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domingo, 23 de marzo de 2014

EL FARISEÍSMO





Por el Padre Castellani


"El fariseísmo es el gusano de la religión; y después de la caída del primer Hombre es un gusano ineludible, pues no hay en esta mortal vida fruta sin su gusano ni institución sin su corrupción específica".

"Es la soberbia religiosa: es la corrupción más sutil y peligrosa de la verdad más grande: la verdad de que los valores religiosos son los primeros. Pero en el momento en que nos los adjudicamos los perdemos; en el momento en que hacemos nuestro lo que es de Dios, deja de ser de nadie, si es que no deviene propiedad del Diablo"
(Castellani, Leonardo, Cristo y los Fariseos, Prólogo).

Castellani distingue siete grados en el fariseísmo:

1°- para no entregar el corazón a Dios, el fariseo reduce la religión a pura exterioridad.
2°- la religión se vuelve rutina y oficio.
3°- la religión se vuelve negocio o "granjería".
4°- la religión se vuelve poder o influencia, medio de dominar al prójimo.

Hasta aquí el fariseísmo se ha mostrado corruptor de la fe y la piedad, convertidas en carrera, artimaña, política, negocio. Pero la soberbia religiosa va más allá del uso de la religión para instalarse en el mundo y quedarse con los bienes de la tierra: en tales almas se agazapa el demonio, y para sacarlo a luz Dios pone al fariseo un blanco humano: la persona religiosa. Entonces el fariseísmo se muestra claramente como el pecado contra el Espíritu Santo pues lleva a:

5°- aborrecer al hombre religioso.
6°- perseguirlo.
7°- el sacrilegio: darle muerte con la persuasión de hacer algo agradable a Dios.

"La última corrupción de la Iglesia (es decir, el fariseísmo generalizado y entronizado) traerá consigo lo que San Pablo llama la Gran Apostasía y la Gran Tribulación". ("La Ausencia del Poder", en "Dinámica Social" N° 77, marzo de 1957, p. 6).

Sobre el fariseísmo se puede ver en el presente volumen la homilía del "Domingo Décimosexto después de Pentecostés", El Evangelio de Jesucristo, "Domingo Tercero después de Epifanía" y "Domingo Décimo después de Pentecostés"; Las Parábolas de Cristo, "Parábola del Sepulcro y de las Víboras" y "Parábola del Fin de la Sinagoga" (II); Los Papeles de Benjamín Benavides, Parte Tercera, Cap. I: "Las Dos Mujeres" y Cap. VI: "El Retiro de la Iglesia"; El Ruiseñor Fusilado, Cap. VI: "El Fariseísmo"; Cap. XXX: "La Pesadilla"; Las Ideas de mi Tío el Cura, Cap. XVIII: "Sobre Tres Modos Católicos de Ver la Guerra Española"; Psicología Humana, Cap. XI: "Las Ideas" (en la parte final del Capítulo); La Muerte de Martín Fierro, Cantos VIII, XI, XIII y, especialmente, Canto XV.

(Nota en “Domingueras prédicas”, Domingo tercero de Cuaresma).


Nota Syllabus: Hoy a llegado a tal extremo la sutileza del Fariseísmo que puede encontrárselo tanto en los modernistas que peroran contra los “fariseos” tradicionalistas, a quienes pueden llamar “lefebvristas”, “restauracionistas neopelagianos”, etc., mostrando al mundo una exterioridad “antifarisaica”, es decir, nada escrupulosa, ni estricta, ni rigurosa, antes bien, dulce, amable, sonriente, bondadosa, comprensiva, abierta y dialogante (en el momento en que hacemos nuestro lo que es de Dios, deja de ser de nadie, dice Castellani, y hoy sería: hacen que sea de todo el mundo lo que es de Dios, entonces no es de nadie); como también en muchos tradicionalistas que incluso citan a Castellani y sus definiciones sobre el Fariseísmo (hoy pueden encontrarse tanto “seguidores” de Castellani que actúan cual fariseos como “seguidores” de Castellani que son a la vez “juanpablistas”).
Los fariseos pensaban que ellos se autosalvaban con las grandes virtudes que tenían o creían tener. El mundo de hoy está exactamente en el mismo tren: es un tren que anda descarrilando y chocando a cada rato; es un tren que perdió la mano, que anda a contramano. Fíjense en todo lo que se hace y se dice y verán cómo Dios está ausente (a veces está en los labios pero no en el corazón), y está lleno de hombres que están salvando la Humanidad, la Civilización, la Nación, sin necesidad de Dios, decía en otra parte (Domingueras prédicas II, 8 de junio de 1945). Hoy los tradifariseos dan a entender que Dios salvará la Iglesia y la humanidad, pero antes anunciado por ellos, de quien sin dudas Dios necesita, tan importantísimos supersabios, Maestros y neo-templarios, teologazos de la Internet. Soberbia y crueldad están a la orden del día, disfrazados de “misericordia” o de “celo tradicional”. Dios nos salve de caer en tan peligrosas y sutiles tentaciones.