Te
Deum del 25 de Mayo
El "show" va a comenzar, para "todos y todas". Puede seguirse por televisión dentro del mismo templo, hermosamente restaurado...para esto. |
La Madama del gobierno sonríe satisfecha, ella es el centro de las miradas y las cámaras no dejan de apuntarle. |
Mientras espera lanza miraditas a los costados, para encontrar lacayos que le sonríen, de los que nunca faltan. |
No podían faltar los representantes de diversas sectas que aplauden entusiasmados a Francisco "para que todos seamos uno": en el Nuevo Orden Mundial anticristiano. |
Esto recién empieza y ya se fastidian. Es que el obispo resulta un poco soso... |
Cristina resopla. Ella está acostumbrada a que la escuchen, no a escuchar. Pero tu obispo Radrizzani será breve, no te preocupes... |
Bueno, siempre hay algún conocido por allí, hay que saludar... |
La multitud devota escucha con unción el sermón del obispo... |
Antes de empezar los obispos tuvieron tiempo para reír a carcajadas, todo es risa para estos impíos personajes... |
Scioli no aguanta más. El tedio parece hundirlo en su silla. Se le ha ido la sonrisa electoral. |
El obispo adulador de los gobernantes parece disfrazado. Su voz de funcionario público lee blandamente palabras que nadie escucha. Es la imagen de la miserable iglesia ratonil del Vaticano II. |
"Por favor, que termine de una vez", parece pensar la Presidente de la boquita pintada, que oscila entre la carcajada y la lágrima bipolares. Y pensar que sus discursos duran horas... |
Seguimos viendo gente muy devota, complacida de estar en la casa de Dios. Entre ellos dos izquierdistas como el juez corrupto español Baltasar Garzón y el actor ateo y anticristiano Gerardo Romano. |
Momento en que el obispo lacayo vierte elogios sobre el gobierno. La Madama sonríe complacida. |
Retrato del odio visceral. Si los dejaran quemarían la basílica. |
El obispo y su inanidad. Por no decir "y su falta de virilidad". |
Final con regalitos. |
Unas palabras de las falsas religiones, hay que ser inclusivo. |
Obispo amanerado se lanza sobre su Reina. |
Debe llenarla de besos. |
Un momento más tarde el obispo "fan" de Cristina se lanza sobre ella nuevamente, para seguir festejándola, mientras un sacerdote de voz femenil observa muy contento. |
***
Parece ser que la Basílica de Luján,
restaurada materialmente con los dineros del Estado, debiera llamarse ahora “Luna Park” o “Centro Cultural Néstor Kirchner”, en atención a lo
que allí sucede con cada vez más frecuencia, pues en vez de ser el templo donde
se adore “en espíritu y en verdad” a Dios, al verdadero Dios Santísima
Trinidad, simplemente se organizan y ejecutan dentro shows y espectáculos aberrantes,
impíos, profanos y vergonzosos, que no tienen como destinatario sino al poder
político “todopoderoso” a quien toda honra le es ofrendada. Desde luego que
esto tiene mucha historia, y las aberraciones allí consumadas o permitidas no
son ni únicas ni nuevas, por parte de la iglesia conciliar. Pero en este caso,
y a tono con el sesgo circense y banal adoptado por Francisco en Roma, fruto de
su enfermedad modernista que en los hechos lo lleva a apostatar de la verdadera
religión católica de la manera más vulgar y guaranga, Luján en consonancia abre
sus puertas de par en par a los enemigos declarados o de hecho de Cristo y la
religión católica, con una impunidad absoluta, aunque desde luego transitoria,
mientras Dios no disponga de su poder para intervenir justicieramente, como más
temprano que tarde hará. Si hasta parece que eran más dignos los perros que
pululaban pulguientos y cansinos por sus pasillos, que esta turbamulta de
renegados rockeros, sodomitas y abortistas que hicieron atronar sus muros sagrados
con su griterío infernal, remanentes de la escuela de Frankfurt hoy bajo
control del Estado y las multinacionales discográficas.
Pues bien, tras la profanación reciente
por la tropa desmañada de rebeldes que promociona y subvenciona el gobierno
kirchnerista, ahora por motivo del acostumbrado Te Deum (y no “tedeum” como
insisten en repetir los periodistas y cagatintas de los medios de masas) del 25
de mayo, para dar “gracias” por la revolución de mayo (lógicamente), la casta
politiquera oficialista a pleno arrastró sus patas obedientes y pesarosas para
demostrar que el sumidero democrático también es “católico, apostólico y
romano”, al menos una vez al año, cuando el por ahora inevitable protocolo lo demanda.
Allí asistieron con gesto hostil,
burlón, ofensivo o desafiante, la cáfila de cochambrosos delincuentes que
someten, esquilman y envician a este pobre país. Encabezados por la tilinga que
funge de Presidente (no “Presidenta”) que con gestos de vedette de la calle
Corrientes y risas nerviosas, nunca atinó a darse cuenta de dónde había
ingresado, si por lo menos alguna vez alguien le informó qué es una iglesia,
así sin el menor respeto y decoro, deambulando como por una pasarela de “fashion
week”, así fue acogida calurosamente por el obispo pérfido de turno y sus
correspondientes alcahuetes que zalameros se acercaron a la reina del carnaval
democrático del homomonio, la usura, la venganza, la mentira y el desfalco. Con
ella los serviles que arruinan al pueblo, los que mataron en los años ’70 desde
las bandas de terroristas marxistas, los que hoy roban y matan con guante
blanco desde los ministerios, secretarías y gobernaciones, los que asaltaron y
tomaron comisarías en pleno régimen constitucional, los renegados “artistas” que
blasfeman impúdicamente, más un largo etcétera, asentaron sus odios deicidas y
sus tedios de orates en la Basílica nacional de Argentina. Agentes activos de
la degeneración anticristiana, fueron recibidos con las mayores muestras de
obsecuencia y pleitesía por los nuevos judas y caifases que simulando ser
cristianos, afrentan la verdadera fe cristiana, viendo cómo se escupe
nuevamente al rostro de Nuestro Señor en medio de carcajadas. Ni la menor
muestra de devoción, reverencia, recogimiento o temor de Dios, se pudo advertir
a lo largo de la ceremonia íntegramente televisada. Nadie osó realizar el menor gesto de
genuflexión ante Nuestro Señor. Por el contrario, la procacidad, la
descompostura, el hastío, la vacuidad y el desdén se observaron tanto por parte
de los “fieles” como de parte de los “oficiantes” de la ceremonia “religiosa”.
Allí se dieron cita, mientras la patria gime envilecida en su agonía
“los
obradores de iniquidad
que
hablan paz a su prójimo
y
maquinan el mal en su corazón”
(Salmo 27,3).
Y entonces pedimos nosotros con el Rey
David la Justicia divina ante un panorama desolador:
“Retribúyeles
conforme a sus obras
y
a la malicia de sus maquinaciones;
págales
según su conducta,
dales
su merecido.
porque
no paran mientes en los hechos”
(Salmo 27,4)
Recordando también estas palabras de
nuestro Dios:
“Entended
estas cosas los que os olvidáis de Dios;
no
sea que Yo os destroce y no haya quien os salve.
El
que me ofrece el sacrificio de alabanza,
ése
es el que me honra;
y
al que anda en sinceridad,
a
ése le haré ver la salvación de Dios”
(Salmo 49, 22,23)
Y a cambio del sermón o discurso
enteramente anodino, insípido, descolorido, temeroso e inofensivo que exhaló por
su boca el obispo Agustín Radrizzani, para quedar bien con los criminales que
sojuzgan la Argentina, nosotros entendemos que sólo unas palabras como las que
siguen, sólo unas palabras de esa contextura moral, enteramente veraces y
lanzadas con la energía requerida, habrían sido las justas y misericordiosas
palabras para poner las cosas en su exacto lugar, para que la verdad, la gran
ausente de la ceremonia en la basílica, mostrara con total y absoluta claridad
que allí estaba Dios:
-... somos una nación degradada, subvertida
en sus valores, sin fundamento, sin asiento, sin seriedad... por causa de una
educación que ni siquiera ha sido mala educación, nos hemos convertido en una
sementera de tilingos, en el paraíso de los ladrones y, en ciertos momentos
grotescos, en la polichinela del mundo. Muchas veces me pregunto si, para ser
eso que progresivamente somos no hubiese sido mejor ser una colonia como
Canadá. Digo esto por algo bien concreto y que sería maula callar, los pueblos
distorsionados y corrompidos no pueden ser independientes, ni les conviene
tampoco…
Creo demasiado en el patriotismo, ¡pero
cuidado con la endemoniada palabra! Es buen momento para recordar que no todo
patriotismo es una virtud. Muchas veces puede ser un vicio o una alharaca. Hay
preguntas para hacer: “sí no amas al prójimo, al que ves, ¿cómo amarás a la
patria, a la que no ves?” Por otra parte tenemos que reconocer que a veces a la
patria no se la puede amar, sólo se la puede compadecer. Creo que es legítimo
preguntarse: cuando Jesucristo lloraba sobre Jerusalén, ¿lloraba porque la
amaba? Yo digo que no: no podía amar a esa gran porquería en que se había
convertido un estado que estaba bajo la dirección del hipócrita Caifás, el
payaso Herodes y el poder efectivo de una potencia extranjera...
No veo al
héroe que sea capaz de dar el golpe de timón, no veo los grupos unidos capaces
de secundar al héroe; no veo ni siquiera la masa consciente por lo menos del
mal... veo una comunidad satisfecha de su degeneración cuyo ideal sería una
esclavitud confortable.
(Reportaje al Padre Leonardo Castellani en revista
Siete Días, 1980, 2ª parte).
¡Viva
Cristo Rey!