“Esta
es la hora de la intransigencia, esta es la hora de hablar el lenguaje que
Cristo nos recomienda en el Sermón de
la Montaña: Sí, sí. No, no. Esta es la hora de la obstinación invencible,
de la constancia persistente, de la fidelidad continuada. Es cierto, nosotros
no tenemos la fuerza del número, no
tenemos la fuerza del dinero, no tenemos la fuerza de las armas,
no tenemos la fuerza de las logias ni de los poderes ocultos pero nosotros
tenemos la fuerza de Cristo y en la
manera en que esa fuerza irradie en nosotros y Cristo viva en nosotros
más que nosotros mismos en esa misma medida seremos invencibles aún en la derrota
porque después de todo este es un lugar de paso, de prueba y de testimonio y lo importante
es que seamos capaces de ser hasta la muerte y sobre todo en la hora de la muerte
testigos de la verdad.”
Jordán Bruno Genta