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martes, 26 de mayo de 2015

BASÍLICA DE LUJÁN: SOBRE LLOVIDO, MOJADO


Te Deum del 25 de Mayo

El "show" va a comenzar, para "todos y todas". Puede seguirse por televisión dentro del mismo templo, hermosamente restaurado...para esto.

La Madama del gobierno sonríe satisfecha, ella es el centro de las miradas y las cámaras no dejan de apuntarle.

Mientras espera lanza miraditas a los costados, para encontrar lacayos que le sonríen, de los que nunca faltan.

Daniel Scioli, Gobernador de la Pcia. de Buenos Aires, resopla hastiado, ¡y eso que todavía no empieza la ceremonia! Las iglesias no son para él, se siente más cómodo en el programa de Tinelli, por supuesto...

Oh, esas caras de hombres orantes (!!!) Julián Domínguez, Pte. de la "honorable" Cámara de diputados de la Nación; detrás el Ministro Florencio Randazzo, pre-candidato a Presidente. Éste fue el Ministro del Interior que le pidió a Mons. Williamson que dejara el país.

No podían faltar los representantes de diversas sectas que aplauden entusiasmados a Francisco "para que todos seamos uno": en el Nuevo Orden Mundial anticristiano.

Esto recién empieza y ya se fastidian. Es que el obispo resulta un poco soso...

Cristina resopla. Ella está acostumbrada a que la escuchen, no a escuchar. Pero tu obispo Radrizzani será breve, no te preocupes...

Bueno, siempre hay algún conocido por allí, hay que saludar...

La multitud devota escucha con unción el sermón del obispo...

Antes de empezar los obispos tuvieron tiempo para reír a carcajadas, todo es risa para estos impíos personajes...




Ocupa su lugar el "devoto" Carlos Kunkel, terrorista asesino de los años '70 en el grupo Montoneros. Delante de él el hijo de terroristas de los '70, de la agrupación vengativa H.I.J.O.S. Juan Cabandié, también diputado nacional.

Parece que las gárgolas han entrado a la iglesia. Caras que lo dicen todo. De izq. a derecha: Carlos "chino" Zannini, Secretario Legal y Técnico de la Presidencia, maoísta de los años '70, uno de los funcionarios con más poder del gobierno; Agustín Rossi, otro subversivo alcahuete del gobierno, Ministro de Defensa de la Nación; Aníbal Fernández, actual Jefe de Gabinete de Ministros, nefasto personaje promotor de la drogadicción y cuanta corrupción pueda destruir la sociedad.

Scioli no aguanta más. El tedio parece hundirlo en su silla. Se le ha ido la sonrisa electoral.

El obispo adulador de los gobernantes parece disfrazado. Su voz de funcionario público lee blandamente palabras que nadie escucha. Es la imagen de la miserable iglesia ratonil del Vaticano II.

"Por favor, que termine de una vez", parece pensar la Presidente de la boquita pintada, que oscila entre la carcajada y la lágrima bipolares. Y pensar que sus discursos duran horas...

Otros que no soportan tener que estar en una iglesia. El patilludo Axel Kicillof, Ministro de Economía judío y marxista cumple su deber; adelante su paisano Héctor Timerman, Ministro de Relaciones Exteriores. La mujer de adelante aguanta como puede.

Seguimos viendo gente muy devota, complacida de estar en la casa de Dios. Entre ellos dos izquierdistas como el juez corrupto español Baltasar Garzón y el actor ateo y anticristiano Gerardo Romano.

Actores afines al gobierno. Ana María Picchio, una de las protagonistas del programa anticatólico "Esperanza mía", que tanto complace al "Monseñor" afeminado Tucho Fernández. A su lado Gerardo Romano, que odia a la Iglesia Católica y actualmente representa un unipersonal titulado "Un judío común y corriente". El odio que llevan en sus caras es indisimulable.

Siguen los rostros resentidos. Una madre o abuela de Plaza de Mayo y a su lado activistas junto al juez corrupto Garzón. El viejo no se priva de hacer la señal de la victoria, que es en realidad la señal del diablo.

Momento en que el obispo lacayo vierte elogios sobre el gobierno. La Madama sonríe complacida.

Retrato del odio visceral. Si los dejaran quemarían la basílica.

El obispo y su inanidad. Por no decir "y su falta de virilidad". 

Final con regalitos.

Unas palabras de las falsas religiones, hay que ser inclusivo.

Obispo amanerado se lanza sobre su Reina.

Debe llenarla de besos.

Un momento más tarde el obispo "fan" de Cristina se lanza sobre ella nuevamente, para seguir festejándola, mientras un sacerdote de voz femenil observa muy contento.

***

Parece ser que la Basílica de Luján, restaurada materialmente con los dineros del Estado, debiera llamarse ahora “Luna Park” o “Centro Cultural Néstor Kirchner”, en atención a lo que allí sucede con cada vez más frecuencia, pues en vez de ser el templo donde se adore “en espíritu y en verdad” a Dios, al verdadero Dios Santísima Trinidad, simplemente se organizan y ejecutan dentro shows y espectáculos aberrantes, impíos, profanos y vergonzosos, que no tienen como destinatario sino al poder político “todopoderoso” a quien toda honra le es ofrendada. Desde luego que esto tiene mucha historia, y las aberraciones allí consumadas o permitidas no son ni únicas ni nuevas, por parte de la iglesia conciliar. Pero en este caso, y a tono con el sesgo circense y banal adoptado por Francisco en Roma, fruto de su enfermedad modernista que en los hechos lo lleva a apostatar de la verdadera religión católica de la manera más vulgar y guaranga, Luján en consonancia abre sus puertas de par en par a los enemigos declarados o de hecho de Cristo y la religión católica, con una impunidad absoluta, aunque desde luego transitoria, mientras Dios no disponga de su poder para intervenir justicieramente, como más temprano que tarde hará. Si hasta parece que eran más dignos los perros que pululaban pulguientos y cansinos por sus pasillos, que esta turbamulta de renegados rockeros, sodomitas y abortistas que hicieron atronar sus muros sagrados con su griterío infernal, remanentes de la escuela de Frankfurt hoy bajo control del Estado y las multinacionales discográficas.

Pues bien, tras la profanación reciente por la tropa desmañada de rebeldes que promociona y subvenciona el gobierno kirchnerista, ahora por motivo del acostumbrado Te Deum (y no “tedeum” como insisten en repetir los periodistas y cagatintas de los medios de masas) del 25 de mayo, para dar “gracias” por la revolución de mayo (lógicamente), la casta politiquera oficialista a pleno arrastró sus patas obedientes y pesarosas para demostrar que el sumidero democrático también es “católico, apostólico y romano”, al menos una vez al año, cuando el por ahora inevitable protocolo lo demanda.  

Allí asistieron con gesto hostil, burlón, ofensivo o desafiante, la cáfila de cochambrosos delincuentes que someten, esquilman y envician a este pobre país. Encabezados por la tilinga que funge de Presidente (no “Presidenta”) que con gestos de vedette de la calle Corrientes y risas nerviosas, nunca atinó a darse cuenta de dónde había ingresado, si por lo menos alguna vez alguien le informó qué es una iglesia, así sin el menor respeto y decoro, deambulando como por una pasarela de “fashion week”, así fue acogida calurosamente por el obispo pérfido de turno y sus correspondientes alcahuetes que zalameros se acercaron a la reina del carnaval democrático del homomonio, la usura, la venganza, la mentira y el desfalco. Con ella los serviles que arruinan al pueblo, los que mataron en los años ’70 desde las bandas de terroristas marxistas, los que hoy roban y matan con guante blanco desde los ministerios, secretarías y gobernaciones, los que asaltaron y tomaron comisarías en pleno régimen constitucional, los renegados “artistas” que blasfeman impúdicamente, más un largo etcétera, asentaron sus odios deicidas y sus tedios de orates en la Basílica nacional de Argentina. Agentes activos de la degeneración anticristiana, fueron recibidos con las mayores muestras de obsecuencia y pleitesía por los nuevos judas y caifases que simulando ser cristianos, afrentan la verdadera fe cristiana, viendo cómo se escupe nuevamente al rostro de Nuestro Señor en medio de carcajadas. Ni la menor muestra de devoción, reverencia, recogimiento o temor de Dios, se pudo advertir a lo largo de la ceremonia íntegramente televisada. Nadie osó realizar el menor gesto de genuflexión ante Nuestro Señor. Por el contrario, la procacidad, la descompostura, el hastío, la vacuidad y el desdén se observaron tanto por parte de los “fieles” como de parte de los “oficiantes” de la ceremonia “religiosa”. Allí se dieron cita, mientras la patria gime envilecida en su agonía

“los obradores de iniquidad
que hablan paz a su prójimo
y maquinan el mal en su corazón”
 (Salmo 27,3).

Y entonces pedimos nosotros con el Rey David la Justicia divina ante un panorama desolador:

“Retribúyeles conforme a sus obras
y a la malicia de sus maquinaciones;
págales según su conducta,
dales su merecido.
porque no paran mientes en los hechos”
(Salmo 27,4)

Recordando también estas palabras de nuestro Dios:

“Entended estas cosas los que os olvidáis de Dios;
no sea que Yo os destroce y no haya quien os salve.
El que me ofrece el sacrificio de alabanza,
ése es el que me honra;
y al que anda en sinceridad,
a ése le haré ver la salvación de Dios”
(Salmo 49, 22,23)

Y a cambio del sermón o discurso enteramente anodino, insípido, descolorido, temeroso e inofensivo que exhaló por su boca el obispo Agustín Radrizzani, para quedar bien con los criminales que sojuzgan la Argentina, nosotros entendemos que sólo unas palabras como las que siguen, sólo unas palabras de esa contextura moral, enteramente veraces y lanzadas con la energía requerida, habrían sido las justas y misericordiosas palabras para poner las cosas en su exacto lugar, para que la verdad, la gran ausente de la ceremonia en la basílica, mostrara con total y absoluta claridad que allí estaba Dios:



-... somos una nación degradada, subvertida en sus valores, sin fundamento, sin asiento, sin seriedad... por causa de una educación que ni siquiera ha sido mala educación, nos hemos convertido en una sementera de tilingos, en el paraíso de los ladrones y, en ciertos momentos grotescos, en la polichinela del mundo. Muchas veces me pregunto si, para ser eso que progresivamente somos no hubiese sido mejor ser una colonia como Canadá. Digo esto por algo bien concreto y que sería maula callar, los pueblos distorsionados y corrompidos no pueden ser independientes, ni les conviene tampoco…
Creo demasiado en el patriotismo, ¡pero cuidado con la endemoniada palabra! Es buen momento para recordar que no todo patriotismo es una virtud. Muchas veces puede ser un vicio o una alharaca. Hay preguntas para hacer: “sí no amas al prójimo, al que ves, ¿cómo amarás a la patria, a la que no ves?” Por otra parte tenemos que reconocer que a veces a la patria no se la puede amar, sólo se la puede compadecer. Creo que es legítimo preguntarse: cuando Jesucristo lloraba sobre Jerusalén, ¿lloraba porque la amaba? Yo digo que no: no podía amar a esa gran porquería en que se había convertido un estado que estaba bajo la dirección del hipócrita Caifás, el payaso Herodes y el poder efectivo de una potencia extranjera...
No veo al héroe que sea capaz de dar el golpe de timón, no veo los grupos unidos capaces de secundar al héroe; no veo ni siquiera la masa consciente por lo menos del mal... veo una comunidad satisfecha de su degeneración cuyo ideal sería una esclavitud confortable.

(Reportaje al Padre Leonardo Castellani en revista Siete Días, 1980, 2ª parte).






¡Viva Cristo Rey!