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sábado, 17 de octubre de 2015

COMENTARIOS ELEISON - ANGUSTIA DE PADRE



Número CDXXXI (431)
17 de octubre de 2015

Angustia de Padre

Mons. Williamson




Un padre de familia, ¿no sabe adonde virará?
Querido Padre, ¡Nuestro Señor nunca le traicionará!

Su Excelencia,

Lamento molestarlo, pero soy un padre responsable de llevar al Cielo muchas almitas que Dios me ha confiado, y nunca he estado tan perdido o confundido acerca de cómo hacerlo como lo estoy ahora. Trato de no sentirme desesperanzado al ver tanto mi mundo católico como el resto del mundo, en una caída en picada casi lista para estrellarse y quemarse. Un funcionario en los Estados Unidos de hoy en día es enviado a la cárcel si rechaza otorgar una licencia para un casamiento del mismo sexo. ¿Qué otro desastre sigue? Pero continúo esperanzado porque Dios nos ha dado muchos niños y otro está en camino. De hecho, ¿Por qué Dios está permitiéndonos traer más niños a este mundo cuando parece que estuviera por terminar? ¿Deberíamos mi esposa y yo prepararnos para verlos martirizados? Hasta ahora yo no había encontrado muy fácil la devoción a Nuestra Señora, pero ahora aún yo me encuentro recurriendo a Ella.

El problema inmediato es lo que ha pasado recientemente en nuestra parroquia local católica Tradicional. Nos mudamos aquí para garantizar, para los niños especialmente pero para nosotros también, la verdadera Misa y una formación católica. ¡Ay!, muchas cosas han salido a la luz que nos han dejado escandalizados, confundidos y sintiéndonos derrotados. Parece haber en juego influencias demoníacas, y hemos tenido que preguntarnos si incluso los sacerdotes no están bajo el malvado agarre de estas influencias, porque no son los mismos sacerdotes que hemos conocido un año atrás. Durante el último año hemos hecho todo lo que podíamos para ayudar, pero en vano. Hemos seguido asistiendo a Misa allí y tambien rezando, ayunando y haciendo Novenas con la esperanza que las cosas cambiaran. Hemos “vigilado y rezado”, y como la esposa de un alcohólico, hemos hecho excusas para ellos por tanto tiempo como pudimos. Pero finalmente han ocurrido cosas que nos empujan a buscar algo en otro lado, si queremos que nuestros niños no sufran la confusion acerca de su fe.

Entonces, ¿a donde vamos ahora? Obviamente quiero que los niños reciban los Sacramentos y sigan creciendo en la fe por asistir a una Misa válida, siempre que la tengamos. Para criar estas almas de los niños para Cristo, mi esposa y yo también necesitamos absolutamente las gracias de la Misa. Queremos vivir lejos de las grandes ciudades. Mi situación laboral es tal que puedo buscar trabajo en cualquier lugar en Estados Unidos. ¿A dónde vamos?


Querido padre de muchos niños,

Primero y principal, leyendo yo todo lo que usted escribe, déjeme aconsejarle que cuente sus bendiciones. Dios Todopoderoso no está haciendo las cosas fáciles para usted, pero tampoco las hizo fáciles para Su propio Hijo en la tierra. Este es un valle de lágrimas, pero en medio de las lágrimas, Dios le está dando a usted y a su familia muchas gracias. Usted está manteniendo la fe, a usted se le ha otorgado ver la necesidad de la Tradición sin compromiso, y el hecho que usted haga de la llegada de su familia al Cielo su primera gran prioridad es otra enorme gracia. Puede ser que el Diablo puso un gran obstáculo en su camino, pero usted ha visto que era él. Cuente con ello, habrá muchos más de tales obstáculos antes de que esta crisis acabe, y hay siempre el riesgo que los peores de estos vengan de los sacerdotes (“Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro”, dice San Pablo). Nunca se sorprenda por la maldad de hoy en día, el Diablo está desencadenado. Por consiguiente, por encima de todo, tenga bien presente cuanto Dios está haciendo por usted, tanto como Él hizo por la Sagrada Familia, a pesar de todos los apuros. Eso los pondrá en su correcta perspectiva. Y no se sorprenda si Dios exige que usted como padre de familia tome algunas decisiones varoniles para su futuro de ella. Dios no va a tomar estas decisiones en lugar suyo.

Bien, dirá usted, pero la pregunta permanece, ¿A dónde vamos? Respuesta, adonde usted esté seguro de encontrar en primer lugar trabajo para usted y, en segundo lugar, la verdadera Misa, en ese orden, porque la familia no puede sobrevivir sin el pan de cada día. En cuanto a la Misa, 20 años atrás uno no hubiera dudado en decir que debía ser la Misa de la Fraternidad San Pío X. Hoy, eso ya no es más tan seguro. Yo diría, vaya más por el sacerdote que por su Congregación o etiqueta. Espere fracasos y traiciones. Todos estamos a la deriva en un mar de apostasía. Pero tenga una ilimitada, una ilimitada confianza en Nuestro Señor y en Su Madre. Ellos nunca lo dejarán ir a usted a menos que usted desee ser dejado. Tenga compasión de todos los hombres en la confusion de hoy. Y que Dios lo bendiga.

Kyrie eleison.