“Judíos y cristianos, podemos
continuar trabajando juntos por el bien de la humanidad”, el Papa a B’nai
B’rith International
(RV).- “El respeto de la
vida y de la creación, la dignidad humana, la justicia, la solidaridad pueden
unirnos para el desarrollo de la sociedad y para asegurar un futuro rico de
esperanza para las generaciones que vendrán”, lo dijo el Papa Francisco a los
miembros de la Delegación de B’nai B’rith International, Organización
internacional que busca la unidad del pueblo judío y la fraternidad entre los
hombres, a quienes recibió este jueves 25 de junio, en la Sala de los Papas en
el Vaticano.
En su discurso el Santo Padre
resaltó “el camino de recíproco conocimiento y estima entre los judíos y los
católicos, sobre la base del gran patrimonio espiritual que, gracias a Dios,
tenemos en común”. Considerando los cincuenta años de historia de diálogo
sistemático entre la Iglesia católica y el Judaísmo, no puedo dejar de
agradecer al Señor, afirmó el Pontífice, por tantos progresos alcanzados. Sean
iniciado numerosas iniciativas de recíproca comprensión y de diálogo; sobre
todo se ha ido desarrollando un sentimiento confianza y aprecio mutuo.
En este sentido, el Obispo de
Roma subrayó que judíos y católicos podemos trabajar juntos en diversos ámbitos
de la sociedad. “Son muchos los campos en los cuales, judíos y cristianos,
podemos continuar trabajando juntos por el bien de la humanidad de nuestro
tiempo. El respeto de la vida y de la creación, la dignidad humana, la
justicia, la solidaridad puede unirnos para el desarrollo de la sociedad y para
asegurar un futuro rico de esperanza para las generaciones que vendrán. De
manera especial, estamos llamados a orar y trabajar juntos por la paz.
Lamentablemente, son muchos los Países y las regiones del mundo que viven en
situaciones de conflicto – pienso particularmente en Tierra Santa y el Oriente
Medio – y que necesitan un compromiso valeroso por la paz: ésa no solamente se
desea, sino se busca y se construye pacientemente y tenazmente, con la
participación de todos, en especial de los creyentes”.
Asimismo, el Sucesor de Pedro
recordó los importantes aportes de sus predecesores, quienes trabajaron por la
amistad entre judíos y católicos. “En particular deseo mencionar a San Juan
XXIII y San Juan Pablo II. El primero salvó a muchos judíos durante la segunda
guerra mundial, los encontró muchas veces y quiso fuertemente un documento
conciliar sobre este tema; del segundo están siempre vivos en nuestra memoria
algunos gestos históricos, como la visita a Auschwitz y aquella al Templo Mayor
de Roma”.
Siguiendo sus huellas, dijo
el Papa y con la ayuda de Dios, deseo continuar este camino, animado además por
tantas bellas experiencias de encuentro y de amistad vividas en Buenos Aires.
Por ello, pido al Todopoderoso y Eterno que bendiga abundantemente nuestro
diálogo, invocó Francisco, sobre todo en este año en el cual se celebra el
quincuagésimo aniversario de Nostra Aetate, para que nuestra amistad crezca
siempre más y traiga abundantes frutos para nuestras comunidades y para la
entera familia humana.
Discurso completo del Papa Francisco
Queridos amigos,
Me complace saludarlos, en
ocasión de esta visita al Vaticano. Mis predecesores han recibido a las
delegaciones de B’nai B’rith International en diversas ocasiones, y hoy yo les
doy la bienvenida con renovada y respetuosa cordialidad.
Su organización tiene contactos
con la Santa Sede desde cuando fue promulgada la Declaración conciliar Nostra
Aetate, que constituye un hito en el camino de reciproco conocimiento y estima
entre los judíos y los católicos, sobre la base del gran patrimonio espiritual
que, gracias a Dios, tenemos en común.
Considerando estos cincuenta
años de historia de diálogo sistemático entre la Iglesia católica y el
Judaísmo, no puedo dejar de agradecer al Señor por tantos progresos alcanzados.
Sean iniciado numerosas iniciativas de reciproca comprensión y de diálogo;
sobre todo se ha ido desarrollando un sentimiento de mutua confianza y aprecio.
Son muchos los campos en los cuales, judíos y cristianos, podemos continuar
trabajando juntos por el bien de la humanidad de nuestro tiempo. El respeto de
la vida y de la creación, la dignidad humana, la justicia, la solidaridad puede
unirnos para el desarrollo de la sociedad y para asegurar un futuro rico de
esperanza para las generaciones que vendrán. De manera especial, estamos
llamados a orar y trabajar juntos por la paz. Son muchos, lamentablemente, los
Países y las regiones del mundo que viven en situaciones de conflicto – pienso
particularmente en Tierra Santa y el Oriente Medio – y que necesitan un
compromiso valeroso por la paz: ésa no solamente se desea, sino se busca y se
construye pacientemente y tenazmente, con la participación de todos, en
especial de los creyentes.
En este momento, junto con
ustedes, quisiera recordar con sincera gratitud a todos aquellos que han
trabajado por la amistad entre judíos y católicos. En particular deseo
mencionar a San Juan XXIII y San Juan Pablo II. El primero salvó a muchos
judíos durante la segunda guerra mundial, los encontró muchas veces y quiso
fuertemente un documento conciliar sobre este tema; del segundo están siempre
vivos en nuestra memoria algunos gestos históricos, como la visita a Auschwitz
y aquella al Templo Mayor de Roma. Siguiendo sus huellas, con la ayuda de Dios,
deseo continuar este camino, animado además por tantas bellas experiencias de
encuentro y de amistad vividas en Buenos Aires.
Que el Todopoderoso y Eterno
bendiga abundantemente nuestro diálogo, sobre todo en este año en el cual se
celebra el quincuagésimo aniversario de Nostra Aetate, para que nuestra amistad
crezca siempre más y traiga abundantes frutos para nuestras comunidades y para
la entera familia humana. Gracias.
(Traducción del italiano,
Renato Martinez – RV)
La
noticia en el sitio oficial de la logia masónica:
SOBRE
LA B’NAI B’RITH: