Nicolás Breglia, Gran
maestre de la Gran Logia Argentina de
Libres y Aceptados Masones de Argentina.
FUENTE
07-09-2014 -
Nicolás Breglia
es la cara en Argentina de una organización por siglos vinculada al misterio y
la intriga: la masonería. Máximo referente de la Gran Logia Argentina de Libres
y Aceptados Masones, Breglia estuvo en Salta para hablar de la historia de la institución
y dijo que las novelas que relacionan a los masones con intereses económicos o
políticos son "ficciones que tratan de vender".
Además,
consideró "sectario" que haya educación religiosa en las escuelas
públicas de la provincia y, pese a que las logias
tuvieron enfrentamientos históricos con la Iglesia Católica, afirmó que hoy
apoyan al papa Francisco por su concepción ideológica.
También reveló que Juan Domingo Perón estuvo ligado a
la masonería, dato hasta ahora poco difundido.
-¿Hay una
apertura de la masonería a la sociedad?
-Sí. La apertura empieza a partir de la
reinstalación de la democracia en la Argentina. A la masonería le va muy bien
en las democracias y muy mal en las dictaduras, porque hemos sido
perseguidos. Creemos que la sociedad está necesitando nuevamente de la
aparición de la masonería porque ofrece un ámbito neutral de debate.
-¿Cuál es el
aporte de la masonería a la historia argentina?
-La masonería tuvo participación en todos los hechos
trascendentes de la política argentina y estuvo presente en dos grandes
proyectos que vertieron de ella. Uno es el proyecto de salud. Los hospitales
públicos de la ciudad de Buenos Aires, en su mayoría, llevan nombres de médicos
masones. Los masones que vinieron con la inmigración crearon mutuales en todos
los barrios y eso da origen a los hospitales de colectividades, como el
Italiano. El otro es el proyecto educativo que Domingo Faustino Sarmiento preparó para Chile pero que el presidente
chileno rechazó porque quería una educación estratificada para aristócratas y
obreros.
Entonces Sarmiento se viene enojado a la Argentina y
presenta el proyecto en la masonería. Se forma la logia docente presidida por
Vicente Fidel López. Convocan a los grandes pedagogos del país y trabajan en el
congreso pedagógico de 1882.
Ellos son los que logran la sanción de la ley 1420, que se denomina "de los
guardapolvos blancos" porque iguala y da la posibilidad a todos, sin
distinciones de clases sociales, de incorporar conocimiento. Ese proceso va
culminar en 1918 con la reforma universitaria. Si se lee el manifiesto liminar
del año 18, es una definición masónica sobre el libre pensamiento y el
laicismo. Ese proyecto educativo provoca una verdadera revolución en Argentina.
Como todos tienen acceso a una educación de calidad, de familias obreras salían
presidentes de la Nación. Desde 1945 en adelante, los presidentes argentinos
han sido descendientes de los expulsados por la pobreza y la miseria de la
vieja Europa. La actual presidenta es hija de un chofer de colectivo. Raúl
Alfonsín era nieto de un gallego analfabeto. Los padres de Arturo Illia eran
prácticamente iletrados. Ese proyecto le brindó al país cinco premios Nobel y
lo puso a la cabeza de Latinoamérica. Empezamos a añorarlo cuando comenzamos a
perderlo. Desde la década del 90 ha habido un estancamiento en la movilidad
social y ha crecido la educación privada. No estamos en contra de la educación
privada, pero creemos que la educación pública tiene que ser de calidad en
todos los niveles.
-En Salta hay un
debate con respecto a la educación laica porque en la escuela pública se dictan
clases de religión.
-Estamos en contra de eso porque creemos que es una
actitud totalmente sectaria. Yo soy católico. Pero la concepción religiosa
tiene que estar en el ámbito privado.
Yo no puedo obligar a otra persona a que
piense como yo. Tengo que respetar la convicción del otro. No puedo en el
ámbito público, que está pagado por todo el mundo, adoptar actitudes sectarias
y obligar a estudiar una determinada religión a gente que no la tiene o que no
es creyente. Tengo que respetar a esas personas.
La masonería plantea convivir con el que piensa
diferente, pero no para convencerlo, sino para que reafirme sus propias
convicciones y lleguemos a acuerdos comunes.
-¿Por qué la
masonería se asocia con algo secreto y oculto?
-Porque cuando
la masonería nace, era total y absolutamente revolucionaria. Y nace para
enfrentar a factores de poder que creían que eran inamovibles. Y los combate. Si
esas personas se identificaban, las mataban y perseguían a sus familias. Cuando
se empieza a cuestionar el derecho divino de los reyes, cuando empezamos a
plantear que la justificación de la relación de mando y obediencia del poder es
porque el pueblo así lo decidió, nos condenan.
El masón tiene
que ser un hombre no conformista. No tiene que aceptar consignas en forma
mesiánica. Desde que estamos en democracia, prácticamente no hemos sido
perseguidos en Argentina. Pero sí hay provincias donde ser masón es un
problema.
-¿Es el caso de
Salta?
-En Salta nos
han tolerado. No toda Iglesia está en contra de nosotros. Hay toda
una Iglesia progresista que está a favor nuestro, como la Jesuita. Pero hay una
Iglesia reaccionaria en algunas provincias como Catamarca o Santiago del Estero
y ahí sí están en contra de nosotros, que somos democráticos y laicos.
Con la Iglesia
Católica hubo enfrentamientos pero en el campo político, no en el religioso.
Las condenas de la Iglesia a la masonería son por temas como el divorcio o por
ser laicos.
El papa, que representa al sector democrático dentro
de la Iglesia y tiene una gran afinidad con nosotros por ser jesuita, cuando
sube al papado lo primero que dice es: "Soy republicano, laico,
democrático y anticlerical". Por todo eso, nosotros fuimos excomulgados.
Al asumir el papa esa concepción ideológica, lo apoyamos activamente.
-En los últimos
años salieron series, películas y libros que asocian a la masonería con la
defensa de grandes intereses económicos y políticos oscuros ¿Cómo ven esas
representaciones?
-Son ficciones que tratan de vender. La
masonería representa a la sociedad de forma transversal. Tenemos a obreros,
empresarios, políticos, empleados públicos y no hacemos distinción por la
condición social. Lo único que exigimos es ser un hombre libre y de
buenas costumbres, lo que quiere decir llevar una conducta ética.
Nos vino a ver
el protagonista de una de esas series argentinas cuando estaba por salir. Era
una cuestión novelada que no tenía nada que ver con la masonería. Pero si nos
critican, somos democráticos. Cuando apareció el programa, nos llamaban todos
los medios de comunicación y eso fue beneficioso porque se incorporó mucha
gente a la masonería.
-¿Las mujeres
son aceptadas en la masonería?
-Ese es un tema
por el que venimos batallando. Cuando se conformó la masonería tal como la
conocemos, en el año 1717, la mujer no tenía prácticamente participación en la
vida política y social de los pueblos. Entonces se constituyó una masonería de
hombres. Eso fue evolucionando. Si bien es cierto que no hay un Vaticano de la
masonería porque todas las grandes logias son autónomas entre sí, hay ciertas
normas que tenemos que cumplir. Por ahora no está emitida la incorporación de
la mujer bajo nuestra gran logia. Pero lo que hemos hecho es patrocinar la
masonería femenina, les prestamos los templos. Tienen logias aparte. Llegará el
día en que trabajemos en forma conjunta.
-¿Qué tiene que
suceder para que se acepte a las mujeres en la masonería?
-Tienen que
cambiar las normas a nivel internacional. Eso va a llegar en su momento.
-¿Cuántos
masones hay en Salta?
-En el país
calculamos que son unos 12.000. En Salta hay cinco logias y en cada una puede
haber 40 personas.
-¿En Argentina
hubo épocas en que los peronistas no entraban en las logias?
-Había poco
peronismo. Pero Perón tuvo ministros
masones en los tres gobiernos. Hay un libro de Emilio Corbiere que trata sobre
la masonería y él encuentra un diploma de una gran logia irregular italiana,
del grado 33, perteneciente a Perón. Aparentemente, a Perón se lo incorpora en la masonería regular en España y en 1974
muere como maestro masón. Esto es una primicia, porque normalmente dejamos
pasar un tiempo antes de decirlo. A Perón hay que incorporarlo a los 14
presidentes masones.
Nicolás Breglia
Nicolás Breglia
es gran maestre de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones desde
este año.
Es abogado y
docente universitario. Está casado y es padre de una hija. Forma parte de un
sector de la masonería que busca la apertura a la sociedad y la difusión de los
ideales de la institución.
Los
“ideales de la institución”: