«El
liberalismo y la Revolución son una misma cosa. El liberalismo es la doctrina
de la Revolución, y la Revolución es la aplicación práctica del liberalismo.
Esta práctica, como también la teoría, puede ser más o menos lógica, pues hay
la Revolución moderada y la Revolución radical; pero entre una y otra no hay
más diferencia que aquella que distingue el torrente cuando rompe su dique, del
torrente cuando inunda la campiña; o sea la diferencia que va entre el
principio y las consecuencias. Lo cual comprenderemos mejor aun considerando la
inexorable necesidad por la que los pueblos que se han dejado seducir por la
mentira del liberalismo, se ven obligados a beber todo el cáliz de sus
consecuencias».
R.P.
Henri Ramière