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domingo, 26 de julio de 2015

COMENTARIOS ELEISON - LA CONFIANZA SUPLICA



Número CDXIX (419)
25 de julio de 2015

La Confianza Suplica

Mons. Williamson




Sobre la Iglesia la locura parece reinar ahora.
La confianza del Salmista precisamos, en medio de nuestro dolor.

Cuando en tiempos modernos el mundo comenzó a dar su espalda a Dios, ¿pensó él realmente que Él no lo notaría o que a Él no le importaría? La locura de hoy en día está alcanzando un clímax en el cual más y más almas deben estar dándose cuenta que el que Él entre en acción ha devenido una absoluta necesidad, y que será un gran acto de misericordia. Sin embargo, con el objeto de no desanimarnos mientras tanto, veamos cómo aún en los tiempos del Antiguo Testamento, el Salmista urgía a Dios entrar en acción, sin dudar por un momento en Su poder para hacer tal cosa. Los Salmos son una escuela de oración divinamente inspirada para todos los tiempos, y aplican tanto como al Nuevo Testamento como al Antiguo. Aquí está el Salmo 73 (74, numeración moderna):

A. LA ANSIEDAD

[1] ¿Por qué, oh Dios, nos desechas para siempre? ¿Por qué arde tu ira contra el rebaño de tu dehesa? [2] Acuérdate de tu grey (los Católicos) que hiciste tuya desde antiguo, de la estirpe que rescataste para hacerla tu herencia; del monte Sión (la Iglesia Católica) que elegiste para morada tuya. [3] Dirige tus pasos hacia esas perpetuas ruinas; todo lo ha devastado el enemigo en el Santuario (por ejemplo del Novus Ordo). [4] Los que te odian rugieron en el recinto de tus asambleas (por ejemplo, en la liturgia); pusieron sus enseñas por trofeo. [5] Talaron allí como quien alza la segur en lo espeso de la selva; [6] y ya con hacha y martillo hacen pedazos sus puertas. [7] Entregaron al fuego tu Santuario, profanaron, arrasándolo, el tabernáculo de tu Nombre. [8] Decían en su corazón: “Destruyámoslos por completo; pegad fuego a todas las sinagogas de Dios (iglesias católicas) en el país”. [9] Ya no vemos nuestras señales, ya no hay profeta, ni queda entre nosotros quien sepa hasta cuándo. [10] ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el enemigo? ¿Ha de blasfemar siempre tu Nombre el adversario? [11] ¿Por qué retiras tu mano y retienes en tu seno tu diestra?

B. LA CONFIANZA

[12] Porque Tú, Yahvé, eres nuestro Rey, el que de antiguo ha obrado la salvación en medio de la tierra. [13] Tú dividiste el mar con tu poder y quebrantaste la cabeza de los dragones en las aguas; [14] Tú aplastaste las cabezas de Leviatán, y lo diste por comida a las fieras que pueblan el desierto. [15] Tú hiciste brotar fuentes y torrentes, y secaste ríos perennes. [16] Tuyo es el día y tuya la noche; Tú pusiste los astros y el sol. [17] Tú trazaste todos los confines de la tierra; el verano y el invierno Tú los hiciste.

C. LA SUPLICA

[18] Recuérdalo Yahvé: el enemigo blasfema; un pueblo impío ultraja Tu nombre. [19] No entregues al buitre la vida de tu tórtola (Católicos que mantienen la Fe); no quieras olvidar perpetuamente a tus pobres. [20] Vuelve los ojos a tu alianza (la Iglesia católica), pues todos los rincones del país son guaridas de violencia (por ejemplo, del Nuevo Orden Mundial); [21] no sea que el oprimido, en su confusión, se vuelva atrás; puedan el pobre y el desvalido alabar tu Nombre. [22] Levántate, Dios, defiende tu causa; recuerda cómo el insensato te insulta continuamente. [23] No te olvides del vocerío de tus adversarios, porque crece el tumulto de los que se levantan contra Ti.

Kyrie eleison.