Número CDI (401)
21 de marzo de 2015
Argumento Emocional
Mons.
Williamson
Los sedevacs dicen: “Papas verdaderos no hemos tenido”.
Los instintos pueden ser buenos. El razonamiento está mal.
Una comparación del ayer tiene la ventaja de ser muy clara: en el lomo
de una mula una carga pesada puede ser difícil de balancear. Si se desplaza a
la izquierda, uno debe empujarla a la derecha. Si se inclina a la derecha, debe
ser empujada a la izquierda. Pero ese doble empuje no es contrario – tiene el
único propósito de mantener la carga balanceada. De modo semejante, el que
estos “Comentarios” argumenten repetidamente contra el sedevacantismo no
significa empujar hacia el liberalismo, ni tampoco sugieren que el
sedevacantismo sea tan malo como el liberalismo. Meramente es reconocer que las
ultrajantes palabras y actos del presente ocupante de la Santa Sede están
tentando a muchos buenos Católicos a renunciar a su razón y a juzgar la
realidad por sus emociones. Esa es una práctica muy común hoy en día, pero no
es católica.
Por ejemplo, los argumentos sedevacantistas, al examinarse, no son nunca
tan fuertes como pudieran parecerlo. Miremos a dos que cruzaron recientemente a
mi atención, ambos de Católicos devotos fuertes en la Fe. Aquí está el primero:
los Papas Conciliares, especialmente Francisco, no han confirmado a su rebaño
en la Fe. Pero, es a la esencia de un Papa hacerlo. Por consiguiente los Papas
Conciliares no son esencialmente Papas. En respuesta, uno debe distinguir un
Papa en su serlo de un Papa en su acción. Un Papa
deviene esencialmente Papa en su serlo por su elección válida
en un Cónclave de Cardenales o por su elección, si ella hubiera sido inválida
en sí, siendo convalidada por su subsiguiente aceptación como Papa por la
Iglesia Universal (que puede haber sido el caso para más de un Papa Conciliar,
Dios sólo lo sabe). Por el contrario, confirmando a su rebaño en la Fe, un Papa
es esencialmente Papa en su acción. Las dos cosas, serlo y acción,
son diferentes y pueden ser separadas. Por consiguiente, un Papa puede fallar
en acción sin necesariamente dejar de ser Papa en su serlo. Ese es seguramente
el caso de varios, sino todos, los Papas Conciliares.
Y aquí está el segundo argumento: para el Católico individual y falible
ponerse a sí mismo como juez de error del Magisterio infalible de la Iglesia,
es ridículo. Enfrentado entonces al error obvio (por ejemplo el Conciliarismo)
de ese Magisterio (por ejemplo los Papas Conciliares), este Católico puede sólo
concluir que ellos no han sido Papas verdaderos. Pero, en respuesta, el Papa no
es necesariamente el Magisterio infalible de la Iglesia. Si él no compromete
todas las cuatro estrictas condiciones del Magisterio Extraordinario, ni enseña
de acuerdo con el Magisterio Ordinario de la Iglesia, entonces es falible, y si
por añadidura contradice ese Magisterio Ordinario, entonces está ciertamente en
el error, y puede ser juzgado de ser tal por cualquier Católico (¡o
no-Católico!) que esté haciendo el correcto uso de su mente que Dios le dio. De
otra manera, ¿cómo pudo Nuestro Señor habernos prevenido todos para que nos
guardáramos de los falsos profetas y de los lobos disfrazados de ovejas
(Mt.VII, 15–20)?
De hecho, ambos argumentos pueden provenir de un rechazo emocional a los
Papas Conciliares: “¡Ellos han maltratado a la Iglesia de tal manera que yo
simplemente no puedo aceptar que hayan sido Papas!” Pero ¿qué tal si
yo hubiera sido un espectador observando el Via Crucis original? – “¡Este es
maltrato tal de Jesús que yo simplemente no puedo aceptar ya más que Él es el
Hijo de Dios!” ¿No es que mi rechazo emocional al maltrato hubiera sido
correcto y, sin embargo, mi conclusión equivocada? Hay un misterio involucrado
en los Papas Conciliares que es vaciado o anulado por el sedevacantismo.
Ahora bien, puede ser que, cuando la Iglesia un día recobre sus
sentidos, la sola autoridad competente declarará que los Papas Conciliares no
eran Papas, pero entre ahora y ese momento los argumentos hasta ahora
presentados para probar que la Sede de Roma esté vacante no son tan
contundentes como se pueden presentar para parecerlo.
Kyrie eleison.