrimos las puertas de par en par y darnos la más sincera bienvenida a todo desarrollo sano y progresivo de las buenas y veneradas tradiciones, que, en tantos siglos de vida cristiana, en tanta diversidad de ambientes y de condiciones sociales y étnicas, han dado tantas pruebas de su inexhaurible capacidad para inspirar formas nuevas y hermosas, siempre que se las ha interrogado o estudiado o cultivado a la doble luz del genio y de la fe." 


Comentario (fragmento) que acompaña a la “Instrucción de la Congregación del Santo Oficio sobre Arte Sacro”:

Si sólo se tratase de presentar y decorar magníficamente la casa de Dios, habría mucha libertad de acción; pero éste es sólo un fin del arte religioso. El arte no entra en el templo para mero decoro; debe cumplir, además, otra finalidad: ayudar a la fe y a la oración. Y para cumplirlo, deberá evitar lo espectacular, lo truculento, lo que distraiga. "Nada debe ocurrir en el templo que perturbe o aun solamente disminuya la piedad y la devoción de los fieles". Así se comprende cómo ciertas formas, ciertos estilos y tendencias, artísticamente indiscutibles, no sirven para el templo. El arte sacro cumple con una misión educadora ante el pueblo cristiano: contribuye a la instrucción de los fieles, les ayuda a rezar. Es conocida la frase de SAN GREGORIO MAGNO: "Las pinturas murales de las iglesias son el libro de los que no saben leer." Teniendo en cuenta esta función social del arte sacro, evidentemente que no toda obra artística será apta para el culto.



Prohibidas las imágenes deformes. No es la novedad insólita lo más grave en la encrucijada de la plástica actual, sino la aversión a los principios clásicos de belleza. Un realismo sin freno ha llevado a algunos hasta lo grotesco y deforme: al feísmo o culto de lo feo. Toda producción artística tiende a estilizar las cosas reales; por lo tanto, a deformarlas en cierto modo; pero ahora se trata de la deformación como fin, a plena conciencia. A fin de huir de lo tradicionalmente bonito y agradable (id cuius apprehensio placet, de SANTO TOMÁS) se complacen en lo repulsivo y alucinante, en lo concebido entre fiebres. Esta escuela ha hecho la apología del arte negro, así como de cuanto sea barbarie y monstruosidad, y, cosa curiosa, prosperó al amparo de una revista parisiense con nombre de monstruo: "Minotaure'". ¡Qué lejos están de los postulados clásicos de belleza! En vez del esplendor del orden o del esplendor de la forma, impera lo desproporcionado y deforme. La Instrucción se apropia la frase que Pío XII dejó en la Mediator Dei: "Por la conciencia de nuestro deber no podemos menos de deplorar y reprobar aquellas imágenes y formas que algunos han introducido recientemente; las cuales parecen ser deformaciones y depravaciones del arte sano, y aun a veces abiertamente repugnan al decoro, a la modestia y a la piedad cristiana y lamentablemente ofenden al genuino sentimiento religioso. A tales obras hay que impedir absolutamente la entrada en nuestros templos y desterrarlas de ellos, como "en general, todo lo que desdice de la santidad del lugar". Lo deforme es inadmisible, no sólo porque nunca podrá cumplir con el doble fin del arte sagrado, sino porque dudamos seriamente que sea arte'.